Proverbios 27:2
“Alábete el extraño, y no tu
propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos”.
Cuantas personas actúan buscando
el reconocimiento de sus pares o superiores, con el sólo hecho de alimentar su
Ego personal, declarando con sus actitudes y acciones una supuesta
superioridad.
El orgullo y la vanidad hacen que
las personas parezcan sabias en su propia opinión, por lo tanto, son altivas
confiadas en sus ideas y revela engaño en su propio corazón. Sin embargo, la
sabiduría y la verdad no se adquieren mediante razonamiento humano, sino al
aceptar lo que Dios ha dicho en las Sagradas Escrituras. Más bien, Dios llama a
que humildemente nos sometamos sólo a sus pensamientos, a la autoridad de su
revelación a través del Espíritu Santo actuando para agradarlo sólo a Él. En el nombre de Jesús, amén y amén.
“Gracia y Paz”
Pan de Vida
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