viernes, 28 de junio de 2013

¿HAS SENTIDO LA TERNURA DE DIOS?


Salmo 103:13
“Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen”.

Cuando se trata de historias de amor, ternura y cuidado, una inmensa mayoría se refieren al amor maternal. La madre es siempre la imagen de un amor tierno y delicado. ¡Cuántas veces nos ha conmovido un cuadro o una foto de una madre apretando dulcemente a su bebé contra su pecho! Pero, ¿qué diremos del amor y la ternura de nuestro Padre celestial? No podemos olvidar las numerosas veces que la Biblia afirma que Dios es “misericordioso y compasivo”. Pues bien, en hebreo la palabra “misericordioso” se deriva del vocablo “rehem”, que significa “seno, útero materno”, lo que quiere decir que Dios nos ama con la ternura que experimenta una madre que siente al niño moverse en su vientre. Y todavía más, aun cuando una madre dejara de amar a su hijo, Dios nunca dejará de amarnos. Así lo dice el Señor en Isaías 49:15: “¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!”

Los Salmos nos recuerdan constantemente que la misericordia de Dios es grande, que es para siempre, que “es desde la eternidad y hasta la eternidad”. En griego, la palabra misericordia proviene del vocablo “misere cordis dare”. “Cordis” es corazón, “dare” es dar y “misere” es mísero o miseria. En otras palabras, “misere cordis dare” es “sacarse el corazón y dárselo a un miserable”. Esto fue exactamente lo que Dios hizo al entregar a su Hijo para que muriera por un mundo que le había dado la espalda y ofrecernos la salvación de nuestras almas. Romanos 5:8 dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. En este sublime acto se nos ha manifestado el amor, la ternura, la paciencia, la fidelidad de un Dios que nos ama sin medida.

En su vida terrenal, Jesús mostró compasión por los pobres, los niños, las mujeres, los enfermos, los pecadores y por aquellos que eran despreciados y rechazados por la sociedad. Marcos 6:34 dice que “salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor”. Jesús comió con los publicanos, se relacionó con personas de dudosa moralidad, se acompañó incluso de prostitutas. Ante quienes le reprochaban su comportamiento, declaraba que esa es la manera de actuar de Dios, que hace llover sobre buenos y malos y hace salir el sol sobre justos e injustos, que hace fiesta en el cielo por cada pecador arrepentido, que está siempre dispuesto a buscar la oveja descarriada, que no nos trata como merecen nuestras culpas ni nos paga conforme a nuestros pecados.

En Mateo 23:37 podemos imaginar a Jesús gimiendo al sentir un gran pesar por Jerusalén, a semejanza de un padre que agoniza de dolor cuando un hijo se extravía: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” Y Zacarías 2:8 dice: “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo”. El ojo es probablemente el órgano de nuestro cuerpo que protegemos más celosamente. La niña, es decir, la pupila es la parte más delicada y sensible del ojo, la que siente más agudamente el más mínimo contacto exterior. Y la palabra de Dios nos dice que el que nos toca a nosotros, “toca a la niña de su ojo”.

¿Puedes imaginar un amor y un cuidado más tierno? Si deseas sentirlo en tu vida, busca la presencia del Señor cada día, leyendo su Palabra, meditando en ella, pasando tiempo de oración y comunión intima con él. De esta manera vas a experimentar de una manera profunda su amor, su cuidado, su protección y su ternura.

ORACIÓN:
Mi amoroso Padre celestial, ¡cuántas agradecido estoy por tu gran amor manifestado en la entrega de tu Hijo Jesús por la salvación de mi alma! Te ruego me ayudes a valorar ese inmenso sacrificio y a corresponder a él por medio de mi obediencia a tu palabra. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

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¿VIVES EN LA VERDAD DE CRISTO?


2 Tesalonicenses 3:3
“Mas fiel es el Señor, que os confirmará y guardará del mal”.

Debes memorizar este verso, porque este versículo tiene todo lo que el corazón puede desear:

1. Dios te confirmará. La palabra quiere decir, poner a uno en cierta dirección, confirmarte y preservarte en el camino correcto.

2. Te guardará del mal. Esto no quiere decir que no tendrás los problemas, las enfermedades, y las dificultades que todos tenemos en este mundo. Pero te guardará de Satanás, quién te llevaría a la peor maldad, la de caer de la fe y renunciar a Cristo. Dios te guardará de esto.

Aquí hay una noticia mejor: DIOS ES FIEL. No te va abandonar. No va decir que no vales la pena. Él nunca dejara las cosas a medias, es decir, Él no empieza a construir y luego abandona el proyecto. “…el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).

Solo es importante que consideres que si de verdad eres seguidor de Cristo y lo tienes en tu corazón como tu Salvador, debes dejar de vivir en pecado, de lo contrario tendrás toda clase de problemas, sufrimientos y dificultades hasta que te rindas a El. Y si a pesar de todo eso tú sigues porfiadamente en las cosas de este mundo y fuera de la comunión con EL, serás “entregado a Satanás para destrucción de la carne…” (1 Corintios 5:5).

Si eres obediente… Dios es fiel y te confirmara hasta el fin.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día



jueves, 27 de junio de 2013

¿PUEDES VER MÁS ALLÁ DE LAS CIRCUNSTANCIAS?


2 Reyes 6:15-17
“Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Señor, que abras sus ojos para que vea. Entonces el Señor abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo”.

En nuestras vidas encontramos muchas situaciones que tienden a debilitar nuestra fe. Las presiones y las ansiedades sobrecargan nuestras mentes y no permiten que podamos ver las cosas que Dios está haciendo. Una de las metas del enemigo es lograr que el hombre se concentre en las dificultades que le rodean. Es fácil ver los problemas, pero sólo los que confían en Dios pueden ver la solución detrás de los problemas, y sentir la paz del Señor.

El pasaje de hoy nos narra acerca de una difícil situación en la que se encontraba el profeta Eliseo. El rey de Siria, que estaba en guerra con Israel, había mandado a prenderlo y su gran ejército con sus carros y gente a caballo tenía rodeada la ciudad de Dotán donde estaba el profeta. No parecía que hubiese escapatoria alguna, sin embargo, Eliseo pudo ver más allá de las circunstancias, y estaba tranquilo y confiado. Con sus ojos espirituales fue capaz de ver lo que su criado no podía ver. Por eso lo calmó diciéndole: “No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos”. Entonces le pidió a Dios que abriera los ojos del criado, y este pudo ver lo que antes no veía. En medio de la difícil situación, Eliseo clamó a Dios y el Señor respondió a su clamor. Y el resultado final fue una victoria para el pueblo de Israel. En Jeremías 33:3 Dios nos dice: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” Esta promesa se cumple cada vez que clamamos al Señor con la absoluta confianza de que él está atento a nuestra necesidad, y tiene el poder para resolverla por grande que esta sea.

El apóstol Pablo estaba muy conciente de la importancia tan grande que tiene la visión espiritual en los creyentes, y en su carta a los Efesios les dice: “No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Efesios 1:16-18). A medida que nos acercamos más al Señor, buscando su rostro, leyendo su palabra y orando diariamente, la luz redentora de Cristo alumbrará los ojos de nuestro entendimiento y podremos ver cosas que antes no veíamos. Jesús les dijo a sus discípulos: "Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis. Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron" (Lucas 10:23-24). Este es el resultado de una vida de comunión con el Señor.

En una ocasión, el gran pintor inglés Joseph Turner se encontraba pintando uno de sus famosos paisajes, cuando se le acercó una mujer y le preguntó: “¿Por qué pone colores tan extravagantes en sus cuadros? Nunca veo nada así en la naturaleza”. “¿Y no le gustaría verlo, señora?” – le contestó él. Esa respuesta fue suficiente. Él era capaz de ver lo que ella no podía ver. De la misma forma, los que han creído y han aceptado a Jesucristo como Salvador, y son fieles a sus enseñanzas pueden ver muchas verdades espirituales que los incrédulos sencillamente no pueden reconocer. Cuando leas la Palabra de Dios, medita en ella, y pide al Señor, como el apóstol Pablo, que te “dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él”. Al igual que el salmista debemos siempre pedir a Dios: “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18).

ORACIÓN:
Padre amado, ¡cuánto anhelo ver las cosas que tú tienes para mí! Por favor, dame espíritu de revelación y sabiduría, y abre mis ojos espirituales para que yo pueda ver tus maravillas aún en medio de las pruebas de esta vida, y pueda, por fe, vivir una vida de victoria. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla



miércoles, 26 de junio de 2013

¿ERES EJEMPLO DE UN CREYENTE?


1 de Timoteo 4:12
"Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza"

Todo Cristiano(a) sin importar sexo, edad, condición económica o social, automáticamente cuando nace de nuevo ya tiene por default un Ministerio que cumplir: ser ejemplo.

Cualquiera que esta en Cristo es nueva criatura, debe de haber una diferencia enfática, categórica y explicita en todos los aspectos de su Vida. Debe de ser mejor, integro y limpio en sus palabras, manera de pensar, de actuar, en apariencia, sentimientos, emociones, en su trabajo, familia, y mas aun, no debe de ser un creyente cualquiera solo porque dice serlo, sino un creyente radical completo y verdadero; Ya que con su testimonio debe reflejar a Cristo viviendo en el, pues con su testimonio dicho Cristiano puede salvar almas para Cristo o bien perderles aun mas si su testimonio es negativo.

“Gracia y Paz”
Verdades Bíblicas



¿SABES CUÁL ES EL PROPÓSITO DE DIOS PARA TI?


Romanos 8:28-29
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos".

Cuando Dios creó el mundo hace miles de años, primeramente hizo los cielos, los mares, la tierra, el sol, la luna, las estrellas (Génesis capítulo 1). Después hizo los árboles, y todo tipo de animales. Finalmente hizo al hombre, y decidió hacerlo a su imagen y semejanza pues de esta manera podría vivir en comunión con él, lo cual era su propósito fundamental. En Génesis 1:26 leemos: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza..." Por cierto, la palabra hebrea que se usa aquí para definir a Dios es “Elohim”. Esta palabra está en plural, por lo que vemos claramente implícita la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) exponiendo el plan divino en relación al hombre.

A pesar de que la desobediencia de Adán y Eva trajo como consecuencia la separación del hombre de su Creador, el propósito fundamental de Dios en nuestras vidas continúa siendo hacernos “conformes a la imagen de su Hijo”, según nos dice el pasaje de hoy. Cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador, él hace su morada en nuestro corazón en la forma del Espíritu Santo. Eso significa que cuando Dios el Padre nos mira, ve en nosotros la presencia de su Hijo. Pero hay muchas cosas en nuestras vidas que se oponen a esta imagen de Cristo en nosotros. Por lo tanto, a medida que crecemos en nuestra relación con Dios, el Espíritu Santo obra para quitar esas barreras que impiden nuestra intimidad con el Señor. Mientras se lleva a cabo este proceso, cada uno de nosotros puede ser llamado “una obra en construcción”.

Somos el proyecto principal de Dios. Este proceso se parece mucho al arte de esculpir. Cuando Miguel Ángel comenzó a esculpir su famosa estatua de David, eligió un pedazo de roca que había sido desechada. Más tarde, cuando le preguntaron cómo se las había ingeniado para producir esa obra maestra a partir de ese tosco pedazo de piedra, el artista respondió: “Yo no esculpí a David. Lo que hice fue ver a David en ese pedazo de roca y, usando mis herramientas, simplemente dejé que saliera”. Esto es lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Cuando él nos mira, ve a su Hijo Jesucristo. Luego, usa sus herramientas, es decir: las circunstancias, nuestros familiares, amigos, otras personas alrededor nuestro, las dificultades, los fracasos y los sufrimientos para quitar lo que está sobrando y “dejar salir" a Jesús. Piensa por un momento: ¿No te parece maravilloso que el Dios creador del universo vea en ti la imagen de su Hijo amado? ¿No sientes el deseo en tu corazón de hacer todo lo que esté a tu alcance por no ser un obstáculo en la transformación que se está desarrollando en tu vida?

¿Y cuál es mi parte en este proceso? Permanecer como aquel pedazo de roca de Miguel Ángel, sumiso, permitiendo que la obra del Maestro se lleve a cabo, sin interrumpirla. ¡Pero yo no soy una roca, yo tengo sentimientos! Cierto, pero si hacemos cada día el esfuerzo de rendirnos totalmente a Dios y someternos a su voluntad llegaremos al punto que en lugar de interrumpir sus planes nos uniremos a ellos y su obra se irá perfeccionando.

Gloria a Dios que tenemos la seguridad de “que el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Pero nuestra disposición a aceptar la voluntad de Dios determinará el tiempo que durará el proceso. Busca su rostro día tras día, escudriña su palabra, entrega a él esas áreas problemáticas de tu vida, y su Santo Espíritu continuará en ti su obra de perfeccionamiento.

ORACIÓN:
Padre santo, revélame esas áreas de mi vida que resultan un obstáculo para que tus propósitos se lleven a cabo en mí. Quiero someterlas a ti, para que tú las quites de mi vida y se haga visible el Cristo que vive en mí. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla



martes, 25 de junio de 2013

¿SIENTES ODIO POR ALGUIEN?


Efesios 4:31-32
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.

Uno de los sentimientos más destructivos que puede tener un ser humano es el odio. Proverbios 10:12 dice: “El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas”. El odio proviene del diablo quien lo usa para lograr uno de sus objetivos en este mundo: destruir la vida y el espíritu de quienes no están al tanto de sus artimañas. El amor, por el contrario, nace de Dios pues es fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22). El odio es totalmente opuesto al dulce sentimiento de amor que proviene de Dios, y que debe ser característico de todo aquel que tenga a Jesucristo en su corazón. Sin embargo, aun dentro de la iglesia no es difícil encontrar personas que muestran una actitud hostil y totalmente falta de amor hacia otros. Piensa por un momento: ¿Cómo puede brillar la luz redentora de Cristo en una vida que está llena de odio, ira y resentimiento? ¡Imposible!

El apóstol Pablo muestra su preocupación en este aspecto al escribir a los cristianos de Efeso. En el pasaje de hoy les advierte acerca de la existencia de sentimientos tales como amargura, enojo, ira y otros similares y los exhorta a eliminarlos, y por el contrario ser benignos y misericordiosos unos con otros, y perdonar las ofensas de la misma manera que Dios los perdonó. El problema es que de no hacerlo, estos sentimientos negativos pueden crecer y dar lugar a resultados terribles. En primer lugar afectan profundamente la comunión con Dios, y en segundo lugar, la relación con todos los que están alrededor se irá deteriorando hasta convertirse en antagonismo y enemistad. El autor de la carta a los Hebreos lo expresa de esta manera: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (Hebreos 12:15). O sea, un simple enojo o una pequeña ofensa pueden llegar a convertirse en odio, a veces imperceptiblemente, si no perdonamos a aquel quien nos ofendió. De ahí este sabio consejo: “No se ponga el sol sobre vuestro enojo”, dice Efesios 4:26.

La incapacidad para perdonar a aquellos que les han ofendido o herido de alguna manera es una de las razones fundamentales por las que los creyentes pueden llegar a sentir odio por alguien. ¿Cómo actúas tú en situaciones como esta? Piensa en alguien que te hirió en el pasado, y considera estas tres actitudes:

Primero, ¿viene a tu mente con frecuencia la imagen de esa persona? ¿Piensas frecuentemente en la situación que dio lugar al disgusto? Si sientes odio por esta persona no será fácil quitártela de la mente, y habrá ocasiones en que te despertarás en medio de la noche pensando en ella y con un sentimiento de amargura en tu corazón.

Segundo, ¿puedes desear el bien para esa persona que te hirió? Si tú la odias, con seguridad no podrás sentir el deseo de que todo le vaya bien en su vida.

Tercero, ¿en lo profundo de tu corazón deseas que esa persona sufra de la manera en que tú has sufrido? Si lo sientes así, no hay duda de que hay odio en tu corazón.

Si has contestado sí a una o más de estas preguntas, debes urgentemente poner en práctica el consejo del pasaje de hoy: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. La única manera de sacar esos sentimientos de tu corazón, y evitar males mayores en tu vida es perdonando a los demás, “como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Misión nada fácil. En muchas ocasiones, imposible de lograr, humanamente hablando. Pero si echas a un lado la tendencia de la naturaleza carnal, y permites al Espíritu Santo obrar en tu vida, poco a poco él te irá conformando a la imagen de Jesucristo, y podrás imitarle aun en las situaciones más difíciles. Así serás capaz de decir como Jesús dijo en medio del terrible dolor de la crucifixión: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

ORACIÓN:
Padre santo, confieso delante de ti que no puedo sacar de mi corazón los sentimientos de odio y los deseos de venganza que están afectando mi vida. Te ruego que tu Santo Espíritu obre en mi vida, y arranque de mí esas raíces de amargura que me impiden alcanzar tu gracia. En el nombre de Jesús te lo pido, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla



lunes, 24 de junio de 2013

BENEFICIOS AL DEJAR DE FUMAR


A los 20 minutos
La tensión arterial y el pulso se normalizan y se incrementa el flujo sanguíneo.

A las 8 horas
El nivel de monóxido de carbono en la sangre empieza a disminuir.

A las 48 horas
El monóxido de carbono y la nicotina han desaparecido por completo.

A los 2 ó 3 días 
Menos mucosidad, o ninguna, en la garganta y los bronquios y con ello, menores dificultades respiratorias.

A los 5-7 días
Mejoran los sentidos del olfato y el gusto, el aliento es más fresco, los dientes están más limpios y el nivel de energía aumenta.

A las 2-3 semanas
El síndrome de abstinencia físico desaparece y pueden pasar horas sin acordarse del tabaco. Disminuye asimismo el riesgo de trombosis.

A las 3-4 semanas
La tos y las molestias en los senos nasales desaparecen. Disminuyen los problemas de falta de aliento y se siente menor fatiga. Más energía. Los pulmones son más fuertes ante una infección.

A los 2-3 meses
La función pulmonar mejora un 5%.

Al año
Se divide por dos el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

A los 2-3 años
Los riesgos de padecer neumonía o gripe son los mismos que los de un no fumador. Los riesgos de ataques al corazón, angina de pecho y problemas cardiovasculares continúan bajando.

A los 5 años
El riesgo de cáncer de garganta, esófago y vejiga se reduce a la mitad.

A los 5-10 años
Los riesgos de enfermedades cardiovasculares o trombosis son los mismos que los de los no fumadores.

A los 10 años
El riesgo de cáncer de pulmón se divide por dos.

A los 15-20 años
El riesgo de padecer cáncer de pulmón, garganta, esófago o vejiga es el mismo que el de los no fumadores. Aun así, el riesgo de padecer cáncer de pulmón de los ex fumadores empedernidos (20 o más cigarrillos diarios) sigue siendo el doble el resto de sus vidas.


Otras ventajas

Menos estrés.

Apenas unos meses después de dejarlo, los fumadores más empedernidos se consideran a sí mismos menos estresados.

Existe la evidencia de que la nicotina, lejos de aliviar el estrés, puede causarlo. La percepción de los fumadores de que la nicotina lo alivia se debe simplemente a que satisface la demanda del cuerpo de más nicotina entre cigarrillos; la respuesta de "agradecimiento" del organismo tras la nueva dosis es la que alivia la tensión.


Más tiempo y... más dinero

La ganancia de tiempo tras dejarlo es una sorpresa para los ex fumadores.

La mayor parte de los fumadores no es consciente del tiempo que dedican a preocuparse por el tabaco: dónde comprarlo, cuándo, en festivos o por la noche...

Y... ¡para qué hablar del dinero!


Sentimiento de logro

Es absolutamente satisfactorio fijarse una meta y lograrla, particularmente cuando el camino tiene obstáculos imprevistos que hay que superar.

Muchos ex fumadores están legítimamente orgullosos de haberlo dejado y ese sentimiento puede fortalecer enormemente su autoestima.

Es buena idea que las metas establecidas en los primeros días o semanas tras dejarlo sean realistas y no decir cosas como 'lo dejo ahora mismo y para siempre'.

Puede incrementarse la motivación si se premia usted mismo en diversas 'fechas señaladas' que usted mismo fije: un día sin fumar, luego tres, una semana, dos semanas, un mes, etc. Muchas 'victorias' de este tipo incrementan la confianza en uno mismo.


Recuperar el control

Uno de los aspectos más duros de dejar de fumar es resistir a la ansiedad por fumar.

Cuando se deja de fumar, esos momentos de ansiedad llegan regularmente, pero habitualmente desaparecen en un par de minutos.

Esa ansiedad es como un músculo bien desarrollado. Cuando deja de usarse se va debilitando hasta que se atrofia por completo. Cada vez que se supera un momento de ansiedad se da un paso más hacia esa atrofia.

Cuando aprenda a soportar los momentos de ansiedad, habrá ganado en todos los frentes. Esos momentos se irán espaciando y desaparecerán, recuperando el control de la adicción.


Una nueva faceta de la personalidad

Dejar de fumar puede hacer que emerjan aspectos nuevos de la personalidad.

Como parte del proceso de conocimiento de los factores que desencadenan el ansia por fumar, muchos fumadores acaban por saber qué les enfada o estresa, qué les hace feliz o qué les aburre.

Aprender a controlar nuevas situaciones y a sortear obstáculos puede ayudar al desarrollo personal.


SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano.

“¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 corintios 6:19).


“Gracia y Paz”
La Buena Salud al alcance de todos
Publicado por: Carlos Martínez M.
Fuente: Cambia al Mundo



¿BRONQUITIS?


La bronquitis consiste en una inflamación de las principales vías aéreas hacia los pulmones. Cuando ésta surge como resultado de una infección viral como la gripe se le llama bronquitis aguda.

Cuando, en cambio, se origina de una producción anormal de mucosidades acompañada de tos y de expectoración diaria durante un período prolongado de tiempo como en el caso de un fumador, se le conoce con el nombre de bronquitis crónica.

En ambos casos, la contaminación ambiental y el humo del cigarrillo pueden agravar la enfermedad.

Entre los síntomas principales de la bronquitis están:

·      Malestar general
·      Flemas
·      Fatiga
·      Tos seca
·      Picor en la garganta
·      Dolor en el pecho
·      Dificultades respiratorias
·      Ruidos vibratorios en los pulmones
·      Fiebre (en algunas ocasiones)
·      Coloración azulosa de los labios debido a los bajos niveles de oxígeno


Remedios populares PARA LA BRONQUITIS:

1.   Hervir 50 gramos de hojas de malva en un litro de agua por 20 minutos. Tomar este cocimiento tres veces al día.  La malva hace desaparecer la inflamación de la mucosa, calma la tos y favorece la expectoración.

2.   Hervir 100 gramos de avena en medio litro de agua durante 15 minutos. Se recomienda beberla en la mañana y también antes de acostarse.

3.   Cortar tres cebollas en rodajas tras quitarles la capa exterior.  Luego, colocarlas en una olla con un clavo, una cucharada de azúcar morena y una ramita de tomillo.  Luego, agregar agua hasta que cubra todos los ingredientes y cocer a fuego lento durante 2 horas. Presionar la cebolla para  que desprenda todo su jugo y Colarlo. Se utilizará medio vaso de esta preparación y se le añadirá igual cantidad de leche caliente. Se recomienda beberlo dos o tres veces al día.

4.   Añadir, en un vaso de agua tibia, una cucharadita de sal. Hacer frecuentes gárgaras con esta preparación la cual calmará la inflamación de la garganta y también disolverá algo de la mucosidad que reviste e irrita las membranas sensibles de ésta.

5.   Comer varias tajadas de cebolla con tomate y ajo machacado todos los días.

6.   Preparar una sopa de pollo que contenga 15 dientes de ajo (por cada litro o cuarto de galón de caldo) pimienta negra y/o polvo de curry.

7.   Beber un vaso de agua o de jugo de tomate con 10 a 20 gotas de salsa de pimiento picante. Si el estómago no tolera los alimentos picantes, hacer gárgaras con esta preparación.

8.   Licuar una taza de espárragos en una batidora. Tomar todas las mañanas y las noches.

9.   Hervir tres arándanos agrios frescos en agua durante 10 minutos y luego añadirlo en una mezcladora junto a un jugo de pera. Beber varios vasos al día.

10.            Hervir cuatro higos picados con dos tazas de agua durante seis minutos. Retirar del fuego y dejar enfriar. Beber a sorbos media taza de esta preparación por la mañana y por la noche.

11.            Añadir a una taza de leche calentada (sin llegar a hervir)una o dos cucharadas de miel pura.  Tomar a sorbos antes de dormir para aliviar el malestar bronquial y la tos que se aviva de noche.

12.            Preparar un ungüento mezclando dos cucharadas de aceite de castor tibio con cuatro dientes de ajo machacados. Dar masajes en el pecho mientras esta mezcla todavía esté tibia.  Cubrir con una tela de franela en los casos serios

13.            Preparar una cataplasma con 250 gramos de harina de linaza,2 cucharadas soperas de miel, 1 taza de agua y 1 gasa grande. Hervir el agua y retíralo del fuego. Poner la harina de linaza en un recipiente y agregar, poco a poco, el agua caliente removiendo constantemente hasta que se obtenga una masa compacta. Luego, agregar la miel. Poner esta pasta en el centro de la gasa y doblar sus extremos hacia el centro. Aplicar, tres veces al día, la cataplasma directamente sobre el pecho de la persona afectada y retirar cuando la harina de linaza se haya enfriado.

14.            Frotar suavemente el pecho y la espalda con una mezcla templada de 5 gotas de lavanda, menta y salvia en dos cucharadas de aceite de oliva.

15.            Realizar inhalaciones de vapor durante 10 minutos con 6 gotas de aceite de sándalo en agua hirviendo.

16.            Hacer una cataplasma de cebolla cocida al horno y dejar durante toda la noche. Aplicar en la planta de los pies.

17.            Verter un puñado de raíz de hinojo en una taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Tomar tres tazas diarias.  Endulzar con miel si se desea.

18.            Diluir 1 cucharada de miel en 1/4 de vaso de agua caliente y agregar luego el zumo de un limón. Tomar esta preparación antes de dormir.

19.            Verter 2 cucharaditas de flores de gordolobo secas en 1 taza de agua que esté hirviendo. Retirar del fuego y dejar reposar la infusión 10 minutos, después colar y tomar hasta tres tazas al día. Este remedio contiene saponinas que ayudan a aflojar la flema, y materia gelatinosa que tranquiliza las mucosas.

20.            Hervir, durante 5 minutos, 1 taza de agua  que contenga 1 cucharadita de astrágalo seco.  Tapar y dejar refrescar. Tomar hasta tres tazas al día.

21.            Mezclar semillas molidas de cacao con aceite de almendras y aplicar como cataplasma para el pecho.

22.            Hervir en un litro y medio de agua (hasta que reduzca a la mitad) 300 gramos de manzanas sin pelar, 300 gramos de cebolla, 300 grs. de zanahorias, 1 cucharadita de anís en grano. Una vez retirado del fuego endulzar con miel. Tomar varias veces al día

23.            Verter 1 cucharada de hojas de aguacatero, mezclado con propóleo, en una taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Beber de dos a cuatro cucharadas al día.


recomendaciones para controlar la bronquitis

Humedecer el ambiente. Use un humidificador o vaporizador para aumentar la humedad del aire lo cual facilitará el proceso de aflojar y sacar la flema del cuerpo. En el caso del vaporizador, al agua se le puede agregar vinagre de sidra de manzana u hojas de eucalipto. Esto activa la curación de la bronquitis.

Incluir en la dieta el consumo de la cebolla y el ajo, ya que son antibióticos naturales.

Tomar muchos líquidos. Es aconsejable tomar diariamente por lo menos dos litros (2 cuartos de galón) de líquido que incluye agua, jugos, tés y sopas. Sin embargo, es preferible que éstos estén tibios y no fríos. La gran cantidad de líquidos afecta favorablemente la viscosidad de la flema para que pueda ser expulsada. Si se toma bebidas alcohólicas o que contengan cafeína, el efecto diurético causa pérdida de fluidos en el cuerpo lo que impide la correcta expulsión de la flema.

Descansar lo suficiente Es importante descansar, ya que si se retomar actividades que requieren mucho esfuerzo físico, puede hacer que la bronquitis empeore.

Acostarse boca abajo Se recomienda acostarse con la boca abajo y la cabeza más baja que el pecho durante unos minutos, ya que ayuda al drenaje y facilita la expulsión de las mucosidades.

Evitar fumar Las personas que tienen bronquitis no deben fumar, por lo menos, durante todo el curso de la enfermedad para evitar que el fumo irrite más las vías respiratorias. Igualmente, deben evitar las personas que fuman (lo que se conoce como fumar pasvamente), ya que si se expone al humo del cigarrillo exhalado, agravará la bronquitis.

Acudir a recibir asistencia médica inmediata si se presenta los siguientes síntomas:

·      Fiebre alta persistente
·      Respiración cortada o dificultosa
·      Fatiga y letargo
·      Ataques de tos prolongados e intensos en el pecho, que se empeora a medida que pasa el tiempo.
·      Expectoración con sangre


Otra información sobre la Bronquitis en video:


SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano.

“¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 corintios 6:19). “…dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1:11-12). “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer” (Génesis 1:29). “He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6).

“Gracia y Paz”
La Buena Salud al alcance de todos
Publicado por: Carlos Martínez M.
Fuente: Remedios Populares






jueves, 20 de junio de 2013

¿PIDES TÚ CON FE?


Santiago 1:6-8
”Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”.

A través de toda la Biblia Dios nos exhorta a que clamemos a él y le pidamos, porque él nos ama y desea bendecirnos. En el Antiguo Testamente leemos esta invitación de nuestro Padre celestial: “Clama a mí, y yo te responderé” (Jeremías 33:3). También Jesús nos exhorta de la siguiente manera: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7-8).

Es maravilloso tener la oportunidad de pedir al Dios que todo lo puede, sin embargo es muy importante que tengamos en cuenta la manera en que pedimos. El pasaje de hoy nos advierte que debemos pedir con fe, no dudando nada; de lo contrario no vamos a recibir. La verdadera fe y la duda son totalmente opuestas. Si existe fe no puede haber duda; si tenemos duda, entonces hay problemas con nuestra fe. Pedro fue capaz de caminar sobre las aguas porque confió plenamente en la palabra de Jesús cuando éste le dijo: “Ven”. Sin vacilar un instante obedeció, “y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús” (Mateo 14:29). Sin embargo, tan pronto por su mente pasó la duda se hundió en el mar. “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mateo 14:30-31). Es decir, Pedro se hundió porque dudó. Tuvo miedo. Su fe no fue suficiente, y apareció la duda. Y por eso fracasó.

Cuando clamamos a Dios, pero dudamos de su amor, o de su deseo de intervenir en nuestras pruebas, o de su infinito poder, inconcientemente estamos actuando con doblez de ánimo. Creemos, no creemos. Confiamos, no confiamos. Tenemos esperanzas, no las tenemos. Tener doble ánimo hace que seamos inconstantes en nuestra fe, dice el pasaje de hoy. Por eso Santiago nos advierte en contra de esta actitud. Debemos ser constantes en nuestra confianza en Dios. Si en el pasado él nos libró de situaciones difíciles, no existe ninguna razón para pensar que esta vez no nos librará de la prueba presente.

Cuando el rey Saúl trató de desanimar a David para que no peleara contra Goliat, David le contestó: “Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo” (1 Samuel 17:34-37). En ocasiones anteriores Dios lo había librado de graves peligros, por lo tanto David estaba seguro que también lo libraría del gigantesco guerrero. Esta es la firmeza y la convicción que debemos mostrar cuando nuestra confianza está puesta en Dios. ¿Puedes recordar alguna ocasión en que Dios te respondió? Entonces puedes tener la seguridad de que te va a responder de nuevo. Su mano no se ha acortado ni se ha endurecido su oído, dice Isaías 59:1.

Jesús les afirmó a sus discípulos: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22). De nuevo vemos aquí este principio espiritual tan importante que es creer. Tener fe implica mucho más que simplemente presumir o suponer que algo va a pasar. Es confiar plenamente en que Dios nos ama, y desea lo mejor para nosotros; es tener la plena convicción de que él va a suplir nuestras necesidades, porque lo ha prometido, y él siempre cumple sus promesas.

Cuando pedimos, debemos hacerlo con fe y de acuerdo a la voluntad de Dios. Desde el punto de vista humano no resulta fácil, pero el Espíritu Santo puede ayudarnos si constantemente buscamos la presencia de Dios en oración y por medio de la lectura de su palabra. Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Leer diariamente la Biblia no solamente nos enseña cual es la voluntad de Dios, sino también fortalece nuestra fe, es decir nos prepara para pedirle a nuestro Padre celestial.

ORACIÓN:
Padre santo, traigo ante ti mis pruebas, confiando que tú eres más grande que todas ellas. Por favor fortalece mi fe de manera que en mí exista la plena convicción de que tú has oído mi oración y que la vas a contestar en tu tiempo y de acuerdo a tu voluntad. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla


miércoles, 19 de junio de 2013

¿HAY ALGÚN PECADO IMPERDONABLE?


Mateo 12:28-32
“Si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. El que no es conmigo, contra mí es, y el que conmigo no recoge, desparrama. Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.

Jesús acababa de sanar a un hombre endemoniado que era ciego y mudo, “de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba”, dice Mateo 12:22. Y toda la gente que estaba alrededor de ellos estaba asombrada. Pero los fariseos, celosos y molestos por la manifestación de poder del Señor, dijeron: “Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (Mateo 12:24). El pasaje de hoy nos muestra la respuesta de Jesús a esta declaración de los religiosos judíos. Así les dijo el Señor: “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada”.

Jesús les habla de un pecado que no sería perdonado. Esto, a simple vista, parece una contradicción a la enseñanza que dice que Dios está dispuesto a perdonar a todo aquel que viene a él arrepentido, cualquiera haya sido el pecado cometido. Pero, entendamos bien las palabras del Maestro. Muchas veces Jesús había sido ofendido, humillado y maltratado y aún estando clavado en la cruz clamó al cielo diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Por eso dijo a los fariseos: “A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado”. Y entonces añadió: “Pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.

Cuando se aproximaba el momento de su muerte, Jesús habló largamente a sus discípulos acerca de lo que pasaría después (Juan capítulo 16). Allí les dijo que cuando él se fuera vendría el Espíritu Santo. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado” (Juan 16:8-11). Entre las funciones del Espíritu Santo, la principal es convencer al mundo de las consecuencias de sus pecados y de la necesidad de arrepentirse y creer en Jesucristo para obtener el perdón y la salvación de sus almas.

La Biblia nos cuenta que el día de Pentecostés, el Espíritu Santo se manifestó por primera vez de manera poderosa (Hechos capítulo 2), y los apóstoles “fueron todos llenos del Espíritu Santo”, y comenzaron a predicar a la multitud allí reunida acerca de la salvación por medio de Jesucristo. “Los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”. De esta manera comenzó la iglesia de Cristo en la tierra. Sin embargo, aquellos que ignoraron el llamado al arrepentimiento, los que una vez tras otra rechazaron la invitación del Espíritu Santo a la salvación y a vivir una vida de santidad, y decidían permanecer en las tinieblas, no alcanzarían el perdón y sufrirían la condenación eterna. Esto se ha cumplido desde aquel momento, a través de los siglos hasta nuestros tiempos.

Romanos 6:23 dice: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. No existe un pecado que pueda separarte por siempre de Dios, si te arrepientes y aceptas el sacrificio de Cristo. Solamente una decisión conciente de rechazar la invitación del Espíritu Santo a la salvación puede resultar en que pases la eternidad separado de Dios. No esperes más para aceptar su invitación. Recibe a Jesucristo como tu salvador y disfruta el regalo de la vida eterna.

ORACIÓN:
Dios de amor y de misericordia, te doy gracias por el precioso regalo de la vida eterna en Cristo Jesús. Te ruego que me des sabiduría y discernimiento espiritual para reconocer aquellas actitudes que me separan de ti, y ayúdame a rechazarlas para poder vivir una vida de comunión contigo. En el nombre de Jesús, Amén.


“Gracia y Paz”
Dios te Habla




martes, 18 de junio de 2013

LAS DIEZ LLAVES DE LA ORACIÓN EFICAZ


1.- ORAR PIDIENDO, BUSCANDO Y LLAMANDO.

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:7-8,11).


2.- ORAR CON FE.

“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.
(Marcos 11:24)


3.- ORAR EN SECRETO.

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6).


4.- ORAR DE ACUERDO A LA VOLUNTAD DE DIOS.

“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).


5.- ORAR EN EL NOMBRE DE JESÚS.

“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13-14).


6.- ORAR JUNTO CON OTROS CREYENTES.

“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20)


7.- ORAR CON AYUNO.

“Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído” (Hechos 14:23)


8.- ORAR CON UNA VIDA DE OBEDIENCIA.

“Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1 Juan 3:21-22).


9.- ORAR PERMANECIENDO EN CRISTO Y EN SU PALABRA.

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15:7).


10.- ORAR DELEITÁNDOSE EN EL SEÑOR.

“Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4).


UN RESUMEN DE LOS CANDADOS Y LAS LLAVES DE LA ORACIÓN.

1.- Tu relación con Dios debe estar en orden

2.- Tu relación con las demás personas debe estar en orden.

3.- Tu corazón debe estar en orden.


“Gracia y Paz”
Verdades Bíblicas


lunes, 17 de junio de 2013

¡HONRA A TUS PADRES!


Efesios: 6:2-3
"Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra"

¿Que significa Honrar a nuestros Padres? Es simplemente darles el respeto, el lugar y la dignidad que se merecen, tan solo por ser nuestros Padres.

Muchos Hijos antes de honrar a sus Padres, los juzgaran y dirán, pero mis Padres no se merecen ninguna honra. Este versículo no nos dice: “si se lo merecen”, “si fueron buenos padres”, ni tampoco “si siento hacerlo”. Solo dice "Honra a tus Padres" y tiene una promesa, si lo haces, recibirás bendición, ¡Te ira bien y vivirás muchos años!

Dios sabe que ni Padres ni Hijos somos perfectos. Todos fallamos, nos equivocamos, cometemos faltas, dañamos a los seres que mas queremos, sin embargo Dios nos pide y nos enseña a perdonar. Así como ÉL perdona nuestras faltas, así mismo debemos perdonar si nos han lastimado. Y en este caso especifico de los Padres, Dios nos dice: "Honra a tus Padres" y punto. Es un principio, un reglamento, que no se puede cambiar, ¡así es como vive un verdadero Hijo de Dios!

La Honra es para toda la vida. No hay un tiempo donde podamos decir, bueno… ellos ya están grandes, yo ya soy mayor de edad, ya no les debo respeto. O tal vez ellos ya no están aquí, se adelantaron en el viaje eterno, o tengo años de no verlos. ¿Se puede dar honra, así? ¡Claro que si! podemos seguir honrando su memoria, y eso va desde no maldecir su nombre, hasta honrarlos con nuestra manera de vivir, siendo buenos Hijos, hombres y mujeres de bien, que damos honor no solo a nuestros Padres terrenales, sino también y primordialmente a nuestro Padre Celestial.

Al vivir en el propósito de Dios para nuestras vidas, damos honra y honor a Dios; así mismo honramos la vida de nuestros Padres, aplicando lo bueno que nos enseñaron y aprendiendo de los errores que ellos cometieron.

Cuando Mi Madre, me habla acerca de los errores que ellos cometieron, solo puedo decirle que nadie somos perfectos y en un hogar donde no se vive conforme a la Palabra de Dios, no se pueden esperar grandes avances, sino una familia disfuncional, con muchos conflictos. Es hasta cuando Cristo llega a nuestras vidas que todo cambia.

Ahora puedo entender que Dios nos pide honrar a nuestros Padres y punto. No nos da el lugar de jueces a los Hijos, porque entonces llega el tiempo que somos Padres, y al igual que nuestros Padres, nosotros tampoco somos perfectos ni mucho menos. Podemos aprender de los errores que cometieron nuestros Padres, pero seguramente cometeremos también nuestros propios errores, y eso muchas veces es por ignorancia y por la falta de Dios en la familia.

Si aun tienes a tus Padres, ¡Hónralos! Perdona, si tienes que perdonar. Dales su lugar, aun cuando ellos nunca te lo hubieran dado. Porque Si tus Padres no han visto lo bueno que has hecho, tu Padre Celestial que esta en los cielos si lo ve, y de ÉL recibirás grande recompensa. Además… si ya tienes hijos, les estarás enseñando un principio de obediencia, y recuerda… “trata a los demás como quieres ser tratado, no como se merecen”.

Honra a Tus Padres, con tus palabras, con tu presencia, con un regalo, con una llamada de telefono, con tu tiempo, con tu manera de vivir, hónralos en todo tiempo, no solo el día del Padre. No los maldigas ni con el pensamiento, porque eso traerá maldición a tu vida.

Dios nos de sabiduría para ser los mejores Hijos que podamos ser y los Padres que nuestros Hijos necesitan.

“Señor sobre todas las cosas queremos darte toda la honra y Honor que tu te mereces y hacer tu santa voluntad. Ayúdanos a ser Hijos obedientes, trae sanidad, restauración y salvación a nuestros hogares, en el nombre de Jesús. Amen”.


“Gracia y Paz”
Verdades Bíblicas