lunes, 23 de febrero de 2015

¿TE GUSTA TORCER LAS ESCRITURAS PARA JUSTIFICAR TUS PECADOS?



 2 Pedro 3:16b
“…los indoctos e inconstantes tuercen… las otras Escrituras para su propia perdición”

El Dr. P. J. Van Gorder acostumbraba hablar de un letrero, colocado fuera de una carpintería, que decía: “Se hacen toda clase de torceduras y vueltas”. Los carpinteros no son los únicos que sirven para esto; muchos que profesan ser “cristianos” también tuercen y dan vueltas a las Escrituras cuando les conviene. Algunos, como dice el versículo, tuercen las Escrituras para su propia perdición.

Muchos somos expertos para justificar nuestra desobediencia pecaminosa, ofreciendo elogiosas explicaciones o atribuyendo motivos dignos según nuestra conveniencia. Torcemos las Escrituras para que se acomoden a nuestra conducta. Damos razones plausibles, aunque falsas, que den cuenta de nuestras actitudes. Aquí hay algunos ejemplos:

Un cristiano y hombre de negocios sabe que está mal recurrir a los tribunales contra otro creyente (1 Corintios 6:1-8). Más tarde, cuando se le pide cuentas por esta acción, dice: “Sí, pero lo que él estaba haciendo estaba mal, y el Señor no quiere que se quede sin castigo”.

Mari tiene la intención de casarse con Carlos aún cuando sabe que él no es creyente. Cuando un amigo cristiano le recuerda que esto está prohibido en 2 Corintios 6:14, ella dice: “Sí, pero el Señor me dijo que me casara con él para que así pueda guiarle a Cristo”.

Sergio y Carmen profesan ser cristianos, sin embargo viven juntos sin estar casados. Cuando un amigo de Sergio le señaló que esto era fornicación y que ningún fornicario heredará el reino de Dios (1 Corintios 6:9,10), replicó: “Eso es lo que tú dices. Estamos profundamente enamorados el uno del otro y a los ojos de Dios estamos casados”. Una familia cristiana vive en lujo y esplendor, a pesar de la amonestación de Pablo de que debemos vivir con sencillez, contentos con tener sustento y abrigo (1 Timoteo 6:8). Justifican su estilo de vida con esta respuesta ingeniosa: “Nada hay demasiado bueno para el pueblo de Dios”.

Otro hombre de negocios codicioso, trabaja día y noche para amasar ávidamente toda la riqueza que puede. Su filosofía es: “No hay nada de malo con el dinero. Es el amor al dinero la raíz de todo mal”. Nunca se le ocurre pensar que él podría ser culpable de amar al dinero.

Los hombres intentan interpretar sus pecados mejor que lo que las Escrituras les permiten, y cuando están resueltos a desobedecer la Palabra y esquivarla como puedan, una excusa es tan buena (o mala) como la otra.

¡Gracia y Paz!

(Del libro DE DÍA EN DÍA, Editorial CLIE)

Asamblea Betel

¿NO SABES CÓMO SER PACIENTE?


Santiago 5:10-11
“Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo”

Era la hora punta y todo el mundo parecía estar movido por un sentido de urgencia para llegar a su destino. Justo cuando la luz del semáforo cambió de rojo a verde en una transitada intersección, el auto de Roberto se paró en medio del congestionado tráfico. El trató por todos los medios de encender el motor del automóvil, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Inmediatamente todos los que se encontraban detrás de él, comenzaron a tocar las bocinas de sus vehículos lo que hizo la situación mucho peor. Ante la incapacidad de poder resolver el problema, Roberto hizo una corta oración. Después se bajó del auto, caminó hacia el vehículo que se encontraba detrás del suyo, y amablemente le dijo al chofer: “Lo siento mucho, caballero, pero no puedo hacer que mi auto camine. Si usted fuera tan amable de intentarlo, yo me quedaré en el suyo y continuaré tocando la bocina por usted”.

Como nos enfrentamos a este tipo de situaciones dice mucho de nosotros mismos. ¿Cómo reaccionarías tú si te encontraras en medio de un tráfico congestionado de automóviles y ya se te ha hecho tarde para llegar al trabajo? ¿Qué harías si tu vuelo es retrasado por problemas mecánicos o por mal tiempo? ¿Cómo actuarías tú si se acaba el papel de la caja registradora justamente cuando te van a cobrar? Suponte que apenas tienes el tiempo exacto para llegar a una cita muy importante, y vas a pasar por unas vías de ferrocarril en el momento en que baja la barrera que indica que va a pasar un tren. ¿Puedes respirar profundo y esperar cinco o diez minutos tranquilamente?

La manera de reaccionar en situaciones como estas depende fundamentalmente de la paciencia de cada persona. “Paciencia”, según el diccionario de la Real Academia Española, es “la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse”. Otra definición de paciencia es: “Facultad de esperar con calma cuando algo se desea mucho”. Lamentablemente nuestra naturaleza carnal carece de estas habilidades, y por regla general tenemos la tendencia a irritarnos ante la tardanza o la adversidad. Proverbios 14:29 nos muestra el espíritu que hay detrás de esta actitud. Dice así: “El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad”. Solamente una estrecha comunión con el Señor puede darnos el entendimiento y la capacidad para actuar pacientemente en medio de un problema inesperado, un contratiempo o una contrariedad imprevista, pues la paciencia es fruto del Espíritu Santo, dice Gálatas 5:22. En el Salmo 40:1, David nos muestra la actitud correcta en medio de las pruebas: “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor”. Y Hebreos 6:15 nos dice que Abraham, “habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa”.

No pierdas el control la próxima vez que tus planes sean interrumpidos o cambiados repentinamente. Pide al Señor paciencia para mantenerte en calma y con gozo en medio de una de estas situaciones. Recuerda siempre que los planes que Dios tiene para ti no se deshacen por las tardanzas ni las dificultades. Muchas veces es exactamente lo contrario, para que los planes de Dios se lleven a cabo es necesario esperar a su tiempo, y esto, por regla general a nosotros nos parece una espera demasiado larga. El pasaje de hoy menciona “la paciencia de Job”. Todos conocemos la miseria y los sufrimientos por los que pasó este hombre. Pero él actuó con gran paciencia y al final Dios lo recompensó aumentando al doble todo lo que había perdido (Job 42:10).

Hazte el firme propósito de reaccionar con paciencia en situaciones de demora o tardanza. Ponte a orar, repite algún versículo de la Biblia, o entona un himno o un corito de alabanza al Señor. El Espíritu Santo tomará control de la situación, y te resultará fácil esperar pacientemente. Y el plan de Dios en tu vida se llevará a cabo sin problemas.

ORACIÓN:
Padre amado, te ruego me llenes de tu paz y de tu gozo cuando las cosas no suceden de la manera o con la rapidez que yo deseo, y que tu Santo Espíritu produzca en mí la paciencia que necesito para esperar tus bendiciones. Por Cristo Jesús te lo pido. Amén.

¡Gracia y Paz!
Dios te Habla


¡¡VIVE ESTE DÍA CON LA CERTEZA DE QUE DIOS ESTÁ CONTIGO!!



TRANQUILÍZATE, AL FINAL TODO SALDRÁ BIEN. De manera milagrosa, Dios hará que los efectos de esta adversa situación que estas viviendo, no te toquen. Él, en su soberanía tiene sus métodos perfectos, ilógicos, únicos y oportunos para hacer que todo resulte de manera diferente, y no como tú piensas que sucederá.

Nada te afectará aunque así lo parezca. La fuerza de “las olas” no te golpeará ni te hundirá. Aquí se aplicará en tu vida la alentadora promesa que nos da por medio del profeta Isaías: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2).


¡Gracia y Paz!

LA MUERTE DE CRISTO FUÉ UNA OFRENDA POR EL PECADO....