miércoles, 23 de enero de 2013

DIME LO QUE HACES, Y TE DIRÉ QUIEN ERES



1 Corintios 5:9-11
“En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales; no me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo. Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis”.

Ya Pablo había escrito otra carta a los corintios advirtiéndoles que evitaran asociarse con hombres inmorales o de malas costumbres. Parece que algunos de los miembros de la iglesia interpretaron que tendrían que apartarse totalmente del mundo; sin embargo, la advertencia estaba relacionada únicamente con los miembros de la iglesia. Pablo quiso decir que los hermanos que practicaban ese comportamiento debían ser disciplinados apartándolos de la iglesia hasta que corrigieran su conducta. Ciertamente en una ciudad como Corinto, donde abundaba el pecado, hubiera sido imposible llevar una vida normal sin relacionarse con personas cuyo comportamiento era condenado por la iglesia.

Asimismo, en cualquier ciudad del mundo en la que tú vivas, te encontrarás muchas personas cuyos principios y actitudes son opuestos a lo establecido en la Palabra de Dios. ¿Quiere esto decir que debes apartarte de ellas? Depende de lo que hagas en esa relación. Hay un refrán que dice: “Dime con quien andas, y te diré quien eres”. Sin lugar a dudas, este es el resultado de un juicio a la ligera que muchas veces genera una conclusión incorrecta. Mucho más acertado sería decir: “Dime lo que haces, y te diré quien eres”.

Muchas veces Jesús fue injuriado y acusado porque lo vieron en compañía de hombres y mujeres pecadores, como publicanos y prostitutas. Por ejemplo, en Lucas 19:1-10, la Biblia nos habla de una ocasión en la que el Señor predicaba en la ciudad de Jericó, y estando rodeado de una gran multitud, notó que un hombre llamado Zaqueo se había subido a un árbol para verle, pues era de pequeña estatura. Al ver Jesús el interés de aquel hombre por escucharle le dijo: “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa” (v.5). Y dice la Biblia que “entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso”.

Zaqueo era jefe de los publicanos. Los publicanos se dedicaban a recaudar los impuestos que imponía el gobierno romano, y por eso eran vistos como traidores. Muchos de ellos se aprovechaban y cobraban a los ciudadanos más de lo estipulado, y se quedaban con parte del dinero. Para muchos, estos hombres caían en la misma categoría que los ladrones y los asesinos. Por eso todos murmuraron diciendo que Jesús “había entrado a posar con un hombre pecador” (v.7). Sin embargo, allí Zaqueo se arrepintió del mal que había hecho y prometió dar la mitad de sus bienes a los pobres y devolver cuadruplicado a todos los que había defraudado. La genuina transformación de este hombre hizo que Jesús manifestara: “Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. He aquí el centro, el corazón, el principio fundamental del evangelio: la salvación de los perdidos.

¿Quieres tú participar en este plan de salvación? Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:14-16).

Para que una luz alumbre tiene que acercarse a la oscuridad. No podemos pretender que somos parte del plan de salvación de Dios si ignoramos a aquellos que viven en tinieblas. Debemos acercarnos a ellos con un propósito en nuestra mente: ser instrumentos del Señor para la salvación de sus almas. Que todos nos conozcan por lo que hacemos. Y que todo lo que hagamos honre al Señor.

ORACIÓN:
Padre santo, yo quiero ser un instrumento en tu plan de salvación para aquellos que están perdidos, aunque esto pueda traerme críticas negativas. Que todo lo que yo haga sea hecho de corazón, como para ti y no para los hombres. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

TENTACIÓN: ¿NOS PRUEBA DIOS CON EL MAL?



Comenzando con este artículo, me gustaría tratar el tema de la tentación, su procedencia y cómo enfrentarla. Por tentación aquí me refiero a las trampas e intrigas que tienen, de una u otra manera, el propósito de desarraigar a alguien de su fe u ocasionarle que se vuelva “inactivo” o infructífero. Por tanto, las pruebas a que este artículo se refiere tienen que ver con las intrigas contra la fe. Estas no son pruebas hechas con buenas intenciones para revisar o desarrollar a quien las recibe, al estilo de los maestros que se las aplican a sus alumnos y por los padres a sus hijos. Por el contrario, las tentaciones, las situaciones a las que nos referimos en este artículo, son trampas cuyo propósito es la destrucción de quien cae en ellas.

¿Por qué digo eso? ¡Porque son muchos los que lanzan en un mismo saco todas las pruebas (mal y bien intencionadas), atribuyéndoselas sin distinción alguna a Dios! Entonces, de acuerdo con este punto de vista: ¿Alguien tuvo un accidente automovilístico? ¡Una prueba del Señor! ¿Alguien es perseguido por su fe? Una prueba del Señor. ¿Alguien cayó en una trampa por sus deseos carnales? ¡De nuevo… es el Señor quien lo está probando al poner tal situación en su camino! Esta percepción es completamente antibíblica y por tanto, inaceptable. Incluso es una difamación en contra de quien se dice: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) y en acusarle a Él por cualquier prueba y tentación que se atraviese en nuestro camino. ¿Quién va a querer tener realmente una relación con un Dios tan contradictorio, que, por una parte, da a Su Hijo por la gente pero que, por la otra, tienta con tantas cosas malévolas a la misma gente a quien supuestamente Él ama tanto? Contradictorios y bizarros son todos esos puntos de vista y no Dios, tal y como Él es revelado en la Biblia, que con toda claridad nos dice:

Santiago 1:13
“Cuando alguno es tentado no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie”.

¿A cuántos ha tentado Dios con el mal? ¿Qué nos dice al respecto La Biblia, Su Palabra? ¡A NADIE!

¿Dios prueba a Su gente? Sí, pero no con el mal. En vez de eso, Él nos prueba de la misma forma como un maestro examina a sus alumnos y como los padres lo hacen con sus hijos. Veamos por ejemplo la siguiente prueba de Jesús a Felipe, uno de los 12:

“Cuando alzó Jesús los ojos y vio que había venido a él una gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos? Pero esto decía para probarlo, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: --Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomara un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: --Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué es esto para tantos? Entonces Jesús dijo: --Haced recostar a la gente. Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como en número de cinco mil hombres” (Juan 6:5-10).

Jesús no le hizo la pregunta a Felipe porque Él no supiera la respuesta, sino para probarlo mediante esta pregunta. La palabra griega traducida aquí como “poner a prueba”, es la misma que casi en todos lados se traduce como “tentar”. Pero obviamente esto no fue una tentación como tal, sino que fue una prueba como la que un maestro, tal y como lo es Jesús, haría a sus discípulos. ¡Él les preguntaría cualquier cosa, no necesariamente porque Él no supiera la respuesta, sino porque Él quiere descubrir si ellos la conocen! Es una prueba hecha con buenas intenciones y no una tentativa con el propósito de dañar. Tales pruebas, como las del padre al hijo y del maestro al alumno, son las que Dios nos pone a nosotros. A propósito, como es obvio por las respuestas, Felipe y Andrés no pasaron la prueba.

“Gracia y Paz”
Verdades Bíblicas 

EL HOMBRE QUE TEME A DIOS, NO TEME NADA



Salmo 112:1-2
“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita”.

Sin fe, la gente acude en todas partes en busca de seguridad, incluso en las direcciones más inútiles y patéticas.

La gente recurre incluso a las estrellas silenciosas, el estudio de los signos del zodiaco, en busca de signos de buena suerte, echando por ahí como náufragos en una roca sobre la que aferrarse.

Isaías observado todo esto hace casi 3.000 años, dijo: "Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? (Isaías 8:19).

El hombre que teme a Dios no teme nada. Esto es lo que el Señor dice: "No aprendáis el camino de las naciones, ni desmayéis por señales en el cielo, aunque sus naciones las teman" (Jeremías 10:2).

Reconocemos nuestro Dios en toda su grandeza impresionante y su poder para salvarnos, y nada tiene mayor poder. Lo amamos y confiamos en Él.

“Gracia y Paz”
Uno mas para Cristo

PALABRAS PURAS



Efesios 4:29
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”.

Hace un tiempo, una actriz galardonada defendió valientemente sus convicciones al irse en medio de una ceremonia anual de entrega de premios en música. ¿El motivo? Se sentía cada vez más molesta y decepcionada por lo que describió como «una arremetida de chistes obscenos y de frases de mal gusto», comentarios vulgares y groseros de parte de presentadores, artistas y anfitriones. Señaló que la velada había sido una ofensa para todo el que tuviera una pizca de dignidad y respeto hacia sí mismo.

El vocabulario procaz era un problema incluso en la época del apóstol Pablo. Él les recordó a los creyentes efesios que dejaran de lado las conversaciones vulgares, corruptas, difamatorias y obscenas (Efesios 5:4; Colosenses 3:8). Como eran expresiones de su antigua vida (1 Corintios 6:9-11), ahora no correspondían a su nueva identidad en Cristo. En cambio, un lenguaje sano debía caracterizarlos. Sus palabras buenas o puras les impartirían gracia a los oyentes (Efesios 4:29). El Espíritu Santo los ayudaría a cuidar el vocabulario, los convencería del error de las conversaciones corruptas y los ayudaría a usar sus palabras para beneficio de los demás (Juan 16:7-13).

Se nos llama a reflejar a Dios en todo lo que hacemos, y esto incluye nuestras palabras. Que nuestra boca se llene de expresiones de gratitud y de comentarios que ayuden a otros.

Las palabras sanas fluyen de una vida renovada.


LEA: Efesios 4:25-32


“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

UNA VIDA CAMBIADA



Apocalipsis 3:20.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.

En los años 1990, Carl Lewis, atleta excepcional, fue el hombre más rápido del mundo en correr los 100 metros. Consiguió nueve medallas de oro y tres títulos olímpicos consecutivos de salto de longitud.

En una entrevista declaró lo siguiente: «En junio de 1981 pasé por una experiencia que cambió mi vida. Estaba participando en los campeonatos americanos de atletismo en Louisiana, cuando Willy G., un buen amigo, atleta a nivel mundial del salto de valla, me invitó a la iglesia.

Yo creía que era cristiano porque siempre había asistido a las reuniones cristianas con mis padres. Pero como mucha gente, tenía una idea equivocada de lo que es un verdadero cristiano. El predicador habló del amor de Dios por los hombres, de la venida de Jesús a la tierra, de su vida sin pecado, de su muerte en la cruz y su resurrección. Nos invitó a tener una relación personal con Jesús el Salvador.

En el curso de la reunión hizo la siguiente pregunta: –Si murieses hoy, ¿estarías seguro de ir al cielo? Yo sabía que tenía que ponerme en regla con Dios, que debía recibir a Cristo en mi vida, y este fue el momento crucial. Acepté a Jesús como mi Salvador y Señor. También encontré a muchos amigos cristianos para sostenerme y animarme a ir por el buen camino, el que conduce a Dios».

“Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo” (Juan 6:14).

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

LA VOLUNTAD TÁCITA DE DIOS



Jeremías 29:11-13
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.

A diferencia de la voluntad expresa, la voluntad tácita de Dios nos brinda la alternativa de hacer las cosas siguiendo nuestra voluntad o la de Él. El Señor crea un plan específico utilizando los dones y talentos especiales que tienen los creyentes, y desea compartir su voluntad tácita para que podamos tener vidas victoriosas.

Primero, Dios desea que obedezcamos las leyes morales, como los Diez Mandamientos, que se aplican a todo el mundo. En la Biblia, encontramos principios que pueden traer gozo y significado a nuestras vidas, tales como el mandato de dar siempre gracias y de poner de lado el rencor en favor del perdón (1 Tesalonicenses 5:18; Efesios 4:31, 32).

Seguir estos principios básicos nos permite descubrir la segunda parte de la voluntad tácita de Dios: sus propósitos para nuestra vida personal. Un buen ejemplo es la vocación. Antes de que naciéramos, Dios nos predestinó para que tuviéramos habilidades, talentos y dones espirituales, que se adaptan a ciertos tipos de trabajos.

Por último, la voluntad tácita de Dios está activa en nuestra vida diaria. Lo que nos interesa a nosotros también le interesa a Él, no importa lo trivial que sea. Por ejemplo, todos hemos orado desesperados cuando no encontrábamos algo que estábamos necesitando. Muchas veces, encontramos el objeto en cuestión de segundos porque el amoroso Padre nos llevó justo adonde estaba.

El Señor quiere actuar poderosamente en nuestra vida, y Él enviará bendiciones si le obedecemos. Recuerde que Él es un padre bueno, que además es omnisciente y omnipotente, y esa es una combinación invencible, no importa lo que venga contra nosotros.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria.

ANDAR DIGNO DE DIOS



1 Tesalonicenses 2:12
Y os protestábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó á su reino y gloria.

¿Andar digno de Dios? ¡Esto sí es una meta muy alta! ...Andar digno de Dios que nos llamó a su Reino y Gloria. Aparte de entregarnos a Cristo, y dejar que él viva dentro de nosotros, esto parecería imposible. Pero sí, podemos hacer un esfuerzo para complacerle a Él y vivir de acuerdo con sus enseñanzas. Jesús es el único que ha vivido una vida perfecta en este mundo, pero al grado que nos entreguemos a Él y dejemos que el viva en nosotros, a ese grado tendremos verdadera paz y alegría en nuestros corazones. ¡y mira nada mas! Nos ha llamado a su reino y su gloria. Entonces tratemos de agradarle en todo, eliminando lo malo de nuestras vidas y siguiendo lo bueno de acuerdo con sus mandamientos, ya sea que dejemos este mundo en el retorno de Jesús o que vivamos en santidad hasta que él nos llame. Amen.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día