jueves, 7 de junio de 2012

CRÉDITO A NUESTRA CUENTA

Romanos 4:20-24
“[Abraham] Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro”


Nunca seremos justificados o aceptados como justos delante de Dios a menos que estemos delante de Él con la justicia perfecta de Cristo como si fuera nuestra. Esa es la única justicia que Dios reconoce, así que ¿cómo podemos recibir la justicia perfecta de Cristo?

El Padre celestial nos la imputa a través de nuestra fe. "Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien imputa la justicia de Dios sin obras..." (Romanos 4:6). Pablo cita a David diciendo: "El hombre más rico, más bendito y con más paz sobre la tierra es el que entiende que se le ha imputado una justicia perfecta - sin obras"

Esta justicia tiene que ser imputada a nosotros. No es nuestra por infusión. En otras palabras, Dios no la vierte en nosotros. No, no es nuestra justicia, nada de lo que ha hecho o logrado. Siempre es su justicia, que nos es imputada, acreditado en nuestra cuenta. La palabra imputar significa "referir o valorar, considerar o atribuir a una persona algo que no tiene, contar o acreditar a la cuenta de alguien". Cuando Jesús nos imputa su justicia, Dios la mira como nuestra. No, nosotros no la ganamos, Cristo lo hizo todo y Él lo atribuye a nuestra cuenta.

Esta imputación viene solo por la fe. No podemos trabajar por ella o merecerla de ninguna manera. Por el contrario, a causa de nuestra fe en Jesús y su obra redentora, el Señor nos acredita la justicia de Cristo y somos contados como perfectos en Él. Al confesar nuestros pecados y tener fe en Él, nosotros estamos delante de Dios con una justicia imputada; es una justicia perfecta por fe y no por obras:

"Por lo tanto, es por fe, para que sea por gracia" (Romanos 4:16).

"Porque con el corazón se cree para justicia" (Romanos 10:10).

"La justicia de Dios que es por la fe en Jesucristo, para todos y sobre todos los que creen, porque no hay [distinción]" (Romanos 3:22).

“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)

¿NECESITAS AYUDA EN LA ORACIÓN?

Romanos 8:26-27
"Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos."

¿Has sentido alguna vez que tus oraciones "no pasan del techo"? ¿Te parece como si Dios no escuchara tus ruegos? Si es así, tú no eres la única persona. Muchos creyentes experimentan tiempos de desaliento en su relación con el Señor. Por esta razón Dios nos ha provisto un calificado Ayudador para nuestra vida de oración: el Espíritu Santo. El pasaje de hoy dice que “el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad.” Dios nos dio su Espíritu Santo por muchas razones, una de las cuales es que sea nuestro ayudador en la oración. Pero, ¿cómo exactamente nos ayuda?

En primer lugar nos enseña y nos recuerda las palabras de Jesús, y sus promesas las cuales deben ser la base de nuestra esperanza y de nuestras peticiones. Al anunciarles su partida, Jesús les dijo a sus discípulos: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). Muchas veces no sabemos exactamente qué pedir o cómo pedir en una determinada situación. En estos casos el Espíritu Santo nos ayuda intercediendo por nosotros. Dice el pasaje de hoy: "pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles." Y su intercesión es perfecta "porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos". El Espíritu Santo también nos ayuda al redargüirnos cuando dejamos de orar con la frecuencia que debemos. Y también nos revela nuestras verdaderas necesidades, aquellas que van más allá de simples caprichos o antojos.

Cuando cedemos el control al Espíritu Santo, él nos lleva ante el trono de la gracia donde sentimos la dulce presencia de Dios. A esto se refiere el apóstol Pablo cuando exhorta a los efesios a que permanezcan "orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu" (Efesios 6:18). Orar en el Espíritu significa estar plenamente consiente de la presencia de Dios. Es descansar totalmente en Dios, es enfocar nuestra mente y nuestro espíritu en una sincera adoración al Señor, es prestar total atención a la voz del Espíritu Santo mientras nos recuerda las palabras de Jesús que podemos aplicar a la situación en la que nos encontramos, es deleitarnos profundamente en un tiempo de dulce comunión con nuestro Padre celestial manifestando una total entrega y sumisión a él.

Cuando permitimos que el Espíritu Santo nos ayude, las barreras son levantadas de nuestra vida de oración. Nos sentimos libres para experimentar la paz de Dios y estar así preparados para recibir su dirección. De esta manera el Espíritu Santo nos capacita para entregar nuestras cargas y preocupaciones, aún aquellas que no somos capaces de expresar, en las manos poderosas de nuestro Padre Celestial.

El Espíritu Santo está siempre dispuesto a ayudarte a pedir de la manera en que te conviene pedir, de la manera en la que el Padre suplirá de manera perfecta tus necesidades, aunque tú no estés consiente de ellas. Cuando ores, olvídate de ti y cede todo el control de tu vida al Consolador. En silencio entrégate humilde y confiadamente en sus manos, deja que él te lleve a niveles espirituales profundos donde vas a experimentar una infinita e inexplicable paz.

ORACION:
Padre celestial, gracias por tu Santo Espíritu quien nos ayuda, nos consuela, nos enseña e intercede por nosotros. Te ruego me ayudes a ceder a él todo el control para que me lleve hasta tu misma presencia y pueda yo sentir esa paz tan maravillosa que sólo proviene de ti. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

LAS BENDICIONES DE LA INCOMPETENCIA

2 Corintios 3:1-6
“¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica”.

Pablo nunca afirmó que era capaz de lograr todo lo que Dios lo llamó a hacer. Simplemente aprendió a mirar más allá de su propia incompetencia, a la competencia de Cristo. Si adoptamos la misma práctica, podremos descubrir las bendiciones ocultas en nuestras experiencias de incompetencia.

Nuestra insuficiencia nos lleva a Dios. Cuando nos damos cuenta de que una situación es más grande de lo que podemos manejar, nos apresuramos a abrir la Biblia y orar en busca de orientación y poder.

La incompetencia nos libera de la carga de luchar con nuestras propias fuerzas y de la autosuficiencia.
La incompetencia lleva a la dependencia del poder divino. Nunca seremos competentes hasta que recurramos al poder del Espíritu Santo. Él hace en y a través de nosotros lo que Dios nunca quiso que hiciéramos por nuestras propias fuerzas.

Al utilizar personas débiles e insuficientes, Dios demuestra cuán grandes cosas puede hacer. Él se deleita escogiendo a personas que no prometen nada, para realizar sus propósitos. No hay límite a lo que Él puede hacer por medio de alguien dispuesto a darle el control total.

El sentimiento de incompetencia desafía nuestra fe. Pablo dice: "Nuestra competencia proviene de Dios" (v. 5). Quienes se enfocan en la fiabilidad de esta promesa y dan un paso de obediencia, crecerán en la fe.

¿Por qué sufrir todo el temor, la presión y la frustración que acompañan a los sentimientos de insuficiencia, cuando hay una alternativa? Deje que el Señor le haga competente: confíe en Él, y permita que Cristo viva en y a través de usted. Él sustituirá su ansiedad con un tranquilo espíritu de contentamiento.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

TAZON CANTOR

3 Juan 8
“Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad”.

El artista y científico Michael Flynn diseñó un tazón cantor para una competición internacional de arte, ArtPrize, que se llevó a cabo en los Estados Unidos. Este tazón gigante no requiere electricidad para funcionar, pero sí exige que se suministre algo que escasea: cooperación.

Mientras observaba a la gente tratando de hacer que el tazón cantara, me sorprendió que nadie se molestara en leer las instrucciones sobre moverlo delicadamente. Impacientes por conseguir que sonara, esas personas seguían intentando hacer lo que se les ocurría. Al rato, se iban frustrados y decepcionados, como si el tazón tuviera algún defecto.

Me pregunto cuántas veces nos frustramos porque la vida no camina como esperamos. Seguimos tratando de hacer lo que nos parece correcto, pero todo continúa saliendo mal. En vez de seguir las instrucciones de la Palabra de Dios, intentamos una y otra vez salir adelante como a nosotros nos parece.

El tazón cantor nos recuerda que no podemos esperar que nos vaya bien si ignoramos las instrucciones del Diseñador (Deuteronomio 4:40). La desobediencia divide a las personas entre sí y nos separa de Dios. Para cumplir Su plan para este mundo y dar a conocer el camino para la salvación (Salmo 67:2), debemos seguir Sus indicaciones sobre cómo vivir y trabajar juntos y en paz. Cuando la vida no anda bien, es probable que hayamos dejado de seguir el plan de Dios.

Lectura: Deuteronomio 4:32-40
La vida es una canción hermosa que Dios está enseñándonos a interpretar.

“Gracia y Paz”

JESÚS VIENE PRONTO

Números 14:21
“Mas, ciertamente vivo yo y mi gloria hinche toda la tierra”

Esto es una promesa. En poco tiempo llega. Jesús viene ya y tú necesitas estar preparado. Este mundo presente con su caos, devastación moral, naufrago y ruin será destrozado y reemplazado. En Apocalipsis 21:5 Dios dice, “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas”. En Isaías 65:18 dice, “He aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo”. No va haber más derramamiento de petróleo, violación de niños, perversión, concupiscencia, inmoralidad, maldición, llanto y dolor, sino va haber canto, adoración a Dios, regocijo, y felicidad, “Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” Habacuc 2:14.

Al hablar de la nueva Jerusalén Dios dice: “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero”. ¿Estará escrito allí tu nombre? El Señor lo escribe allí cuando te arrepientes de tus pecados y pones tu fe en Jesús como tu único Salvador, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Espero verte pronto en la nueva Jerusalén. Amen.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día