sábado, 8 de diciembre de 2012

¿QUIÉN ES ESTE JESÚS?



Mateo 16:13-16
“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.

En toda la historia, nadie ha producido un impacto más grande en este mundo que Jesucristo, pero muchas personas simplemente no entienden quién es Él. Algunos creen que su vida comenzó en un pesebre en el antiguo pueblo de Belén, pero en realidad, Él había existido desde hacía mucho tiempo antes (Miqueas 5:2). Jesús es el Hijo eterno de Dios, lo que significa que no tiene principio ni fin (Juan 1:1). Su nacimiento en Belén no fue más que su entrada física en el mundo que Él mismo creó.

El Señor Jesús era el Mesías largamente esperado, que vino al mundo para llevar a cabo la misión que le había dado su Padre. En cierto momento, Él preguntó a sus discípulos: “Vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mateo 16:15). Esta es la pregunta que cada uno de nosotros debe responder. No hay término medio cuando se trata de resolver quién es Jesús, porque Él dijo que Él era el único camino al Padre (Juan 14:6).

En Mateo 16:16, cuando Pedro respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, Jesús le dijo que el Padre le había revelado esta verdad (v. 17). Nosotros, también, necesitamos la ayuda del Señor para comprender quién es Jesús. La mejor manera de entenderlo es analizar su nacimiento, su vida y su ministerio, tal como están recogidos en las Sagradas Escrituras.

Saber simplemente lo que dice la Biblia sobre Jesús, no es suficiente. Después que usted llega a saber quién es Él, y qué vino a hacer, debe responder. ¿Qué hará con Jesús? Escuchar la verdad y rechazarla es suicidio espiritual, pero quienes creen y aceptan a Jesucristo, reciben vida eterna.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

LLEVADO A DIOS POR EL EVANGELIO



Isaías 55:6
“Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”.

Romanos 5:1
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.  

«Busqué a Dios en mi religión y también en la naturaleza a la que tanto amaba, pero no lo encontré, y mi corazón siguió insatisfecho. Cierto día, mientras paseaba, entré en un lugar donde anunciaban el Evangelio. Me impresionó mucho la simplicidad de la predicación. Para mí fue una revelación. Algunos días después el Señor me habló y me dijo: «No dejes pasar la gracia que estás buscando desde hace tanto tiempo. ¡Tómala!». Tocado en lo más profundo de mi ser, lloré mucho… Comprendí que era pecador. Hasta ese momento me dirigía a los ídolos de mi religión, sin darme cuenta de que sólo se puede ir al Padre por medio de Jesucristo, quien es “el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6).

Quedé totalmente convencido de esto. Fue una inmensa gracia, una iluminación; comencé a comprender algo de la grandeza de la cruz de Jesucristo, el Hombre de dolores del que habla el libro de Isaías (53:3). Él cargó con mis pecados, llevó mis dolores. Perdonó todos mis pecados y me dio su paz que sobrepasa todo entendimiento y domina todas las pruebas. Desde ese momento experimenté una profunda alegría al descubrir su amor, un amor que nunca nos defrauda».

La conversión no es un cambio de religión, sino aceptar el Evangelio de Jesucristo. Ésta consiste en confesar nuestros pecados ante Dios y aceptar por fe al Señor Jesús y su obra expiatoria en la cruz.

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

SEMBRANDO LAS SEMILLAS DE LA ETERNIDAD



Gálatas 6:7
No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Yo vi un cuadro de un agricultor en un campo de MAÍZ. Parecía perplejo, y se rasguñaba la cabeza. Decía, “Hubiera jurado que sembré TRIGO”. Pero podemos estar seguros que plantó MAÍZ. Lo que SIEMBRAS es lo que COSECHAS. En esta vida, todos estamos sembrando LAS SEMILLAS DE LA ETERNIDAD. El versículo que sigue del texto dice: “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.

Tú estás sembrando para LA ETERNIDAD. ¿Qué estás sembrando? ¿Cuál será TU COSECHA? No te engañes. De Dios no se burla. “Porque lo que el hombre siembra, es lo que segará”. Gálatas 6.7

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día