viernes, 7 de noviembre de 2014

SI CREES VERAS LA GLORIA DE DIOS...


¿Cuántas veces los cristianos aceptamos un problema o situación, como si ya no fuera posible hacer nada más? Nos damos por vencidos y dejamos de luchar o de orar, y nos rendimos, porque vemos el problema tan grande ante nuestros ojos, que nos sentimos impotentes y desarmados para hacerle frente.

Lo vemos como una muralla tan in escalable, que asumimos que nada podemos hacer ante ella. Y esto lo hacemos con cosas mucho menos importantes que la muerte. Y ¿Por qué digo esto? Recordemos las impresionantes palabras que Jesús le dijo a Marta: ¿NO TE HE DICHO QUE SI CREES, VERÁS LA GLORIA DE DIOS?

¿Cuántas veces dejamos de ver la gloria de Dios en nuestras vidas por la falta de Fe? Nos falta creer en el poder absoluto de Dios ante cualquier situación o problema, por irreversible que parezca.

Que duros de entendimiento somos. Sabemos intelectualmente que Dios es todopoderoso, que no hay problema que Él no pueda resolver. Sabemos que Cristo venció a la muerte, levantándose de los muertos, después de tres días y aún así, no somos capaces de creer que Él puede solucionar cualquier problema.

Pidamos perdón a Dios por no reconocer su poder. Apartemos las dudas de nuestra mente y confiemos plenamente en aquél, que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantes de lo que pedimos o entendemos.

¡A Él sea la gloria por los siglos de los siglos, Amen!


¡Gracia y Paz!

DIOS DESEA QUE MOSTREMOS A OTROS EL CAMINO



Dicen que el ejemplo vale más que mil palabras. Quizás muchos no leerán en su vida otro evangelio que lo que nosotros les mostremos con nuestras propias vidas. Por eso es muy importante que vivamos una vida de entrega a Cristo, buscando su voluntad, obedeciendo su palabra y llevando la luz dondequiera que vayamos. Nosotros hemos de marcar la diferencia, para que el mundo vea en nosotros el reflejo de Cristo.

La gente está cansada de palabras y más palabras, pero el impacto que produce en los demás, una vida de entrega a Dios, eso siempre queda y no pasa inadvertido.

Hay mucha gente que nunca ha escuchado un sermón, y tal vez nunca han tenido una Biblia en sus manos, pero el testimonio de una vida entregada a Cristo indudablemente despertará en ellos el deseo de conocer más.

Debemos de ser imitadores de Cristo, o mejor dicho: FIELES SEGUIDORES DE CRISTO, y apartarnos de toda forma de pecado. Somos hijos del Dios altísimo y nuestro testimonio debe de ser de fidelidad y obediencia.

¿Vive Cristo en nuestras vidas de tal manera que los demás se den cuenta de ello?
¿O tal vez nos confundimos tanto con el mundo, que nadie nota la diferencia?
¿Estamos mostrando al mundo que ser cristiano vale la pena?
¿Contagiamos a los demás de nuestra pasión por Cristo?
¿Que ven en nuestras caras, gozo o desánimo?


¡Gracia y Paz!

¿CREES QUE DIOS SE TARDA EN CONTESTAR TUS ORACIONES?




Salmo 40:1-3
“Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en el Señor”

Muchas veces no entendemos el por qué Dios se “tarda tanto” en contestar nuestras oraciones, pero en este salmo aprenderemos que debemos ser pacientes y esperar. Debemos estar conscientes, en primer lugar, de que la sabiduría de Dios es muy superior a la nuestra. Él nos dice en Isaías 55:9: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. Y debemos tener la seguridad de que esos pensamientos que Dios tiene acerca de nosotros son buenos, pues él lo dice en Jeremías 29:11: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Yahweh, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Resumiendo podemos decir que, en su omnisciencia, Dios sabe qué es lo mejor para nuestras vidas, y quiere lo mejor para nosotros porque nos ama, y además tiene todo el poder para llevarlo a cabo. Así dice Efesios 3:20 al referirse a Dios: “Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos”. Estas son razones más que suficientes para esperar pacientemente en el Señor. Pero hay más razones por las que debemos esperar siempre su tiempo, el cual es perfecto y oportuno:

Primero, la Biblia nos habla de muchas situaciones en las cuales Dios dio instrucciones claras y precisas a su pueblo o a alguna persona en particular. Solamente aquellos que decidieron esperar en él obtuvieron las bendiciones que el Señor tenía preparadas para ellos. Por ejemplo, tenemos a Noé, Abraham, Moisés, David y José. Todos ellos tuvieron que pasar por períodos de espera muy largos y penosos antes de que Dios llevara a cabo sus planes de bienestar y prosperidad en sus vidas. Un ejemplo negativo lo vemos en el pueblo de Israel, la mayoría de los cuales no pudieron disfrutar de la tierra prometida simplemente porque no siguieron las instrucciones del Señor y se apresuraron a actuar por su propia cuenta.

Otra razón por la que Dios, en ocasiones “se demora” en contestar, es porque su respuesta a nuestras oraciones puede afectar a otras personas. Cuando esperamos el tiempo del Señor sin desesperarnos, permitimos que él pueda organizar todos los factores y las circunstancias de manera que los resultados sean perfectos y beneficien a todos los que están envueltos. Además ese tiempo de espera es usado por Dios con el fin de prepararnos para la respuesta que él tiene para nosotros. Créelo o no, muchas veces no estamos preparados para la respuesta de Dios. Quizás necesitemos lidiar antes con pecados que no hemos confesado o quizás crecer espiritualmente en algún área de nuestras vidas. Lo cierto es que cuando Dios ha terminado su trabajo de preparación con nosotros, vamos a disfrutar mucho más de todo lo que vamos a recibir.

1 Pedro 5:6 dice: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo”. Se requiere que hayamos llegado al punto de humillarnos, es decir haber echado fuera ese falso orgullo que trata de convencernos de que nosotros podemos tomar decisiones correctas basados en nuestra sabiduría. “Cuando fuere tiempo” se refiere al tiempo perfecto, el cual es determinado por Dios para “exaltarnos”, o sea bendecirnos abundantemente.

Esperar pacientemente al Señor siempre resulta en recibir bendiciones más grandes de las que podemos imaginar. Enfoca tu pensamiento y tu atención totalmente en él, y espera su tiempo. Nunca pienses que las “demoras” de Dios son respuestas negativas. No te desesperes. Confía en el Señor. Siempre vale la pena.

Oración:
Bendito Padre celestial, te ruego me des la fuerza, la fe y el valor para esperar pacientemente por tu respuesta, por tu dirección y por la solución a mis problemas. Desde este momento yo dispongo mi corazón para confiar plenamente en ti y esperar descansando en la confianza de que tú me amas y deseas lo mejor para mí. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

PODEMOS HACER DE CADA DÍA UNA FIESTA...


Nunca te han preguntado ¿eres Salvo?


Nunca te han preguntado ¿eres Salvo? y quizás podríamos responder ¿Salvo de qué?

“Cercano está el día grande de Yahweh, cercano y muy presuroso; voz amarga del Día de Yahweh; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, Día de trompeta y de algazara, sobre las ciudades fuertes, y sobre las altas torres. Y atribularé los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Yahweh: y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Yahweh; pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo: porque ciertamente consumación apresurada hará con todos los moradores de la tierra” (Sofonías 1:14-18).

La respuesta correcta es: Salvados de la ira divina, salvado de Dios mismo. ¿Eres salvo?