viernes, 15 de junio de 2012

LAS PROPIEDADES DE LA SANDIA


La sandía, también conocida como patilla, melón de agua o melancia, es uno de los frutos de mayor tamaño de cuantos se conocen y puede alcanzar hasta los 10 kilos de peso.

Es el fruto de la sandiera, planta de la familia de las Cucurbitáceas, que incluye unas 850 especies de plantas herbáceas que producen frutos generalmente de gran tamaño y protegidos por una corteza dura.

ORIGEN Y VARIEDADES
La sandía se considera originaria de países de Africa tropical y su cultivo se remonta desde hace siglos a la ribera del Nilo, desde donde se extendió a numerosas regiones bañadas por el mar Mediterráneo. Los pobladores europeos fueron quienes la llevaron hasta América, donde su cultivo se extendió por todo el continente. Hoy en día es una de las frutas más extendidas por el mundo, y los principales países productores son: Turquía, Grecia, Italia, España, China y Japón.

Se tiene constancia de más de cincuenta variedades de sandía, que se clasifican en función de la forma de sus frutos, el color de la pulpa, el color de la piel, el peso, el período de maduración, etc.

Genéticamente existen dos tipos de sandías:

Sandías diploides o con semillas: son las variedades cultivadas tradicionalmente, que producen semillas negras o marrones de consistencia leñosa. Según la forma de sus frutos encontramos:

Frutos alargados: de corteza verde con bandas de color más claro. Se llaman melonas. En España apenas se cultivan. Destacan los tipos Klondike y Charleston Gray.

Frutos redondos: de corteza de color verde oscuro o negro, son los ejemplares más cultivados aunque están siendo desplazadas por las variedades sin semillas.

Destacan: Crimson Sweet (Almería), Resistent (Valencia), Sugar Baby (Italia, Grecia, Turquía y España - Almería y Valencia-), Dulce Maravilla o Sweet Marvell y Early Star, entre las más conocidas y cultivadas.

Sandías triploides o sin semillas: Se trata de variedades que tienen unas semillas tiernas de color blanco que pasan desapercibidas al comer el fruto. Se caracterizan por tener la corteza verde clara con rayas verdes oscuras y la carne puede ser de color rojo o amarillo. Destacan: Reina de Corazones (Almería), Apirena, Jack y Pepsin, entre otras.

SU MEJOR ÉPOCA
Las sandías cultivadas al aire libre florecen entre finales de primavera y principios de verano, por lo que los frutos están en su punto óptimo de sazón a lo largo de todo el verano y principios del otoño. No obstante, la sandía se cultiva en invernadero, por lo que es fácil disponer de ejemplares a lo largo de todo el año.

CÓMO ELEGIRLA Y CONSERVARLA
Sabemos si una sandía está madura si la mancha de la cáscara que ha estado en contacto con el suelo es de color amarillo cremoso. Una mancha blanca o verdosa indica que se recogió antes de tiempo y resultará insípida, pues la sandía es un fruto no climatérico, motivo por el cual, para que sea de buena calidad ha de recolectarse cuando está totalmente madura. El truco para elegir una sandía madura es que al darle golpes con los dedos o las palmas de las manos ésta suene a "hueco". Su superficie no ha de presentar cicatrices, quemaduras de sol, abrasiones, áreas sucias, magulladuras u otros defectos. Si se adquiere una sandía en trozos, conviene asegurarse de que la carne es firme y jugosa.

PROPIEDADES NUTRITIVAS
La sandía es una fruta que se conserva en perfecto estado durante dos semanas si se mantiene a unos 15°C, y hasta tres semanas a 7-10°C. Debido a que es muy sensible al frío no debe mantenerse a temperaturas inferiores a 7-10ºC. Su gruesa corteza le permite aguantar en buenas condiciones durante bastantes días a temperatura ambiental.

Muchas sandías se embarcan sin enfriamiento o sin refrigeración y se les mantiene así durante el tránsito, por lo que deben venderse rápidamente pues su calidad se reduce muy rápido en estas condiciones.

Composición por 100 gramos de porción comestible
Calorías 20,3
Hidratos de carbono (g) 4,5
Fibra (g) 0,3
Potasio (mg) 88,5
Magnesio (mg) 11
Ácido fólico (mcg) 3
Beta-caroteno (provitamina A) (mcg) 18
mcg = microgramos

La sandía se puede decir que es la fruta que más cantidad de agua contiene (93%), por lo que su valor calórico es muy bajo, apenas 20 calorías por 100 gramos. Los niveles de vitaminas y sales minerales son poco relevantes, siendo el potasio y el magnesio los que más destacan, si bien en cantidades inferiores comparados con otras frutas. El color rosado de su pulpa se debe a la presencia del pigmento licopeno, sustancia con capacidad antioxidante.

El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

LOS BENEFICIOS
La sandía se puede decir que es la fruta que más cantidad de agua contiene (93%), por lo que su valor calórico es muy bajo, apenas 20 calorías por 100 gramos. Los niveles de vitaminas y sales minerales son poco relevantes, siendo el potasio y el magnesio los que más destacan, si bien en cantidades inferiores comparados con otras frutas.

El color rosado de su pulpa se debe a la presencia del pigmento licopeno, sustancia con capacidad antioxidante.

El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

·      La sandia calma la sed.
·      Posee propiedades depurativas.
·      Limpiador natural del Hígado y los Riñones.
·      Es recomendable en problemas renales o de las vías urinarias.
·      Muy indicada en dietas de adelgazamiento.
·      Su consumo produce sensación de saciedad.
·      Su contenido en fibra ayuda a limpiar los intestinos.
·      Favorece la eliminación de residuos tóxicos.
·      Poder vasodilatador que puede ayudar a reducir la presión sanguínea

SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano; “He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6), ¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1 corintios 6:19). Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer (Génesis 1:29).

“Gracia y Paz”
Fuente: Alimentación Sana

LLEVAR SU CRUZ

Lucas 9:23
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.

Lucas 14:27
“El que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”.

Algunas personas que pasan por una prueba se refieren a ella como su calvario o la cruz que deben llevar. Muchos consideran que, en justa compensación, los que aceptan su sufrimiento con resignación se hacen merecedores de un lugar en el cielo y tendrán derecho a la felicidad en el otro mundo. ¡Error fatal! No son nuestros sufrimientos los que nos dan derecho a tener la vida eterna, sino los de Jesús. Sólo él subió al Calvario, plenamente consciente de lo que le esperaba como víctima para expiar nuestros pecados.

Entonces, ¿Qué significa la expresión «tomar» o «llevar» su cruz? El Señor sólo pide esto a los que quieren seguirle: el joven rico, sus discípulos. Es aceptar perderlo todo, incluso su vida, para seguir y servir a Jesús. La cruz también es un símbolo de muerte. El condenado que llevaba su cruz hasta el lugar de la ejecución, proclamaba públicamente que, para el mundo, dejaba de existir. Moralmente esta es la situación del que ha creído en el Señor Jesús.

El cristiano está muerto al pecado, muerto al mundo, pues está identificado con Cristo en su muerte y en su vida, ya que tiene una vida nueva (Romanos 6:11; Gálatas 6:14). El mundo, el mal y la voluntad propia ya no tienen ningún derecho sobre él. No es, en absoluto, una carga dolorosa de la que nos encantaría liberarnos; esta cruz liberadora es el instrumento de la victoria, el arma distintiva y la bandera gloriosa del soldado de Jesucristo.

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

TODO ES POSIBLE PARA DIOS



La fe comienza con una entrega total de uno mismo al cuidado de Dios – pero nuestra fe debe de ser activa, no pasiva

Debemos tener total confianza en que Dios puede y hará lo imposible. Jesús dijo, “Para Dios todo es posible” (Mateo 19:26). “Nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:37). Para decirlo en una manera corta, “¡Dios es suficiente!”

El Señor estaba haciendo de Abraham un hombre de fe, al ponerlo en una situación imposible. Él quería escuchar a su siervo decir, “Padre, tu me trajiste aquí, y tú conoces lo que es mejor. Así que voy a estar firme, y voy a creer que tú harás lo imposible. Pondré mi vida en tus manos, confiando totalmente que no permitirás que yo o mi familia pasemos hambre. Yo sé que nos cuidarás – ¡porque tú prometiste que yo tendría descendencia!”

Nuestra fe no es para sacarnos de una dificultad ni para cambiar una situación dolorosa. En lugar de eso, es para revelarnos la fidelidad de Dios en medio de nuestra situación grave. Dios a veces cambia nuestra situación difícil. Pero más a menudo no lo hace – ¡porque él quiere cambiarnos!

Nosotros simplemente no podemos confiar completamente en el poder de Dios hasta que lo experimentamos en medio de nuestra crisis. Ese fue el caso con los tres jóvenes Hebreos. Ellos vieron a Cristo sólo cuando estaban adentro del horno ardiente. Y Daniel experimentó el poder y la gracia de Dios cuando él fue arrojado en el foso de los leones. Si ellos hubiesen sido sacados de sus circunstancias, nunca hubiesen conocido la gracia completa del poder milagroso de Dios. Y Dios no hubiese sido exaltado ante los impíos.

Nosotros creemos que estamos siendo testigos de grandes milagros cuando Dios quita nuestras tormentas y crisis. Pero podemos fácilmente perdernos la lección de fe en esos tiempos – la lección que enseña que Dios permanece fiel a nosotros a través de nuestros tiempos difíciles. A través de la fe, él nos quiere elevar por encima de nuestras pruebas, para que podamos decir, “Mi Dios puede hacer lo imposible. Él es un liberador, y él verá que yo atraviese esto”.  

Cuando Abraham descendió a Egipto, él le estaba diciendo a Dios, en esencia, “Señor – yo me encargo ahora de las cosas desde aquí”. Él supuso que se había equivocado, que había escuchado la voz errada – y ahora él tenía que encargarse de arreglar las cosas. Aquí es donde Abraham dejó la senda de la fe. Él reunió a su grupo y les dijo, “Yo no sé dónde me equivoqué, pero no podemos sobrevivir aquí. ¡Nos vamos a Egipto!”

La Buena noticia es, que nuestras fallas muy a menudo nos llevan a desarrollar una fe fuerte. Pero sin embargo, tendremos que afrontar las consecuencias que vienen cuando dejamos la senda de la fe y actuamos en la carne.

“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)

¿SIENTES SED DE DIOS?



 Salmo 42:1-2
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”

¿Entiendes lo que David sentía cuando escribió “Mi alma tiene sed de Dios” en el pasaje de hoy? Sin duda alguna todo ser humano sentirá “hambre” y “sed” de muchas cosas en su vida. Muchos estudios demuestran que además de nuestras necesidades básicas relativas a la comida y al agua, todos tenemos una serie de necesidades emocionales y espirituales que anhelamos satisfacer. Entre ellas amor, aceptación y seguridad. La mayoría de las personas en este mundo pasan años buscando alguien o algo que satisfaga esas necesidades. Lo que muchos no entienden es que Dios es la única fuente de total satisfacción para esas necesidades. Sólo en él se puede encontrar la aceptación, la seguridad, el amor, el gozo y la paz que pueden calmar de manera profunda y permanente cualquier sed o hambre espiritual por grandes que estas sean. Así declaró Jesús a la mujer samaritana, cuando se la encontró junto al pozo de Jacob: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:13-14).

Quizás no lleguemos a tener muchas riquezas y posesiones en esta vida, pero lo más importante es tener a Dios. Y porque él es nuestro Padre, debemos continuamente sentir en nuestros corazones un ferviente deseo de conocerlo cada vez más profundamente. Mientras mayor sea nuestra sed y hambre del Señor, más se va a revelar él a nosotros. Y mientras más él se revela, más le amaremos y confiaremos en él y más bendiciones recibiremos. Cuando verdaderamente deseamos y buscamos a Dios, él abre nuestros corazones y nuestras mentes para que veamos cosas que de otra manera nos sería imposible ver. Entonces experimentaremos el gozo, la paz y la felicidad que solamente están disponibles a través de la presencia y el poder de nuestro Señor Jesucristo.

Cuando una persona siente hambre y sed de Dios, pasar tiempo a solas con él se convierte en su prioridad. Esta persona sentirá la necesidad de tener compañerismo con el Señor, y hará el tiempo para ello, cualquiera sean las circunstancias que le rodeen. La oración y la meditación en la Palabra de Dios serán para su alma un verdadero manantial de agua fresca. David experimentó todo esto por medio de una profunda e íntima relación con Dios, y lo expresó en muchos de sus Salmos. Por ejemplo, mientras huía del rey Saúl y su ejército que le buscaban para matarlo, escondido en el desierto de Judá, David escribió el Salmo 63. Dice el versículo 1: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas.”

Cuando actuamos guiados por una genuina sed y hambre de Dios, comenzaremos a experimentar libertad de las ataduras de este mundo, nuestras cargas serán más ligeras, y continuamente se presentarán ante nosotros nuevas oportunidades para crecer en nuestra fe. Pero para experimentar de manera profunda la vida abundante que Jesús prometió, tenemos que llegar a conocer íntimamente a nuestro Padre celestial. Así lo expresó Jesús en Juan 17:3: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” Y esto sólo es posible cuando sentimos la necesidad de un trato diario y constante y una búsqueda incesante del rostro de Dios. En el pasaje de hoy, David manifiesta este sentir cuando se pregunta: “¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”

ORACIÓN:
Padre santo, anhelo conocerte íntimamente y sentir tu santa presencia en mi vida. Por favor, pon en mi corazón una sed y un hambre de ti que me hagan buscar tu rostro diariamente, gozarme en tu compañía y experimentar tu amor y tu paz inefable. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

LAS DECISIONES QUE LLEVAN AL CONTENTAMIENTO


Romanos 8:28
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

Piense en alguna circunstancia de su vida que cambiaría si pudiera. ¿Se siente frustrado? ¿Preocupado? ¿Enojado? Para experimentar el verdadero contentamiento en medio de cualquier circunstancia --ya sea debido a un sufrimiento o a un anhelo no satisfecho--, debe aceptar que la situación fue permitida por Dios, aunque Él no la haya causado.

En estas situaciones suelo orar, diciendo: "Señor, elijo aceptar esto como si viniera de ti. No importa lo que veo en este momento, elijo esperar en ti". Entonces puedo descansar en su omnipotencia y en el conocimiento de que soy un hijo del Dios viviente. En vez de sentirme como una víctima desamparada e impotente de mi circunstancia, sé que estoy cuidado y guiado por mi Padre soberano, pase lo que pase.

La segunda decisión crucial es la sumisión total. Esto no significa acercarse a Dios de un modo poco sincero, y decirle: "Bueno, Señor, solo quiero darte gracias por esto ¡Todo está tan bien!". No, no lo está. Sea honesto y reconózcalo. "Esto es doloroso, y no me gusta. Pero elijo someterme a ti, porque eres fiel y compasivo. Estoy dispuesto a perseverar hasta que logres en mí lo que tú quieras. Elijo sacar de tu fuerza para todo lo que necesito". Si usted toma esta decisión y obedece, sus temores perderán su poder.

Es posible que usted crea o no Romanos 8.28. Si lo cree, puede encomendarse al Señor, sabiendo que Él quiere lo mejor para usted, y por eso le cuidará, y no se apartará nunca de su lado. Si usted acepta estas verdades, no tendrá razones para sentirse ansioso.

>>Lectura: Romanos 8:28-39<<

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

HAZ TODO LO QUE PUEDAS


 Juan 2:1-10
“Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora”

Necesitas hacer todo lo que esté de tu parte, para que el milagro que esperas se produzca. Dios NO hará lo que está bajo tu responsabilidad, pero SI hará lo que está mas allá de tus capacidades naturales.

En las bodas de Caná, para que Jesús transformara el agua en vino, fue necesario que las tinajas fueran llenadas hasta arriba y llevadas a otro lugar, pero era una acción humana que el Señor demandaba como condición para el milagro. Dios no hace lo que tú puedes hacer.

Ora por sabiduría, para que sepas que hacer y como proceder ante esta situación imposible que ahora atraviesas.

No temas, pues cuando hayas hecho todo lo que estaba bajo tu alcance, es cuando verás el poder y la soberanía de Dios obrando a tu favor, aun a pesar de los tiempos difíciles que enfrentes.

“Gracia y Paz”
Reflexiones para Meditar y Compartir

ACERCA DE LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR JESUCRISTO


1 Pedro 1:13
“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”.

Creo firmemente que toda la Escritura está relacionada y que su contenido es importante. No obstante, me sorprendí cuando en una de mis lecturas, en el libro de 1 Pedro, hablaba de los cuatro temas del Adviento, ese lapso en el calendario eclesiástico cuando muchos cristianos se preparan para celebrar la primera venida de Cristo mientras aguardan con ansias Su segundo advenimiento. Durante el Adviento, se enfatizan la esperanza, la paz, el gozo y el amor que Dios envió con Jesucristo.

ESPERANZA. Tenemos una herencia reservada en los cielos, una esperanza viva por la resurrección de Cristo de entre los muertos (1 Pedro 1:3-5).

PAZ. Amaremos la vida y veremos días buenos si nos alejamos del mal, hacemos el bien y buscamos la paz, porque el Señor vela sobre los justos y oye sus oraciones (3:10-12).

GOZO. Tenemos un gozo inenarrable aunque experimentemos pruebas, porque nuestra fe está evaluándose y demuestra ser genuina. El fin de esta fe es la salvación de nuestra alma (1:6-9).

AMOR. Podemos amarnos unos a otros con un corazón puro porque nacimos de nuevo por medio de la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1:22-23).

Debido a que Cristo vino la primera vez, podemos vivir con esperanza, paz, gozo y amor hasta que Él vuelva.

Si en este tiempo buscamos esperanza, paz, gozo y amor, miremos a Dios.

>>Lectura: 1 Pedro 1:3-5, 13-21<<

“Gracia y Paz”
Reflexiones cristianas

LA FE CONTADA POR JUSTICIA


Génesis 15:6
“Y creyó á Jehová, y le fue contado por justicia”.

Abraham fue viejo cuando Dios le prometió un hijo y una cantidad enorme de descendientes (Génesis 15:5). El creyó esta asombrosa promesa, y Dios le aceptó y le acreditó su creencia como justicia personal.

Pablo dice en Romanos: Su fe no flaqueó, al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años) o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, completamente convencido de que Dios era también poderoso para hacer todo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, es decir, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Romanos 4:19-25). Así es que si tú crees en Jesús como tu Salvador, Dios te considera como justo, porque Cristo ya sufrió el castigo que nuestros pecados merecían. ¿Y tú? ¿Ya te has entregado a él por la fe?

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día