miércoles, 13 de junio de 2012

LA IGLESIA QUE NECESITAMOS (2 Parte)

Hechos 1:42. 46, 17
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones… Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo en las casas, comían juntos, con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo”.

Los versículos del comienzo dan las principales condiciones que ocurrían en la iglesia cuando se produjo el avance imparable del evangelio. Esas son las “sendas antiguas” a las que debemos volver para ver la acción de Dios y su presencia poderosa entre nosotros.

Era una iglesia que crecía en la doctrina de los apóstoles, es decir, la ocupación prioritaria de los apóstoles tenía que ver con la enseñanza de la Palabra y con ella, la edificación espiritual de los creyentes y su capacitación hacia la madurez espiritual. Cristo había establecido esto para los nuevos creyentes: “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:20). En base al mandamiento de Jesús, los apóstoles se dedicaban continuamente a la enseñanza de los cristianos. La congregación se reunía cada día en el templo (v. 46), y en esas reuniones, entre otras cosas, los apóstoles enseñaban. La enseñanza formaba parte de las reuniones de los cristianos. A lo largo del libro se apreciará esto, que se destacará en cada ocasión. Baste aquí afirmar la perseverancia en la doctrina de los apóstoles. La iglesia era alimentada por la doctrina y la exposición de las Escrituras, cuyo ministerio estaba en manos de los apóstoles. Desde el principio, la enseñanza estaba en manos de los más capacitados, no en las de cualquiera, incluso de los ciento veinte, eran los apóstoles quienes enseñaban la doctrina. Esta práctica se establecería por los apóstoles a los líderes que ellos mismos habían formado, como decía Pablo a Timoteo: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Ti. 2:2). La enseñanza en manos de creyentes, no sólo fieles, sino también idóneos para enseñar a otros, que seguirían la práctica de la enseñanza a través de todas las épocas. Lo que debían enseñar aquellos que siguieran en el ministerio pos-apostólico, no era otra cosa que la misma enseñanza de los apóstoles. La doctrina bíblica no es negociable, es inalterable e inamovible a lo largo del tiempo. Los apóstoles enseñaban doctrina cada día a la iglesia naciente. Un serio peligro consiste en permitir enseñar a discípulos, quienes no están preparados para hacerlo. Generalmente enseñarán lo que entienden en la lectura de la Palabra, pero carecen de preparación para una correcta interpretación de ella. Estos hacen generalmente fuerza en todo aquello que los antiguos les enseñaron, sin valorar la verdadera razón de la interpretación dada a algunos pasajes bíblicos. Generalmente estos maestros incapaces de enseñar, generan discípulos a su imagen y semejanza, tan incapaces como ellos que, por no tener capacidad de interpretación bíblica siguen sujetando a esclavitud al pueblo de Dios, enseñándole como doctrina lo que ni siquiera es una correcta interpretación del texto bíblico.

Es necesario entender bien que la iglesia necesita ser alimentada. En un tiempo en que la exposición bíblica ha declinado y donde la enseñanza es, no solo superficial, sino también inconsistente, creyentes debidamente formados en la Biblia, deben asumir el desafío de predicar la Palabra.

“Gracia y Paz”
(Samuel Pérez Millos)

FECHA DE VENCIMIENTO

Salmo 139:7-8
“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”.

Salmo 139:13
“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre”.

Check Montague estaba sometiéndose a una extensa serie de tratamientos en un centro contra el cáncer lejos de casa. Luego sus tratamientos se vieron abruptamente interrumpidos por otra enfermedad médica. Pero Dios contestó a la oración y eliminó el problema. Posteriormente, cuando Chuck dio testimonio en su iglesia una vez de vuelta en casa, habló de su gratitud por las oraciones del pueblo de Dios y las verdades de Su Palabra que le habían ministrado tanto a él como a su esposa, Janet.

A veces, Chuck se había preguntado si sobreviviría o no. Ese pensamiento le llevó a las Escrituras y leyó cuidadosamente el Salmo 139. Su atención se centró en el versículo 16, el cual dice: «Mi embrión vieron Tus ojos, y en Tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas». Antes de nuestra creación, el Señor «escribió» todas nuestras cosas. «Mi espíritu fue confortado al saber que mi vida está en las manos de Dios», dijo Chuck. «Cada botella de leche o cada lata de atún tiene una fecha de vencimiento. Bueno, yo también.... El tiempo de Dios es el mejor».

Al sufrir enfermedades o al envejecer, naturalmente pensamos más en la muerte. Si somos creyentes en Cristo, podemos estar confiados en que la muerte es una puerta abierta a la vida eterna con Jesús. Junto con el salmista David, nos consuela la verdad de que el Dios que nos ama conoce nuestra «fecha de vencimiento».

El tiempo de Dios es perfecto -incluso en la muerte.

Lectura: Salmos 139:7-18

“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

DIOS HARÁ HUIR A TUS ENEMIGOS



 Salmo 68:1-4
“Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen. Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos delante de Dios. Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría. Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él”.

Hay un texto en el Hebreo original que me ha bendecido grandemente, y quiero compartirlo con usted. “Se acercaron a la maldad los que me persiguen; se alejaron de tu ley. Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son verdad” (Salmo 119:150-151). Hellen Spurrell lo traduce así: “Cuando los perseguidores se me acercaron, eran de los que estaban lejos de tu ley; entonces tú, oh Jehová, estabas cerca con todos tus mandamientos fieles”.

Principados y poderes demoniacos habían cercado a David, tratando de traerle a él y a Israel ruina y destrucción. Pero, este hombre de Dios testificó que mientras el enemigo se acercaba, él confió que Dios se acercaba aún más a él. David dijo que Dios lo sostuvo de su mano derecha, y caminó con él guiándolo a través de cada asalto del enemigo.

Aquí en el testimonio de David hay una promesa maravillosa para usted y para mí. Podemos estar seguros que Satanás quiere destruirnos, molestarnos, y derribar a todo al que ama al Señor. El enemigo hará todo lo que está en su poder para arrastrarnos a su pozo de desesperación, confusión, culpa y condenación.

¿Tiene usted algunos “perseguidores” satánicos que están viniendo contra usted ahora mismo? ¿Tentaciones abrumadoras? ¿Pruebas? ¿Cargas financieras? ¿Problemas matrimoniales o familiares? ¿Problemas en sus negocios?

Cuando sus perseguidores se le acerquen para destruirlo, anime su corazón, el Señor Dios Todopoderoso está aún más cerca de usted que ellos – y si él está cerca, él actuará en su ayuda. Yo no puedo imaginar que Dios esté cerca de algún hijo suyo, y que no haga nada, permitiéndole al diablo abusar o corromper a su amado hijo de alguna manera.

Lea el Salmo 68:1-4 y vea lo que Dios ha prometido hacer por usted si tan sólo confía en él. Usted puede proclamar estos cuatro versos ahora y durante todo el año. Memorice estos versos, párese firme en ellos, y Dios hará huir a sus enemigos.

“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)

¿CONOCES A DIOS COMO TU PADRE?



 Mateo 6:9-13
"Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén"

Dios tiene muchos nombres que revelan diferentes aspectos de su carácter, tales como Creador, Rey, Pastor, Proveedor, etc. Pero hay un nombre que suple de una manera muy especial una de las necesidades más grandes del ser humano: "Padre." Cada uno de nosotros nació con un profundo deseo de ser amado incondicionalmente. Muchas de nuestras penas y heridas provienen de no haber satisfecho plenamente este deseo. La Biblia nos dice en el Salmo 68:5 que Dios es “Padre de huérfanos”, y el Salmo 27:10 nos asegura que “aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.”

El pasaje de hoy nos cuenta que Jesús enseñó a sus discípulos a orar. Allí él usó el término “Abba” (“Padre” en Arameo) para referirse a Dios. Este fue un concepto totalmente nuevo en aquellos tiempos. A Dios se le refería como Padre de Israel, pero este nombre fue usado muy esporádicamente en el Antiguo Testamento. Incluso el nombre más común de Dios, Yaveh, era considerado demasiado sagrado para ser pronunciado en alta voz. Muy pocas personas realmente eran consideradas como que tenían una relación personal con Dios.

Aunque Dios se ha mostrado a sí mismo como un Padre amante a través de toda la historia de la humanidad, fue por medio de Cristo que heredamos el enorme privilegio de llamarlo “Padre nuestro”. Gálatas 4:4-7 dice que Dios envió a su Hijo para que nos redimiese y fuésemos adoptados como hijos. Y entonces añade: “Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”. Cuando esta relación queda establecida, cuando estamos concientes de que Dios es nuestro Padre, comienzan a manifestarse cambios espirituales dentro de nosotros. Primero se elimina todo temor y nos envolvemos en una relación de amor y de esperanza con Dios. Esto produce en nosotros un sentido de confianza de que podemos acercarnos a nuestro Padre celestial con la seguridad de que él nos va a atender a cualquier hora, en cualquier momento, en cualquier circunstancia, como nos promete Hebreos 4:16.

Es maravilloso el efecto de la palabra "padre", en cualquier idioma que se pronuncie. Muchos misioneros cuentan que uno de los regalos más grandes que el cristianismo lleva a los nativos de regiones incivilizadas es la seguridad de que Dios es un padre amante y bondadoso, y que por lo tanto no tienen que seguir viviendo bajo el temor a sus dioses. ¡Qué tremendo sentido de confianza y seguridad nos da el que podamos llamar a Dios “Padre”! Con esta seguridad debemos caminar en esta vida. Con la certeza de que tenemos un padre amante, cuyo amor es incondicional, y no depende de lo que nosotros hagamos, pues él nos ama de todas maneras. Tan es así que, aún cuando estábamos envueltos en la suciedad del pecado, entregó a su Hijo por nosotros, dice Romanos 5:8. Cuando entendemos esto, debe surgir en nosotros espontáneamente el deseo de amarle a él y de agradarle y obedecerle en todo para que su nombre sea glorificado en nuestras vidas.

La Biblia dice que “a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). Así es que si has aceptado a Cristo como tu Salvador, puedes llamar a Dios con toda autoridad “Padre”. De lo contrario, si aun no has abierto tu corazón a Jesús, y de veras crees que él es el Señor, y que Dios lo levantó de los muertos, sólo tienes que confesarlo con tus labios, y serás salvo, dice Romanos 10:9-10. Eleva una oración al cielo arrepintiéndote de tus pecados, y pídele a Jesucristo, que entre en tu corazón. Desde este momento puedes llamarle a Dios “Padre”.

ORACIÓN:
Bendito Dios y Señor, gracias te doy por el privilegio que me has dado de ser tu hijo y poder llamarte Padre con toda confianza. Ayúdame a entender mi posición de hijo tuyo en lo más profundo de mi espíritu, y capacítame para honrarte con mi testimonio cada día de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

LA NAVEGACIÓN CELESTE


“El Señor… cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres”. Salmo 147:2-4.

“Procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres”. Hechos 24:16.


Los barcos de antes conocían la navegación celeste, es decir, se orientaban por medio de las estrellas. Pero, ¿Qué hubiese sucedido si cada noche las estrellas tomasen una posición aleatoria? Ya no servirían como puntos de referencia. Así ocurre en el ámbito moral. Hay referencias morales, pero no somos nosotros quienes las fijamos, sino Dios. Él las ha establecido firmemente.

Hoy en día existen instrumentos cada vez más perfeccionados, el GPS por ejemplo. Éste indica la posición precisa, de noche como de día, de cualquier objeto. Igualmente sirve para guiar a uno al destino deseado, por medio de satélites y de los mapas que contiene. Para guiarnos en este mundo tenemos una conciencia, y sobre todo tenemos el libro de Dios, la Biblia, que nos revela sus pensamientos.

Ningún navegante correría el riesgo de hacer caso omiso de las señales que dan sus instrumentos indicadores de su posición marítima, pues naufragaría. En el ámbito moral ocurre lo mismo. No tener en cuenta lo que Dios dice es estar condenado al fracaso. Por lo tanto es urgente dejar de querer decidir por nosotros mismos lo que es justo y lo que está bien. Es necesario escuchar a Dios, leer su Palabra, recibirla y vivirla. “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).

“Gracia y Paz”
La Buena semilla

EL SECRETO DEL CONTENTAMIENTO


Filipenses 4:4-13
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. En esto pensad. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

En la lectura de hoy, el apóstol Pablo dice que había aprendido el secreto de tener contentamiento en todas las circunstancias, buenas o malas. ¿Le sorprende que él escribiera esto cuando estaba en la cárcel?

Con frecuencia estamos descontentos, incluso cuando todo va bien. Por consiguiente, nos preguntamos cómo es posible tener contentamiento durante nuestras pruebas más difíciles. Entonces, ¿qué es el contentamiento? Pablo está hablando de una libertad de las preocupaciones y frustraciones de cualquier cosa en la vida, incluso de los deseos no satisfechos.

Por lo general, es cuando no podemos controlar o cambiar nuestra situación, que nos sentimos descontentos. Si dejamos que nuestra satisfacción dependa de ver realizadas ciertas cosas, las circunstancias nos robarán la paz. No estoy diciendo que exista un momento en la vida en el que nunca más volveremos a experimentar ansiedad o frustraciones. Pero lo que importa es cómo responderemos cuando esos sentimientos se apoderen de nosotros.

Esto es algo que el apóstol tuvo que aprender. Pablo padeció desde naufragios y hambres, hasta encarcelamientos injustos y palizas (2 Co 11:24-30). Había pasado por innumerables situaciones, que eran inciertas, dolorosas, y al parecer irremediables. Pero finalmente descubrió que el contentamiento no dependía de sus circunstancias.

¿Cómo responde usted cuando las circunstancias están fuera de su control? ¿Se enoja? ¿Trata de escapar? ¿Se da por vencido? Pablo decidió entregar sus ansiedades a Jesús a cambio de una paz "que sobrepasa todo entendimiento" (Filipenses 4:7). ¡Esa misma paz está disponible para usted!


“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

HIJOS DEL REY


Efesios 2:6
“Y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.”

¿Ha notado alguna vez que en muchas ocasiones compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a personas que ni siquiera nos caen bien? Tratamos de estar a la altura de los burgueses, pero cuando finalmente los alcanzamos, ¡ellos sacan otro préstamo!

Permítanos aconsejarle cómo escapar de esa rutina de comparaciones y pasar al camino de la serenidad. Usted está aceptado con Cristo en este momento. Dios no le cambia para poder amarle: ¡Él le ama para poder cambiarle! Dios le ama tanto como Él ama a Jesús. Usted está con Cristo, ¿y dónde está Él? Sentado en los lugares celestiales. Usted también está sentado en esos lugares celestiales, aunque todavía tenga su dirección en el planeta Tierra. Usted está entronado con Él.

¿Cuándo fue la última vez que usted se comparó con otra persona? Es tiempo de desatarse del yugo de la comparación y ¡ser libre como todo un hijo (a) del Rey!


“Gracia y Paz”
El Amor que Vale

CASTILLOS DE ARENA


Lucas 12:34
“… donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.

Cuando nuestros hijos eran pequeños, a mi esposa Martie y a mí nos encantaba ir de vacaciones a Florida a visitar a nuestros padres. Era especialmente maravilloso estar allí disfrutando del calor para tomarnos un breve respiro de la helada sensación térmica de la ciudad donde residíamos. Yo estaba ansioso por llegar para ir a la playa con un buen libro y relajarme. Pero mis hijos tenían otros planes: querían que los ayudara a construir castillos de arena. Con pocas ganas, me levantaba para ayudarlos; pero, al rato, estaba totalmente concentrado en la tarea. Antes de darme cuenta, había pasado horas creando un impresionante castillo… sin pensar que, poco después, la marea se llevaría todo mi arduo trabajo.

A menudo, cometemos el mismo error en la vida. Invertimos una gran cantidad de tiempo y energía construyendo nuestros pequeños «castillos» de cosas terrenales y regodeándonos en nuestros logros. Parece que todo vale la pena, pero, al final, no sirve para nada.

En Lucas 12, Jesús desafió a Sus seguidores a vender sus bienes y dar a los pobres: «porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (v. 34). En otras palabras, la manera de ocupar el tiempo y los recursos dice muchísimo sobre nuestra perspectiva eterna. Como expresa el antiguo himno: Solo una vida que pronto pasará; solo lo hecho para Cristo perdurará. Así que, ¿qué has hecho hoy que dure para la eternidad?

Dios desea que inviertas tu tiempo y tu tesoro en desarrollar Su reino, no el tuyo.


“Gracia Y Paz”
Reflexiones Cristianas.

NO TENGAS TEMOR, NO MORIRÁS


Jueces 6:23
"Y Jehová le dijo: Paz á ti; no tengas temor, no morirás".

Habiendo visto al Ángel de Dios, Gedeón se turbó y tenía miedo de morir. Por esto Dios le consolaba con estas palabras, “Paz a ti; no tengas temor, no morirás. ¡Estas son buenas nuevas! ¿Cómo te gustaría que Dios te dijera que no morirías? Pero esto de Gedeón fue meramente un aplazamiento de la muerte física, porque después de una vida normal, sí experimentó la muerte. Pero fíjate bien. ¡Aquí tenemos buenas nuevas de verdad! Jesús dijo “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” Juan 11:25,26.

¡Estas sí son buenas nuevas de verdad! Al oír esto, queremos brincar o correr por la pura alegría. Olvídate de Nirvana, de meditación, o de reformación. Solamente recibe la palabra de Jesús, clama a él hasta que le alcances y aférrate a él hasta hacer contacto de verdad. Dios te bendice. Amén.

“Gracia y Paz”