martes, 20 de mayo de 2014

¿PORQUE TANTO ODIO DE LOS FARISEOS CONTRA JESÚS?


¿Porque tanto odio de los fariseos contra Jesús?

Porque les estaba arruinando el gran negocio que tenían. Su negocio era la religión, ellos se hicieron pasar por siervos de Dios… se vestían con largas ropas religiosas… hacían largas oraciones y ceremonias... pero todo era un show para sacar dinero a la gente. Jesús los denunció como falsos siervos de Dios, los llamó hipócritas, les dijo que solo eran avaros y codiciosos. La gente empezó a darse cuenta y abrir los ojos y dejaron de asistir a las reuniones de los fariseos y empezaron a seguir a Jesús y oír su mensaje de paz y salvación y a recibir milagros. Los fariseos al verse descubiertos y ser denunciados se llenaron de celos y odio y tramaron matar a Jesús.

Hoy día hay excelentes pastores y siervos de Dios, íntegros y fieles. Pero también hay falsos lideres fariseos hipócritas, que solo les interesa robar el dinero de los fieles. Jesús dijo que por sus frutos (sus obras y conducta) los reconoceríamos. Dijo que un árbol bueno no puede dar fruto malo, ni un árbol malo puede dar fruto bueno.

Debemos velar y orar para no ser engañados por falsos líderes cristianos. Examinarlos y apartarnos de aquellos que predican una cosa y luego hacen otra.



¡Gracia y Paz!
(By: Willy Hamel)

DIEZ VERDADES BÍBLICAS SOBRE EL MATRIMONIO


Diez Verdades Bíblicas Sobre el Matrimonio

Santiago 1:2-3
“Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.

Las dificultades al principio del matrimonio no son algo de que sentirse orgullosos, pero son las pruebas que conllevan al crecimiento para un matrimonio en armonía y conforme a la voluntad de Dios.

1. El matrimonio es un compromiso de por vida.

“Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así” (Mateo 19:6-8).

2. TU matrimonio atravesará períodos difíciles, pero recuerdA que es un compromiso de por vida.

“Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:2, 3).

3. Se un siervo de Tu cónyuge, poniendo las necesidades de él o ella antes de las TUYAS.

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor” (1 Corintios 13:4, 5).

4. AprendE a perdonar… y a olvidar.

“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14, 15).

5. AdmitE TUS equivocaCIONES, y busCA la reconciliación con Tu cónyuge.

“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23, 24).

6. Hagan planes juntos, pero no Te DECEPCIONES cuando las cosas no salgan como ustedes planearon.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

7. Comuníquese a menudo, pero no traten de cambiar a su cónyuge. Más bien, traten de alentarse y fortalecerse el uno al otro. TU no puedeS cambiar a Tu cónyuge, pero sí puedeS cambiarTe a TI mismo.

“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano” (Lucas 6:41, 42).

8. No dependaS de Tu cónyuge para satisfacer todas sus necesidades. Sólo Dios puede hacer eso.

“Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5).

9. EL esposo debe estar dispuesto a cumplir el papel que Dios le ha dado.

“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosas semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama” (Efesios 5:25-28).

10. La esposa debe estar dispuesta a cumplir con el papel que Dios le ha dado.

“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:22-24).


¡Gracia y Paz!

Edificando Matrimonios conforme al Propósito de Dios

¿NO TIENES PAZ?


¿No tienes Paz?

Juan 16:33
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.

En este pasaje, Jesús se encontraba conversando con sus discípulos acerca del futuro que se aproximaba. Dentro de poco él sería arrestado, juzgado y crucificado. Ellos también, más tarde, pasarían por situaciones terribles. Serían aborrecidos, perseguidos, falsamente condenados e incluso torturados. Y lo peor de todo: ya el Señor no estaría con ellos. Pero en medio de tantas malas noticias, Jesús les estaba dando ánimo. Les anunciaba la venida del Espíritu Santo, y con él el poder para hacer frente al enemigo y todos sus ataques. Allí Jesús les aseguró que si confiaban, aun en medio de tanta aflicción, ellos tendrían paz simplemente porque él había vencido al mundo.

Casi ochocientos años antes del nacimiento de Jesús el profeta Isaías profetizó: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6). Al nacer Jesús se cumplió esta profecía. Por eso, cuando la multitud de ángeles anunciaba su nacimiento a los pastores, al unísono decían: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” La palabra original en griego que se traduce como paz significa “atados juntos”, la cual nos ofrece una luz fascinante acerca del único recurso seguro de paz. Romanos 5:1 dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”, es decir que cuando, por medio de la fe, creemos que Jesús murió en la cruz por nosotros y que después resucitó venciendo a la muerte, somos justificados y tenemos paz con Dios. Esto significa que nosotros hemos sido “atados juntos” con un Dios totalmente santo después de haber estado separados de él por causa del pecado. Por lo tanto, el elemento clave de la paz eterna es la presencia de Dios en nuestras vidas. La Biblia no nos promete una vida sin problemas o dificultades, pero sí nos asegura que aún en medio de difíciles situaciones podemos sentir paz y obtener la victoria. Nuestra victoria es principalmente espiritual, pero afecta profundamente lo natural. Esto tenemos que creerlo de todo corazón y rechazar todo pensamiento negativo que el enemigo ponga en nuestras mentes.

En su carta a los filipenses, el apóstol Pablo escribió: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7). Esta paz proviene de la firme confianza en nuestro Padre celestial, cuyo amor y misericordia permanecen inmutables. Esta paz es un sentimiento interno de quietud y contentamiento que está por encima de las circunstancias de la vida. Esta paz es la presencia de gozo en medio de la infelicidad. Es una paz profunda, inexplicable que nace de adentro hacia fuera, independientemente de la situación en la que nos encontremos. Pablo nos exhorta a buscar esa paz en medio de circunstancias difíciles por medio de la oración, en lugar de afanarnos y llenarnos de ansiedad.

En muchos de sus Salmos, David expresa su búsqueda de la presencia de Dios a toda hora, en todo lugar, en todas las circunstancias. Esa constante búsqueda del rostro del Señor siempre resulta en una paz inefable, que no se puede entender pero que se siente en lo más profundo del corazón. Por eso, al llegar la noche, David podía decir: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado” (Salmo 4:8).

La paz verdadera no es meramente pintar nuestro dolor con lindos colores. Una persona que tiene la genuina presencia de Dios soportará una avalancha de dolor y dificultad, y aún en esas circunstancias tendrá una paz interna que sobrepasará todo entendimiento humano. Si tú no sientes esta paz, búscala acercándote al Señor cada día para pasar un tiempo de oración, escudriñando su Palabra, meditando en ella y poniéndola en práctica.

ORACIÓN:
Padre amado, gracias por la paz que viene a nosotros por medio de tu santa presencia. Ayúdame a mantenerme bien cerca de ti para disfrutar de esa paz que sobrepasa todo entendimiento. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!
Dios te Habla