martes, 8 de abril de 2014

Donde sea que Dios te haya plantado... ¡Florece!


Donde sea que Dios te haya plantado... ¡Florece!

Ese principio, está basado en la Palabra de Dios. Como buenos cristianos, debemos ser fieles en el lugar donde Dios nos ha plantado.

No trates de brillar por cuenta propia, deja que Dios te exalte y te dé promoción dónde estás. Si eres diligente, fiel, humilde y motivado por un corazón de servidor, encontrarás los principios de la Palabra de Dios trabajando en ti.

La Biblia nos dice:

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:6).


"Gracia y Paz"

¡DIOS HOY NOS DA UNA NUEVA OPORTUNIDAD...!


¡Dios hoy nos da una nueva oportunidad...!

Si por un instante yo olvidara que soy “como la neblina de la mañana que ciertamente se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”… Si yo no fuera agradecido con Dios por sus “misericordias de cada mañana”… Y si Dios se olvidara de regalarme un trozo de vida cada día, posiblemente no diría todo lo que quiero decirles Hoy, pero antes quiero darle a Dios toda honra, alabanza y majestad, por su amor y misericordia, por mi vida y por la de todos Ustedes, ¡Amen!

Hoy quiero darle valor a todas las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Hoy quiero estar consciente de que por cada minuto que cierro mis ojos, pierdo sesenta segundos de luz. Hoy quiero aprovechar más el tiempo sirviendo a mi prójimo. Hoy quiero dormir poco, soñar más, despertar cuando los demás duermen. Andar cuando los demás se detienen. Ser más atento cuando los demás hablan. Regocijarme de la vida como un niño. ¡Disfrutar de un buen helado de chocolate!

"Por cada trozo de vida que Dios me siga dando... Aprovecharía cada día para decirle a la gente que la quiero y viviría enamorado del amor”.

Amado(a) hermano(a), amigo(a)... siempre expresa con delicadeza lo que sientes y haz lo que piensas. Todo lo que hagas, hazlo con amor, ¡Hazlo en Cristo y para Cristo!

Si supiera que hoy fuera mi último día… oraría al Señor por ti, “porque te bendiga y te proteja; porque haga brillar su rostro frente a ti y te otorgue Su gracia; porque te mire con amor y te conceda la paz”.

Si supiera que hoy fuera mi último día abrazaría fuertemente a mis seres queridos, a mi esposa, a mis hijos, a mis nietos, a mis hermanos, a mis hermanas, les daría un beso a cada uno. Si supiera que estos son los últimos minutos de mi vida les diría "te amo" y no asumiría, tontamente, que ya lo saben.

Dios nos muestra sus misericordias cada mañana y nos da una nueva oportunidad para hacer las cosas con excelencia, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que me queda, me gustaría decirte cuanto te amo.

¡La vida no la tenemos asegurada nadie! Hoy pudiera ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo HOY, porque que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para regalar una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para “perder el tiempo” con ellos. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, ámalos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas esas palabras de amor que tu ya conoces.

Nadie te recordará por tus sentimientos ni pensamientos secretos. Pide a Dios la fuerza y sabiduría para expresarlos. ¡Demuéstrales a tu familia y a tus amigos cuanto los amas y cuanto te importan!

“Gracia y Paz”

ORACION


ORACION:

Bendito Padre celestial, gracias una vez más por la oportunidad de la vida, gracias por todo lo que me da inmerecidamente. Hoy su Santa Palabra me redarguye del pecado y de mi desobediencia hacia Usted Señor. Reconozco ante que aún existen en mí tantos deseos impuros y acciones pecaminosas que ofenden su Santidad Señor. Por favor perdóneme, reconozco también que no he sido integro al obedecer su Palabra. Me avergüenzo de mi conducta por desagradarle y entristecer tu Santo Espíritu. Ayúdeme, tome el control de mi vida Padre, deme sabiduría y fuerzas para eliminar de mi vida absolutamente todo lo que le ofende o no glorifica su nombre. Todo se lo suplico en el Bendito nombre de Jesús, Amen y Amén.

¿AÚN COMETES PECADOS “POCO IMPORTANTES” PARA TI?


¿Aún cometes pecados “poco importantes” para ti?

Números 33:50-56
“Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán, echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos; y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad. Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis. Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis. Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos”.

En este pasaje, Dios da instrucciones específicas a Moisés en relación a lo que los israelitas debían hacer una vez llegaran a la tierra prometida. En primer lugar les ordena echar fuera a “todos los moradores del país” y destruir “todos sus ídolos”, “todas sus imágenes” y “todos sus lugares altos” o altares. Notemos que Dios es muy específico al repetir la palabra “todos”. No cabe la más mínima duda de que el Señor deseaba la total eliminación de todo aquello que estaba en contra de sus principios. Al final del pasaje Dios les advierte lo que sucedería si no cumplían al pie de la letra sus órdenes y dejaren algunos de los moradores de aquella tierra. Les dice que “ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos”. Está claro que no era conveniente para los israelitas restar importancia a nada de lo mencionado por Dios.

También en 1 Samuel capítulo 15, Dios nos muestra de manera muy clara cuál es su sentir en cuanto a eliminar todo aquello que es desagradable delante de sus ojos. Aquí, por medio del profeta Samuel, el Señor da órdenes al rey Saúl de que atacara a los amalecitas, enemigos acérrimos de Israel, y destruyera todo, incluyendo mujeres, niños, bebitos, vacas, ovejas. Todo, absolutamente todo debía ser eliminado. Sin embargo, Saúl optó por perdonarle la vida al rey Agag, y traerse consigo lo mejor de las ovejas y del ganado. Quizás él pensó que eso no tenía “mucha importancia”. Pero en ese momento comenzó la declinación de su reinado. Poco después Samuel le dijo a Saúl: “Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey” (1 Samuel 15:23). Saúl cayó de su trono por no haber obedecido al pie de la letra las instrucciones del Señor.

¿Cuántas veces hemos desobedecido las instrucciones que Dios nos ha dado a través de su palabra? O quizás las hemos obedecido a medias, como hizo Saúl, y hemos creído que hemos cumplido con lo que el Señor espera de nosotros. Tal vez aquel que ha sido por mucho tiempo adicto a la pornografía se da cuenta que eso no agrada a Dios y decide hacer algo, pero al final dice: “Voy a guardar esta revista que apenas tiene dos o tres fotos pornográficas”; o “Voy a dejar esta página web en mis favoritas porque no es tan mala como las demás que eliminé”. Quizás algún otro diga: “Un trago de whiskey de vez en cuando no tiene importancia”, o “Un cigarrillo o dos al día no me van a afectar”. ¡Mucho cuidado! Una pequeña llamita que se dejó descuidadamente al apagar una fogata en medio del bosque, muchas veces ha dado lugar a un fuego que ha llegado a convertirse en un infierno abrasador cuyos resultados han sido catastróficos tanto en la pérdida de bienes materiales como de vidas humanas.

Dios, en su infinita sabiduría, sabe exactamente lo que nos hace daño aunque a nosotros pueda parecernos de “poca importancia”. No debemos tratar de modificar sus instrucciones, sino seguirlas al pie de la letra sabiendo que entonces él nos colmará de bendiciones. Medita en esta enseñanza, y si hay algo en tu vida que sabes desagrada al Señor y entristece su Santo Espíritu, hazte el propósito de eliminarlo total y completamente.

ORACION:
Bendito Padre celestial, gracias una vez más por la oportunidad de la vida, gracias por todo lo que me da inmerecidamente. Hoy su Santa Palabra me redarguye del pecado y de mi desobediencia hacia Usted Señor. Reconozco ante que aún existen en mí tantos deseos impuros y acciones pecaminosas que ofenden su Santidad Señor. Por favor perdóneme, reconozco también que no he sido integro al obedecer su Palabra. Me avergüenzo de mi conducta por desagradarle y entristecer tu Santo Espíritu. Ayúdeme, tome el control de mi vida Padre, deme sabiduría y fuerzas para eliminar de mi vida absolutamente todo lo que le ofende o no glorifica su nombre. Todo se lo suplico en el Bendito nombre de Jesús, Amen y Amén.

“Gracia y Paz”

Dios te Habla


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