domingo, 30 de diciembre de 2012

SEGUIR EL CORDERO POR DONDE QUIERA QUE FUERE



Hebreos 1:6
“Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en la tierra, dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios”.

No debemos adorar a los hombres, ni a los santos, ni a los ángeles, sino a Jesús solamente. En Apocalipsis 19:10, Juan estaba impactado e impresionado de un ángel, y se inclinó para adorarle. “Y yo me eché a sus pies para adorarle. Y Él me dijo: Mira que no lo hagas: yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús: adora a Dios”. Jesús es “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).

LA VERDADERA ADORACIÓN incluye obediencia a la voluntad de Dios y el rechazo de los pecados de este mundo. “El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él” (1 Juan 2:4). No hay ninguna actividad tan dulce como la de “seguir el Cordero por donde quiera que fuere” (Apocalipsis 14:4).

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día