martes, 11 de septiembre de 2012

VIVE UN DÍA A LA VEZ


Éxodo 16:4
"Y el Señor dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no".

A través de toda la Biblia, Dios nos exhorta a vivir un día a la vez y a disfrutar plenamente de las bendiciones que él tiene para nosotros ese día, sin que la preocupación por el próximo día afecte nuestra paz y nuestro gozo. En el pasaje de hoy, Dios le promete a Moisés que alimentará al pueblo de Israel que se encontraba cruzando el desierto hacia la tierra prometida, enviándole pan del cielo. Pero le advierte que cada día deben recoger la porción correspondiente a ese día y nada más. Más adelante (Éxodo 16:19) Moisés les recuerda que debían limitarse a recoger estrictamente lo que habrían de comer cada día y que no dejaran nada para el próximo día. "Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés" (Éxodo 16:20).

Hay una tendencia en el ser humano a actuar en contra de este concepto divino, quizás porque sentimos inseguridad por el mañana. Y entonces nos preocupamos excesivamente por el futuro en lugar de vivir tranquilamente el presente. Por eso Jesús, en el Sermón del monte, les dijo a todos: "Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal" (Mateo 6:34). No habla Jesús en contra de que seamos prudentes y tomemos las medidas necesarias para estar preparados con el fin de responder a distintas situaciones del futuro, sino que nos exhorta a no afanarnos, es decir a no angustiarnos por el mañana antes de saber qué nos traerá el mañana. Si Dios les dijo a los israelitas que recogieran solamente la porción de pan de ese día, fue porque él estaba seguro de que la porción del día siguiente no les faltaría. Desobedecer esta orden significaba falta de fe en el Señor, y por lo tanto traería malas consecuencias. Si Dios nos dice que no nos preocupemos por el mañana es porque él suplirá todas nuestras necesidades cuando llegue el momento.

Cuando Jesús enseñó a sus discípulos la oración modelo, les dijo que pidieran de la siguiente manera: "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy" (Mateo 6:11). En realidad no se refiere simplemente al pan que se hace con harina. Esta petición incluye todas las cosas relacionadas con nuestras necesidades materiales y físicas. Al dirigimos a nuestro Padre celestial de esta manera estamos reconociendo que él es el suplidor de todas nuestras necesidades (Filipenses 4:19), y al decirle “dánoslo hoy” estamos manifestando nuestra fe en él al no preocuparnos por el día de mañana.

Al levantarnos en la mañana debemos dar gracias a Dios por el nuevo día, pues sus misericordias son “nuevas cada mañana”, dice Lamentaciones 3:23. David solía levantarse muy temprano a tener un tiempo de comunión con el Señor. En el Salmo 63:1 él escribió: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela”. Cuando creamos el hábito de tener un tiempo de oración temprano en la mañana, y allí encomendamos al Señor el nuevo día, y nos ponemos bajo su dirección y su cuidado encontraremos que todo marchará bien para nosotros, y aún cuando encontremos dificultades sentiremos la mano de Dios ayudándonos. David también alababa a Dios cada día. El Salmo 145:2 dice: “Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre” Y al acostarse de nuevo acudía a Dios en oración: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado”, dice el Salmo 4:8.

David era un hombre conforme al corazón de Dios, que guardaba sus mandamientos y estatutos. Hazte el propósito de seguir la rutina diaria de David. Levántate temprano y pasa un tiempo de oración y lectura de la Biblia. Encomienda a Dios ese día antes de comenzar tus actividades diarias. Durante el día alaba al Señor, dale gracias por sus bendiciones y actúa tratando de agradarlo en todo. Al acostarte, ora dando gracias por el pasado día y pide al Señor que su paz te envuelva mientras duermes. Mientras tanto él estará preparando el día de mañana para ti.

ORACIÓN:
Padre santo, te ruego que me ayudes a vivir un día a la vez, Quita de mí toda preocupación por el pasado que ya pasó y por el futuro que pertenece a ti, y ayúdame a vivir el día de hoy disfrutando de tus bendiciones. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

CONFIAR Y OBEDECER


Josué 6:1-5
“Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia delante”.

Uno de mis himnos favoritos es “Para andar con Jesús”, porque resume el propósito de Dios para nuestras vidas. Cuando practicamos los mandatos de confiar y obedecer, se inicia un ciclo hermoso. Confiar en el Señor hace que la obediencia sea más fácil, y por tanto, ésta produce una confianza cada vez mayor. ¿Puede usted recordar el haber enfrentado un desafío difícil o desconcertante? Si es así, sabe lo importante que son estos dos mandamientos.

Cuando el Señor le llame a una tarea que no parezca razonable, tiene dos opciones: obedecerle a pesar de no entender lo que pasará después, o temer y tratar de encontrar una salida. Josué escogió la primera opción. Porque confiaba en el Señor, ignoró toda su experiencia militar y adoptó el extraño plan de batalla de Dios. Con los años, había aprendido que el Señor es fiel.

La manera como respondemos a las tareas difíciles de Dios, revela nuestro nivel de compromiso. Podemos sentir que estamos caminando bien con Él, hasta que propone un cambio de dirección. Es allí cuando entra en acción nuestra resistencia, y nos damos cuenta de que no estamos tan cerca de Dios como pensábamos. En ese momento, nuestra decisión revela si el Señor podrá usarnos como Él desea. Porque Josué nunca perdió de vista su compromiso con Dios, siguió sirviendo al Señor por el resto de su vida.

A veces, la obediencia es una lucha. En ese momento, su mente piensa en todas las razones por las que el plan del Señor no es lógico. El miedo le domina mientras que su voluntad lucha para obedecer. Pero la obediencia es siempre la mejor opción, porque el Señor es fiel y sabio.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

« S Í »



Su mundo fue un mundo de silencio. Desde el vientre materno estuvo privada del oído. Nació sorda, y vivió sin poder tampoco aprender a hablar. Los sonidos para ella no existían. Desde muy pequeña su único lenguaje era el de los signos. Así Sandra Smith, de Sudáfrica, vivió sin oír y sin hablar.

Un día el amor llamó a su puerta. Sandra se enamoró de Kenneth Conrad, compañero de estudios en la universidad. Como soñaba con el día en que Kenneth le propondría matrimonio, mentalmente ensayó decir con la voz y con los labios: «Sí». El día llegó. Kenneth, arrodillado, le preguntó por señas: «¿Quieres casarte conmigo?» Y Sandra, por primera vez en su vida al oído de otro, aunque no podía oírlo ella misma, pronunció un sonoro «sí».

Esta no es sólo una historia de romance. Es también una historia de tesón, de determinación, de esperanza, de fe. Es una historia del mágico poder que tiene el amor. Sandra, joven universitaria de veinte años de edad, sabía que era sordomuda. Pero se preparó mentalmente para el día en que pronunciaría, cuando menos, una sola palabra. Y cuando el hombre de sus sueños le propuso matrimonio, rompió el silencio de veinte años y habló para decir: «Sí».

Decir «sí» o «no» puede cambiar el destino completo de una persona. Si un joven le dice «no» a la primera invitación que se le hace a probar cocaína, y sigue diciendo firmemente «no» a toda otra invitación posterior, se librará del funesto vicio.

Si una adolescente aprende a decir «no» a cualquier requerimiento malsano que le hace el joven, se librará de la pérdida de la pureza y del embarazo fuera del matrimonio. El «sí» y el «no» pueden tener enormes repercusiones. El poder de un «no» puede salvarle la vida.

Hay otro «sí» y otro «no» que tienen consecuencias eternas. Son el «sí» o el «no» con que respondemos a la invitación divina. La invitación es esta: «Dame, hijo mío, tu corazón y no pierdas de vista mis caminos» (Proverbios 23:26). Responder con un «no» es negarnos eternamente la paz que Dios nos quiere dar. En cambio, responder con un «sí» es encontrar la razón de nuestra existencia, es encontrar la verdadera felicidad, es encontrar a Dios. Respondamos con un «sí» a la invitación divina. Es nuestra única salvación.

“Gracia y Paz”
Un Mensaje a la Conciencia

¿SE DEBE CREER EN EL HOMBRE?


Jeremías 17:5.
“Así ha dicho el Señor: Maldito el varón que confía en el hombre”.

Hechos 16:31
“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”.

Varios artículos sobre el humanismo y la religión escritos recientemente por filósofos demuestran la tendencia moderna del hombre: creer en él mismo. Creer en el hombre es creer que es bueno, capaz de mejorarse y tender a un estado perfecto, o al menos satisfactorio. Es creer que es posible tener paz en la tierra mediante esfuerzos humanos, que la sociedad realmente está progresando. Pero si bien es cierto que el hombre puede hacer el bien, también debemos reconocer que es capaz de hacer el mal y de hacerlo con esmero. Del tirapiedras al arma nuclear, el hombre no ha evolucionado realmente; incluso es incapaz de abstenerse del mal en la vida cotidiana.

Desde hace miles de años el hombre trata de buscar por sí mismo una solución. Aspira al bien, al amor, a la paz, pero no puede alcanzarlo por sus propios medios. Por ello hay muchas personas que están desanimadas al medir la distancia entre sus ideales y la realidad.

Sin embargo, hay un hombre enviado por Dios que vino a arreglar el verdadero problema de la humanidad; en él podemos y debemos creer. Este hombre, el único que fue justo y perfecto, es Jesús. Él vino a liberar a los hombres de esa fuente de mal que Dios llama pecado, y que conduce a la muerte. Él, el Hijo de Dios, llevó sobre sí el castigo que merecían nuestros pecados, dio su vida por amor a nosotros. Resucitó y hoy ofrece gratuitamente la liberación a todos los que quieran creer en él, pues es el único camino a Dios.

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

1 Tesalonicenses 5:18




1 Tesalonicenses 5:18.
“Den gracias a Dios por todo...”

¿Dar gracias también por las pruebas y los fracasos? Sé que no es fácil ver cuál es la bendición de que pierdas tu empleo, o que estés padeciendo de una grave enfermedad, sin embargo, Dios permite que en ocasiones experimentes pruebas y fracasos porque al final serán una bendición para tu vida.

Toma por ejemplo el caso del profeta Daniel. Cada prueba difícil que le tocó enfrentar al final resultó siendo una bendición. De hecho, quizás nunca habríamos sabido de Daniel si no hubiera sido llevado cautivo a Babilonia.

¿Puedes imaginar lo mal que se habrán sentido Daniel y sus tres amigos mientras eran llevados cautivos a tierra extraña? Por su mente no pasaba la idea de que Dios usaría esa circunstancia como el medio para bendecirlos.

Luego enfrentarían otra difícil prueba: comer los alimentos de la dieta babilónica y contaminarse, o rechazarlos y enfrentar la posibilidad de morir por desobedecer el mandato del rey. Ya sabemos que no se contaminaron. Pero esta prueba sirvió para que Nabucodonosor los conociera y para colocar en alto el nombre de Dios (ver Dan. 1:17-21).

En otra ocasión, cuando los sabios del reino no pudieron adivinar el sueño de Nabucodonosor, la vida de Daniel y sus amigos corrió peligro nuevamente, pero esta prueba también sirvió para que Daniel fuera nombrado para su elevada magistratura y, por supuesto, para glorificar a Dios (cap. 2). Algo similar ocurrió cuando Ananías, Misael y Azarías enfrentaron la prueba del horno de fuego (cap. 3); y cuando el mismo Daniel fue milagrosamente librado de una muerte segura en el foso de los leones (cap. 6).

¿Conclusión? Dios tiene poder para transformar nuestros fracasos en victorias, y para convertir nuestra tristezas en gozo.

Si has tenido un fracaso reciente, recuerda que Dios tiene poder para convertir la maldición en bendición. Si una puerta se cerró hoy, Dios abrirá otra mañana. Si hoy la pareja de tus sueños te dio la espalda, mañana Dios proveerá una mejor. Si por ser fiel a tus principios perdiste hoy algo valioso, mañana él te convertirá en triunfador. Esta es su promesa: “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán” (Sal. 126:5).

Gracias, Señor, porque dispones todas las cosas para el bien de quienes te aman.

“Gracia y Paz”
Meditaciones Vespertinas

LOS HÁBITOS QUE SE DEBEN DESARROLLAR EN EL MATRIMONIO


Efesios 5:33
“Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”.

Un hábito es una costumbre que se forma con un esfuerzo inicial y se pule con el tiempo.

Todos los seres humanos necesitamos formar hábitos que nos permitan ser mejores personas, tener mejores matrimonios y tener vida saludable en todos los aspectos. Veamos tres hábitos fundamentales para establecer en tu matrimonio y una familia saludable.

1.- La unidad de un matrimonio desde la perspectiva del Creador debe establecerse sobre fundamentos espirituales. La unidad espiritual en un matrimonio genera un ambiente de estabilidad emocional a pesar de las circunstancias que rodeen la relación. Una buena unidad espiritual es el fundamento imprescindible de una buena relación emocional.

En otras palabras, cuando en un Matrimonio hay una unidad espiritual sólida, tendrán la capacidad de manejar los conflictos y las diferencias de una mejor manera; tendrán mayor tolerancia y serán capaces de perdonarse con más facilidad. Para lograr una buena unidad espiritual, es necesario que establezcan hábitos de vida espiritual como asistir juntos a la iglesia, orar juntos, leer la Biblia juntos, y compartir principios bíblicos de vida. Estos hábitos de vida espiritual, les permitirá manejar las circunstancias y los conflictos sin necesidad de enojarse ni ofenderse.

2.- El segundo hábito fundamental: comunicarse correctamente. Para eso deben crear el hábito de escucharse mutuamente con atención y paciencia. La mayoría de matrimonios no tienen este hábito. Pero es vital para tener una buena relación. Al escucharse con atención y paciencia, van a tener la oportunidad de expresar los sentimientos libre y sinceramente y eso los acercará y fortalecerá la relación emocional de la pareja. Tomar en cuenta la opinión y el criterio del cónyuge es un excelente hábito que les evitará muchas discusiones. Cambie entonces el hábito de gritar y de interrumpir a su cónyuge, por un hábito de escuchar con paciencia y tomar en cuenta sinceramente la opinión de su cónyuge.

3.- El tercer hábito de vida matrimonial: alimentar la relación. Es muy importante que como pareja tengan un tiempo a la semana para compartir juntos, en plan “cita”. Salir a cenar, caminar por la playa o un parque tomados de la mano, tomar un helado juntos, etc. Este tiempo deben aprovecharlo para conversar de sueños, proyectos de vida, arte, estudios, temas espirituales, pero sobretodo de sentimientos mutuos. No usen este tiempo para hablar de otros temas.

Cuando una pareja desarrolla estos tres hábitos de vida, la probabilidad de que tengan una relación saludable es muy alta. Podrán disfrutar de las cosas buenas de la vida y enfrentar las dificultades con más sabiduría. Como todo hábito requiere esfuerzo y perseverancia y en no pocas ocasiones requiere ayuda calificada. Habla con tu cónyuge hoy mismo, pídanse perdón primero y tomen la decisión de establecer nuevos hábitos de vida espiritual y emocional para fortalecer su relación sólidamente. Busquen ayuda capacitada que les enseñe a desarrollar estrategias para lograrlo.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8).

Tu matrimonio y tu familia es el tesoro mas valioso que Dios te ha dado. Cuídalo!

Leer: Efesios 5:21-33.

“Gracia y Paz”
Noviazgo y Matrimonio

MUNICIONES MISIONERAS


Juan 1:48
"…Cuando estabas debajo de la higuera, te vi",

Adora siempre que tengas la oportunidad. Nosotros pensamos que estaríamos listos para la batalla, si enfrentáramos una gran crisis. Pero la crisis no construye algo dentro de nosotros, sino que revela de qué somos hechos. ¿Estás diciendo: "Si Dios me llama a la batalla, por supuesto que estaré a la altura de la ocasión"? Pero no lo estarás, a menos que te hayas ejercitado en el campo de entrenamiento de Dios. Si no estás realizando la tarea que tienes a la mano y que Dios dispuso para tu vida, cuando sobrevenga la crisis, en lugar de estar listo para la batalla serás un inepto. Las crisis siempre revelan el verdadero carácter de una persona.

Una relación privada de adoración a Dios es el acto más grande y esencial para poder ser idóneo espiritualmente. Llegará el tiempo, como lo experimentó Natanael en este pasaje, cuando ya no será posible la vida "bajo la higuera", porque todo estará al descubierto y el trabajo se expondrá a la luz. Pero te considerarás sin ningún valor en ese momento, si no has estado adorando a Dios en todas las oportunidades diarias que se presentan en tu hogar. Si tu adoración es correcta en tu relación privada con Dios, entonces Él te liberará y estarás preparado. Él es el único que ve que te has vuelto perfectamente apto y cuando viene la prueba, puede confiar en ti.

¿Estás diciendo: "Pero no se puede esperar que viva una vida santificada en las circunstancias actuales, pues no tengo tiempo para orar o para estudiar la Biblia. Además, aún no ha llegado mi oportunidad para la batalla, pero, cuando llegue, por supuesto que estaré listo”? No, no estarás. Si no has estado adorándolo en cada oportunidad diaria, cuando llegue el momento de entrar en la obra de Dios no sólo serás inútil, sino un gran estorbo para los que estén trabajando contigo.

El campo de entrenamiento divino, donde se encuentran las municiones misioneras, es la vida de adoración privada y personal del creyente.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida 

IMITAR LO BUENO


3 Juan 11
“Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios”.

La mayoría de la gente coincidiría en que la vida es una mezcla dolorosa de cosas buenas y malas. Esto se aplica al matrimonio, las amistades, la familia, el trabajo y la iglesia. Sin embargo, nos sorprendemos y decepcionamos cuando el egoísmo entra en escena dentro de la comunión de quienes procuran adorar y servir a Cristo juntos.

Cuando el apóstol Juan le escribió a su amigo Gayo, elogió la fidelidad y la generosa hospitalidad de los miembros de su iglesia (3 Juan 3-8). Aun así, en la misma congregación estaba Diótrefes, «al cual le [gustaba] tener el primer lugar» y había creado un clima hostil.

Juan prometió ocuparse personalmente de él cuando visitara la iglesia. Mientras tanto, exhortó a cada integrante de la congregación, diciendo: «Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios» (v. 11). Las palabras de Juan se hacen eco de la instrucción de Pablo a los creyentes en Roma: «No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal» (Romanos 12:21).

En un acalorado conflicto, quizá nos sintamos tentados a «devolver fuego por fuego». Sin embargo, Juan nos insta a dejar lo malo y seguir lo bueno. Este es el sendero que honra a nuestro Salvador.

Como la luz vence la oscuridad, la bondad triunfa sobre el mal.

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LEA: 3 Juan
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Biblia en un año: Ezequiel 25–27
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

LA NECESIDAD DE CONGREGARSE


Mateo 18:20
"Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos".

Es bueno tener un tiempo para tus devociones y que puedas estar a solas con Dios, adorarle, y escuchar su voz. Pero también la Biblia dice que no debemos dejar “de congregarnos, como algunos tienen por costumbre” Hebreos 10:25. Cuando un grupo de por lo menos dos o tres personas se reúnen en el nombre de Jesús, Él está con ellos de una manera muy especial y van a tener un buen tiempo de compañerismo y de bendiciones. Siempre saldremos de la reunión diciendo: “Qué bueno es estar en la presencia de Dios”.

Los no salvos se congregan en los bailes, en las cantinas, en las pandillas, en los lugares nocturnos y en muchos otros grupos, para seguir sus intereses y sus deseos carnales; y los VERDADEROS Cristianos debemos reunirnos con otros Cristianos, para adorar a Dios y tener compañerismo con otros Cristianos. Así Dios lo ha ordenado.

“Gracia y Paz”
Un versículo de la Biblia cada Día