domingo, 5 de enero de 2014

¿SABES CÓMO TENER UN CUERPO SALUDABLE?


1 Corintios 6:12, 19-20
“Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna […] ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

Todos sabemos que existe una relación innegable entre la salud y nuestra capacidad para alcanzar el máximo potencial. Podemos afanarnos por tener un corazón limpio, una mente pura y una agenda equilibrada, pero sin un cuerpo saludable simplemente no podremos dar lo mejor de nosotros. La buena salud se verá reforzada si comenzamos a pensar en nuestro cuerpo de la misma manera que Dios lo hace.

En 1 Corintios 6, el apóstol Pablo enseña que nuestros cuerpos le pertenecen a Dios. Como resultado, tenemos que decidir entre cuidarlo o descuidarlo.

Ninguno de nosotros entraría en un templo para destruirlo intencionalmente, pues lo respetamos como un lugar de adoración a Dios. Teniendo eso en mente, pensemos entonces que el cuerpo humano, por ser la morada del Espíritu Santo, es mucho más importante que cualquier edificación que haya existido.

Sin embargo, muchas personas suelen asumir que descuidar o maltratar el cuerpo es un derecho que les pertenece. Ya se trate de alguna adicción, de hábitos malsanos o del aborto, muchos dicen: “Este es mi cuerpo. Puedo hacer con él lo que yo quiera”. Pero cuando leemos la Biblia, encontramos que nuestro cuerpo no nos pertenece. Aunque tu quieras hacer con él lo que te plazca, pagarás el precio por tu mala decisión. El pecado tiene consecuencias, y el pecado contra el cuerpo puede ocasionar un castigo que durará aun más allá de esta generación. Pídele a Dios que te ayude a considerar tu cuerpo como Él lo hace, para poder cuidarlo adecuadamente.

“Gracia y Paz”

Meditación Diaria