miércoles, 14 de enero de 2015

Mateo 3:7-8


Mateo 3:7-8

"Pero cuando vio que muchos de los fariseos y saduceos venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá? Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento"

EL PODER DE LAS PALABRAS


EL PODER DE LAS PALABRAS

Un gran pintor  cuenta  que un día su madre salió de compras y le encargó que cuidara de su hermanita. Por pasar el rato, el niño dibujó el retrato de la pequeña. Cuando su madre regresó, los abrazó y beso cariñosamente mientras le dijo:

–  ¡Hijo mío, has dibujado a Sally! ¡Es maravilloso!

Años después, él dijo que esas palabras y ese beso de su madre lo habían estimulado a ser pintor.

Todos necesitamos palabras de aliento, de reconocimiento, gente que valore lo que hacemos, lo que somos. Por eso, antes de proferir cualquier palabra debemos ser conscientes del poder que éstas tienen en la vida de los demás y en la propia.

“La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos” (Proverbios 18:21)

Muchas veces hablamos por hablar y no consideramos que podemos estar marcando a alguien de por vida, que en lugar de sacarlo del pozo en el que se encuentra le estamos echando tierra, que anulamos el potencial que puede tener y, de esa forma, evitamos que cumpla el propósito con el cual fue creado.

Lo peor es que no sólo lo hacemos con otras personas, sino que también lo hacemos con nosotros mismos. Cometemos un error y nos vamos auto descalificando, somos muy duros con las auto críticas. No perdonamos nuestros errores y olvidamos que estamos en proceso de formación para el propósito para el cual fuimos creados.

Empieza a decirle cosas buenas a los que amas, que así como el pintor comenta cómo las palabras de su madre fueron trascendentales para él, haya también otras personas que digan lo mismo de ti y recuerda que Dios ve más allá de tus imperfecciones y te ama más de lo que puedas imaginar, así que deja de menospreciarte.

¡Gracia y Paz!



CVCLAVOZ.

Proverbios 18:21


“Cada vez que abres tu boca, estás ministrando muerte o vida, y lo que siembras con ella es lo que vas a comer”. Hemos escuchado la frase: “Te vas a tener que comer tus palabras”, y Proverbios 18:21 confirma esta vedad. Las palabras que hablamos tienen poder para influir en nuestras vidas. De hecho, tu puedes estar comiéndote tus palabras ahora mismo, y ésa podría ser la razón de que no estás contento(a) con tu vida. ¡Tu boca te puede estar metiéndote en problemas contigo mismo(a)! ¡Cuidado!


¡Gracia y Paz!
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