lunes, 8 de abril de 2013

LAS DECISIONES SON IMPORTANTES



Gálatas 5:13-16
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”.

La mayoría de las personas que deciden cruzar la puerta ancha, no se detienen a considerar los pros y los contras de tomar el camino que lleva a la perdición. Más bien, se deslizan hacia ese camino sin pensar en las consecuencias inmediatas y eternas. La puerta estrecha es diferente; tenemos que decidir deliberadamente cruzar por ella y tomar el camino escasamente transitado que lleva al cielo.

Andar por el camino estrecho requiere fe, disciplina y determinación. Debemos leer la Biblia cada día y mantener una activa conexión con Dios mediante la oración. Cuando rendimos nuestras vidas a Cristo, mantenemos a nuestros corazones en la senda recta.

En verdad, todos tenemos deseos, es decir, apetitos carnales que encuentran más atrayente el camino fácil. En otras palabras, somos tentados a pecar. Cuando decidimos ceder a la tentación, nuestros pies pueden permanecer en el camino estrecho, pero nuestros corazones vuelven al camino ancho. Cuanto más decidamos participar en las acciones y las actitudes pecaminosas, más profundamente se arraigarán nuestros corazones en el camino del mundo.

Podemos tratar de decirnos a nosotros mismos que estamos logrando la libertad, y que tenemos el derecho de hacer lo que queramos. Sin embargo, la verdad es que estamos tratando de aferrarnos a una falsa alegría, mientras que lo verdaderamente importante se nos escapa de las manos.

El camino angosto puede ser difícil de transitar, pero Dios promete su ayuda constante y una gran recompensa: la salvación y el gozo de su presencia, y luego la eternidad junto a Él.

¿Tu escogiste la puerta estrecha?

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

TÚ TIENES QUE REMOVER LOS OBSTÁCULOS



Juan 11:38-41
"Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto".

Estos versículos describen las circunstancias previas al milagro ocurrido en aquella aldea llamada Betania, donde vivía una familia muy querida por Jesús: Marta, María y su hermano Lázaro, el cual había muerto cuatro días antes. Cuando Jesús recibió la noticia de que su amigo Lázaro estaba enfermo, dice la Biblia en Juan 11:6 que se quedó dos días más en el lugar donde estaba, en lugar de correr inmediatamente al lecho del enfermo y sanarlo como había hecho con tantos otros enfermos en ocasiones anteriores. Pero había un propósito al actuar Jesús de esta manera, contrario a la prisa con que Marta y María deseaban que el Señor actuara. Jesús les dijo a sus discípulos: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”. Dios se glorificaría en estas circunstancias.

Cuando Jesús llegó a la aldea, ya Lázaro estaba muerto desde hacía cuatro días. De acuerdo a la costumbre judía había que esperar tres días para declarar oficialmente y con toda certidumbre la muerte de una persona. En este caso no había duda alguna de la muerte de Lázaro, y cuando Jesús dijo que quitaran la piedra del sepulcro, Marta le dijo: “Señor, hiede ya, porque es de cuatro días”. En otras palabras: no hay ninguna esperanza. Marta sólo podía ver lo que todos veían: una tumba cerrada por una piedra y dentro un cuerpo descompuesto. Jesús podía ver más allá. Él podía ver la gloria de Dios a pesar de las circunstancias. Por eso Jesús le dijo a Marta: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” En ese momento, por la gracia del Espíritu Santo, Marta quitó de su vida "la piedra" de la duda e incredulidad e inmediatamente después sucedió el milagro. Cuando quitaron la piedra del sepulcro, Lázaro salió caminando para el asombro de todos los presentes.

Cuando el tiempo pasa y no vemos que las circunstancias mejoran, nuestra fe puede comenzar a decrecer y podemos caer en un estado de duda e incredulidad. Este pasaje nos muestra que no es en nuestro tiempo cuando los milagros suceden, sino en el tiempo del Señor. Al igual que Marta y María, debemos acudir al Señor cuando estamos en medio de una prueba, pero entonces debemos esperar a su tiempo. Lo segundo que debemos hacer es creer de todo corazón que Dios tiene el poder para resolver nuestro problema aunque a nosotros y a todo el mundo a nuestro alrededor parezca que no hay ninguna esperanza. “Nada hay imposible para Dios”, dice Lucas 1:37. Y en Mateo 21:22 Jesús dijo: “Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”.

Es necesario que quitemos toda piedra que está impidiendo que Dios haga milagros en nuestras vidas. Entre la persona de Jesús y el muerto, Lázaro, estaba la piedra que tapaba el sepulcro. Jesús tenía todo poder para mover esa pesada roca pero les pidió a ellos que la quitasen. ¿Por qué lo hizo? Porque corresponde a nosotros remover la piedra o el obstáculo que impide que se lleve a cabo el milagro de Dios. Lo fue en aquella oportunidad y hoy también es necesario eliminar de nuestras vidas las piedras de incredulidad, falta de integridad, inmundicia, idolatría, contiendas, rencores, en fin… todo tipo de pecado y todo aquello que no glorifique el nombre de Dios. Entonces la gloria y el poder de Dios se manifestarán abundantemente en nuestras vidas.

ORACIÓN:
Dios mío, no quiero interrumpir tus planes en mi vida, por eso en este momento renuncio a todo espíritu de duda e incredulidad, y todo aquello que está evitando que tú glorifiques tu nombre. Por favor aumenta mi fe para creer en tu poder en todas las circunstancias por difíciles que sean. En el nombre de Jesús, Amen.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

ORACIÓN



Dios mío, no quiero interrumpir tus planes en mi vida, por eso en este momento renuncio a todo espíritu de duda e incredulidad, y todo aquello que está evitando que tú glorifiques tu nombre. Por favor aumenta mi fe para creer en tu poder en todas las circunstancias por difíciles que sean. En el nombre de Jesús, Amen.

“Gracia y Paz”