sábado, 3 de mayo de 2014

¡APRENDE A CERRAR CÍRCULOS!


¡Aprende a cerrar Círculos!

Filipenses 3:13
“…Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante”.

Todo cuanto existe en la naturaleza Dios lo ha formado por etapas asombrosamente perfectas y los seres humanos como parte de ella, vivimos sin excepción igualmente ciclos o facetas que se abren y luego se cierran, comienzan y terminan, surgen y cumplen un propósito para luego concluir.

Las etapas de la vida misma, un trabajo, una relación… cada acontecimiento nace, florece, da frutos para luego terminar y dar espacio a un nuevo nacimiento, a una nueva etapa o faceta, a un nuevo ciclo. ¿Pero cómo ha de nacer lo nuevo si no cierras ese círculo? ¿cómo dar la bienvenida a una mejor oportunidad de trabajo si sigues quejándote del que tienes hoy? ¿Cómo enamorarte de nuevo, si el corazón sigue ocupado por aquel viejo amor que nunca volverá? ¿Cómo permitir que el corazón perdone y ame otra vez, cuando sigue atorado en el rencor y el odio?..

Hasta que aprendes a soltar el pasado y concluir todo aquello que has ido dejando pendiente, es decir, cerrando círculos, comprenderás que abres un espacio a eso que tu corazón realmente anhela: ¿un nuevo puesto? ¿una nueva casa? ¿una nueva relación de pareja? ¿una nueva forma de comunicarte con tus padres o hermanos? Ello vendrá a tu vida de forma inevitable cuando de corazón y con toda honestidad, limpies, sueltes, cierres y CONFÍES en que si ya no está ahí es porque esa persona o circunstancia ha cumplido un ciclo en tu vida. Has aprendido de la experiencia, te has enriquecido, y te toca ahora cerrar y continuar.

La vida es siempre hacia delante nunca hacia atrás, HOY es lo único que existe, por eso LIMPIA, PERDONA, SUELTA, CIERRA… Todas son formas de SANAR la MENTE y el ALMA, todas son maneras de ABRIRTE a lo que ha de ser aún mejor de lo que fue, porque TÚ has crecido, porque después de cada experiencia vivida tienes siempre más claro tu deseo. Libérate de la COSTUMBRE y EL APEGO, Dios te ha hecho libre para elegir ser feliz no para depender de nada ni de nadie…, sino sólo de la voluntad de Dios.

¿Cuánto tiempo más vas a dejar ese círculo abierto, que no te permite avanzar? ¿cuánto estás dispuesto a pagar emocionalmente si no tomas acción?

Deja de aferrarte a una situación negativa, porque sencillamente, si no lo haces, te robará vitalidad, energía, creatividad y el entusiasmo de vivir. Como dice un dicho muy popular: Aprende a Soltar y deja que Dios se encargue del asunto.

Confía en que el Señor te guiará hacia el consejo sabio y las nuevas oportunidades que tiene reservadas para ti.

Romanos 8:28
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…”

“Gracia y Paz”
Editado: Carlos Martínez M

Gente Latina

¿CÓMO HE SIDO PERDONADO POR DIOS?


¿Cómo he sido perdonado por Dios?  

1 Juan 1:5-9
“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.

La sangre tiene una importancia extraordinaria en la vida del ser humano. Todos los órganos del cuerpo funcionan gracias a la sangre que circula por arterias, venas y capilares. Las funciones de la sangre son varias y muy importantes: aporta a los tejidos el oxígeno y sustancias necesarias para las actividades celulares del metabolismo, elimina los residuos tóxicos del organismo, transporta las vitaminas y los minerales que ingerimos, al igual que las hormonas elaboradas por las glándulas de secreción interna y distribuye las enzimas, que desempeñan un importante papel en diversos procesos nutritivos. Y, algo muy importante, protege al organismo contra los diferentes tipos de microbios que son portadores de infecciones y enfermedades. En fin, sin sangre es imposible que haya vida. Si una persona se desangra, irremediablemente muere.

En el aspecto espiritual, que es el que nos ocupa hoy, la sangre adquiere un significado de mucha mayor importancia y trascendencia. En Juan 6:53-54, Jesús les dice a un grupo de judíos incrédulos: “De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. ¿Qué quiso decir Jesús con esta expresión? Cuando el Señor dice que comamos su carne y bebamos su sangre, realmente nos está diciendo que debemos nutrir nuestros corazones, mentes y espíritus con su humanidad, y que revitalicemos nuestras vidas con su vida hasta que estemos impregnados, saturados, llenos con la vida de Dios. En otras palabras: “Debéis incorporar mi vida a vuestro ser; debéis dejar de pensar en mí como algo exterior e incorporarme a vuestro interior, y entonces tendréis la vida en abundancia que yo he venido a ofrecerles”. A esto se refirió Jesús en Juan capitulo 15 al hablar sobre nuestra permanencia en él y su permanencia en nosotros.

Todo comienza con el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario. A través de la sangre derramada somos limpiados, justificados, redimidos, perdonados. Sólo esta sangre puede limpiarnos de todo pecado, dice el pasaje de hoy.

No hay nada que nos pueda dar perdón, que nos limpie de pecado, que nos rescate de una vida de miseria y condenación que no sea la sangre del Cordero de Dios, Cristo Jesús, derramada en la cruz del Calvario. En su primera carta a “los expatriados de la dispersión” el apóstol Pedro hace un llamado a una vida santa, y entonces les dice: “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18-19).

Si en tu vida aún hay pecado y no sabes cómo vivir la gracia que nos da la preciosa sangre del cordero sin mancha, deja de ser solo un creyente y conviértete en un verdadero seguidor de Cristo. Pídele a Dios en oración que te haga merecedor del sacrificio de Jesús y que su Santo Espíritu venga a morar en tu corazón para siempre. Al hacerlo, su sangre derramada en la cruz te limpiará de todo pecado y recibirás la hermosa promesa de la salvación y la vida eterna.

ORACION:
Bendito Dios, te doy gracias por el perdón que me ofreces a través del sacrificio de tu Hijo. Hoy abro mi corazón y acepto tu perdón. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”

Dios te Habla