martes, 20 de noviembre de 2012

OBSTÁCULOS A LA OBEDIENCIA



2 Reyes 5:11-17
“Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio. Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso. Entonces Naamán dijo: Te ruego, pues, ¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas? Porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a Jehová”.

La obediencia es una acción poderosa que puede desencadenar la gloria de Dios de maneras que están más allá de nuestra imaginación. Pero obedecer es usualmente difícil porque nuestros deseos son probados. Nos asusta hacer lo que Él dice, por temor a perder lo que es importante para nosotros. No obedecer puede, impedirnos recibir lo que más deseamos.

Al comienzo, tres obstáculos impidieron a Naamán obedecer las instrucciones de Dios, y eso casi lo privó de experimentar una curación milagrosa.

El orgullo. Como oficial de alto rango, Naamán temía perder su dignidad si obedecía. Sus siervos tuvieron sabiduría para ver cómo el orgullo le estaba robando la vida. ¿Cuántas veces desconfiamos de Dios, por temor a parecer unos tontos?

Las expectativas egocéntricas. Naamán se puso furioso cuando sus expectativas específicas no fueron satisfechas. Nosotros, también, muchas veces nos enojamos con el Señor cuando Él no complace nuestras exigencias. Pero si realmente queremos hacer su voluntad, debemos dejar que Él haga.

La incredulidad. La fe de Naamán solo llegaba hasta la visión que tenía de cómo sería curado. Fue necesaria la fe de sus siervos para ayudarle a ver la verdad: que la obediencia era clave para que Dios respondiera a su gran necesidad.

El llamado a obedecer, muchas veces pone al descubierto ataduras de las cuales el Señor quiere librarnos. Cuando decidimos responder con fe, Dios se revela a sí mismo de una manera nueva que fortalece nuestra confianza en Él; porque a la larga nuestra mayor necesidad es conocer mejor al Señor.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

CÓMO VIVIR UNA VIDA LLENA DE PAZ



Isaías 26:3
"Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado".

Todo el mundo desea vivir en paz. Sin embargo todos los días leemos en los periódicos o vemos en la televisión noticias de asesinatos, violaciones, robos a mano armada, guerras por dondequiera. Vivimos en un mundo que parece estar encontrando su mejor expresión en el odio, la violencia, la guerra. Se han escrito libros, se han dado cursos, se han invertido vidas tratando de encontrar la paz. En las Naciones Unidas se reúnen todos los años representantes de todos los países del mundo con el fin de llegar a acuerdos que "garanticen" la paz mundial. La pregunta es: ¿Y hay paz? No, no la hay. ¿Por qué no hay paz? El problema es que no se puede legislar la paz. No puede crearse la paz por medio de leyes. La paz viene de Dios y se manifiesta dentro de cada persona. Veamos tres cosas que la Biblia nos dice acerca de la paz:

La primera se encuentra en Romanos 5:1: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Lo primero que nos enseña la Biblia sobre la paz, es que la paz viene a nuestras vidas como individuos cuando arreglamos nuestras cuentas con Aquel que es nuestro Dios, nuestro Creador. Cuando pensamos en que Dios creó el mundo, en que Dios nos hizo, como dice su Palabra, es lógico que pensemos que si Dios nos creó es porque él tiene un propósito para la vida de cada uno de nosotros. La Biblia dice que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Hay tanto amor en Dios que él quiso compartir ese amor con alguien. Su propósito al crearnos fue manifestar ese amor en nosotros. Y mientras el hombre estuvo bajo esa "sombrilla" de amor de Dios, todo marchaba a las mil maravillas, disfrutaba de una paz indescriptible hasta que se rompió la relación por causa del pecado. Después, en lugar de esa paz quedó un profundo vacío en el alma del hombre. Ese vacío sólo puede ser llenado por Dios. Ciertamente no habrá paz en el ser humano hasta que arregle sus cuentas con Dios.

Una segunda cosa que nos enseña la Palabra de Dios acerca de la paz se encuentra en Colosenses 1:19, 20: “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”. Viendo Dios como esta creación de él, estaba destruyéndose a sí misma, movido por su inmenso amor y su misericordia estableció ese puente que es Cristo Jesús. Y a través de Jesucristo, y de su sangre derramada en la cruz del Calvario lavar nuestros pecados, que nos habían separado de él y hacer posible la reconciliación entre nosotros y él, adoptándonos como sus hijos. La única manera de arreglar las cuentas con Dios es a través de su Hijo Jesucristo.

Lo tercero que menciona la Biblia sobre la paz se encuentra en Filipenses 4:6, 7: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Este versículo tiene una palabra muy significativa porque no habla de la paz con Dios, sino de la paz de Dios. Esa paz que recibimos de él a través de la presencia de su Santo Espíritu en nuestras vidas, esa paz que no es producto de las circunstancias, que no depende de que la salud esté bien o que la cuenta del banco esté abundante, o que la familia esté bien o que el trabajo esté bien, sino que aun en medio de circunstancias difíciles, de manera inexplicable nace de adentro hacia afuera.

La paz que el mundo nos ofrece es una paz incompleta, que no satisface plenamente y es además una paz temporal, que desaparece tan pronto las circunstancias favorables dejan de existir. Por el contrario, la paz que Dios nos da, nos llena totalmente y podemos sentirla en las buenas y en las malas porque no depende de las circunstancias. Y esa paz inefable sólo se manifiesta en nuestras vidas cuando hemos llegado a tener una íntima relación con nuestro Padre celestial, por medio de la lectura de la Biblia y de la oración cada día de nuestras vidas.

ORACIÓN:
Padre bendito, yo quiero sentir esa profunda paz que tú ofreces. Pon en mi corazón un sincero deseo de buscarte cada día para llegar a tener una íntima relación contigo. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

¿ES CORRECTO JUZGAR DE ACUERDO A LA BIBLIA?



Delatar Errores, Decir Nombres, Denunciar Falsas Doctrinas, Muchos hoy en día creen que es incorrecto delatar el error y decir nombres. Los liberales siempre han parecido creer esto, pero en tiempos recientes ha sido expuesto ampliamente por evangélicos y carismáticos. Ahora estamos viendo ese error fatal siendo declarado por esos que profesan ser fundamentales bíblicos. Esos que creen fielmente en exponer o delatar el error de acuerdo a la Biblia, ahora están siendo ampliamente denunciados y acusados de ser descorteses y faltos de amor. Nuestro objetivo en este escrito es presentar la enseñanza que la Biblia guarda en este tema de vital importancia.


I. Es Correcto Practicar El Juicio Bíblico.

Uno de los versículos malamente usados de la Biblia es: "No juzguéis, para que no seáis juzgados" (Mateo 7:1). Cada versículo de la Escritura debe ser leído en su contexto, si vamos a entender propiamente su significado. En los versículos 2-5 del mismo capítulo es evidente que el versículo 1 se refiere a juicio hipócrita. El hermano que tiene una viga en su propio ojo no debe juzgar a otro que tiene una paja en el suyo. La enseñanza es clara, usted no puede juzgar a otro de su pecado si usted es culpable del mismo pecado. Esos que se aferran a "No juzguéis, para que no seáis juzgado", al condenar a esos que delatan el error, deberían leer el capítulo entero.

Jesús dijo: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas..." (v. 15). ¿Cómo podemos conocer a los falsos profetas si no los juzgamos de acuerdo a la Palabra de Dios? Si conocemos a los falsos profetas, ¿cómo podemos desprevenir a las ovejas de esos "lobos rapaces?". A través de toda la Biblia encontramos la enseñanza de que debemos identificarlos y delatarlos. "Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos" (Mateo 7:16-17). ¿Dijo acaso el Señor que no podíamos juzgar al árbol (persona), por el fruto de su vida y su doctrina? Ciertamente no, porque no pudiéramos saber sin juzgar. Todo juicio debe hacerse en las bases de la enseñanza bíblica, y no acuerdo a caprichos ni prejuicios. "No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio" (Juan 7:24). Aquí el Señor nos manda que "juzguemos con justo juicio" el cual es únicamente basado en la Palabra de Dios. Si el juicio se realiza bajo alguna otra base, no siendo la Palabra de Dios, es una transgresión de Mateo 7:1. El diccionario dice que un juez es "uno que declara la ley". El cristiano fiel debe discernir o juzgar de acuerdo a las bases de la inspirada ley de Dios, la Biblia.

En 1 Corintios 5:1-13, Pablo "juzgó" la fornicación (versículo 3) a pesar de que él estaba ausente, y dijo a la iglesia de Corinto que deberían "juzgar" (versículo 12) a los que estaban dentro. La palabra griega para "juzgar" es la misma en Mateo 7:1. Pablo no faltó a "no juzguéis, para que no seáis juzgado" al juzgar a quienes estaban en fornicación, ni en instruir a la iglesia a juzgar también. Todo este juicio fue de acuerdo a la Palabra de Dios.

Una persona que es capaz de discernir entre el bien y mal, tiene por lo menos uno de los mayores signos de madurez espiritual. "Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (Hebreos 5:14). W.E. Vine, dice acerca del significado de "discernir", "una distinción, una clara diferenciación, discernimiento, juicio; se traduce 'discernir' en 1 Corintios 12:10 discernimiento de espíritus, juzgando por evidencias si es que son de Dios o son del maligno". Strong también está de acuerdo en que significa juzgar. Esos que no desean o son incapaces de discernir o juzgar entre lo bueno y lo malo, están de esa forma revelando ya sea su desobediencia o su inmadurez.


II. Es Correcto Denunciar a Los Falsos Maestros.

Los falsos maestros son libres para esparcir sus venenosas doctrinas hoy en día, debido a que hay una conspiración de silencio entre muchos creyentes de la Biblia. A estos lobos con vestidos de ovejas se les facilita saquear al rebaño, y así, destruir a muchos. Juan el Bautista llamó a los fariseos y saduceos (los lideres religiosos de ese día) "generación de víboras" (Mateo 3:7). Hoy en día, podríamos ser acusados de ser faltos de amor, descorteses y anticristianos. Jesús dijo a los fariseos religiosos: "¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34). Para muchos evangélicos y otros profesantes cristianos, este sería un lenguaje inaceptable en nuestros días, pero es el lenguaje bíblico y viene de la boca de Jesucristo. Parado frente a frente con esos falsos maestros, Jesús les llamó "hipócritas", "guías ciegos", "sepulcros blanqueados", "serpientes", y "generación de víboras" (Mateo 23:23-34). Sin embargo, se nos dice que debemos tener compañerismo con esos cuyas doctrinas son justo tan anti-bíblicas como las de esos fariseos.

Algunos que dicen ser cristianos creyentes de la Biblia insisten en trabajar con católicos romanos y otras asociaciones heréticas. Y nosotros, ¿que haremos?: “señalarlos o no señalarlos por esa actividad”. "Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado" (Juan 2:13-16).

A nuestro Salvador se le presenta hoy en día como alguien manso, humilde y amoroso aún con los falsos maestros, lo cual es completamente incorrecto. Cuando Él trató con los falsos maestros y profetas, sus palabras fueron ásperas y sus acciones claras. Cerca del final de su ministerio público, Cristo encontró la necesidad de limpiar el templo una vez más. La denuncia de las falsas doctrinas es un trabajo interminable. Al mismo tiempo Él dijo: "Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones" (Marcos 11:17). ¿Hay alguna diferencia hoy? Los ladrones entran a la casa de Dios y roban al pueblo de Dios, usan la Biblia y ponen sus perversas traducciones en su lugar. Al tiempo este grupo de ladrones roban a la gente su doctrina de separación y de santificación, razón por la que se hace difícil distinguir la diferencia entre la gente de Dios y el mundo.

Con toda honestidad, ¿No deberíamos delatar a esos ladrones y falsos maestros? En nuestros días, estos falsos maestros han entrado a las iglesias con sus libros, música, “Rock Cristiano”,  literatura, películas, psicología y seminarios, y han cambiado la casa de Dios en una cueva de ladrones. Es tiempo de que los hombres de Dios se levanten y expongan esos errores para que todos los conozcan. La Biblia nos Exhorta a exponer el error. Debemos PROBARLES. "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1 Juan 4:1). Toda doctrina y maestros deben de ser probados de acuerdo a la Palabra de Dios. "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Isaías 8:20). Cada mensaje, mensajero y método debe ser juzgado de acuerdo a la Palabra de Dios. La iglesia de Efeso fue aprobada porque habían "…probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos" (Apocalipsis 2:2). La iglesia de Pérgamo fue reprendida porque toleraba a los que tenían "la doctrina de Balaam" y "la doctrina de los Nicolaítas, la que yo aborrezco" (Apocalipsis 2:14-15). No es correcto tolerar falsos maestros, pero deben ser probados con la Palabra de Dios, y denunciados.

Por supuesto, los que quieren desobedecer la Palabra de Dios, buscarán por todos los medios de evitar esta enseñanza. Debemos MARCARLOS y APARTARNOS de ellos. "Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos" (Romanos 16:17). Esos cuya conducta y enseñanza contradicen la Palabra de Dios deben de ser señalados y evitados. Esto requiere discernimiento y juicio a la luz de la Biblia. Los ecuménicos, nuevos evangélicos y otros fundamentalistas comprometidos resistirán cualquier esfuerzo por obedecer esta Escritura. Solamente de acuerdo a la Palabra de Dios deben ser marcados y evitados. Debemos REPRENDERLES. "Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe" (Tito 1:13). Esto fue escrito a Tito, porque había algunos yendo de casa en casa trastornando con sus falsas doctrinas (Tito 1:10-16).

Muchos falsos ministros, Pastores, Evangelistas, “profetas”, “Apóstoles”, y otros, están trastornando casas enteras con sus falsas doctrinas hoy en día. ¿Debemos sentarnos silenciosos, mientras lo hacen, sin reprenderlos y amonestarlos por sus falsas enseñanzas? ¡Claro que debemos reprenderlos y separarnos de ellos! El fiel siervo del Señor debe aprender de la Biblia y ser "retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen" (Tito 1:9). Debemos de NO TENER COMPAÑERISMO con ellos. "Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas" (Efesios 5:11). Reprender significa "censurar, condenar, encontrar faltas, reprender, y refutar". ¿Cómo podemos obedecer esta Escritura sino hasta que les probamos de acuerdo a la Palabra de Dios? Debemos de ALEJARNOS de ellos. "Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros" (2 Tesalonicenses 3:6). Debemos de alejarnos de “esos” cuya doctrina y conducta no se conforma a la Palabra de Dios.

El contexto claramente muestra que la obediencia a la sana doctrina es lo que Pablo tuvo en mente, por lo que dijo: "Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano" (2 Tesalonicenses 3:14-15). Pablo amonestó a Timoteo para "que se alejara" de esos que "no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad" (1 Timoteo 6:3-5). Debemos EVITARLOS.

Refiriéndose a estos últimos días, dice que algunos vendrán y "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita" (2 Timoteo 3:5). Como podríamos alejarnos de ellos si no los identificamos, y esto requiere que su mensaje sea comparado a la Palabra de Dios. Este es el trabajo del verdadero predicador: "Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina" (2 Timoteo 4:2). Este es usualmente una impopular e ingrata tarea pero es el deber de el hombre llamado de Dios. NO debemos RECIBIRLOS en nuestras casas. "Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras" (2 Juan 10-11). No hay duda de que Juan está hablando de "cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo..." (versículo 9).

Por radio, TV, música y literatura, los falsos profetas son traídos a los hogares de muchos cristianos hoy en día. ¡Esto no debe de ser así! Debemos RECHAZAR A ESOS HEREJES. "Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo" (Tito 3:10). Debemos rechazar a esos que niegan la redención por la sangre de Cristo. Hay muchos que niegan esta y otras doctrinas de la Palabra de Dios. Si no responden a la exhortación, deben de ser desechados. Debemos tener cuidado de esos que predican otro evangelio. Pablo advirtió acerca de esos que predicaban "a otro Jesús ...otro espíritu ...otro evangelio" (2 Corintios 11:4). ¿Cómo podemos conocerlos si no juzgamos su Jesús, su espíritu y su evangelio por la Palabra de Dios? Pablo llamó a dichos predicadores: "Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo" (2 Corintios 11:13). Pablo explica en los versículos siguientes 14-15 que estos predicadores son ministros de Satanás. El hombre llamado de Dios debe ser fiel hoy en día en delatar a estos ministros de Satanás.

Pablo advirtió a los Gálatas acerca de esos que quieren "pervertir el evangelio de Cristo". Dijo también: "Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema" (Gálatas 1:6-9). Multitudes el día de hoy están predicando un evangelio pervertido. Esos que predican salvación por bautismo, o por obras, están enseñando un evangelio pervertido. Los carismáticos, católicos, muchos evangélicos, y muchos "fundamentalistas" están predicando un evangelio pervertido. Y peor aún, se supone que debemos cooperar con ellos en evangelismo y trabajo cristiano, de acuerdo con muchos. Si no exponemos y delatamos a estos falsos profetas, entonces estamos traicionando a Jesucristo y su evangelio. Debemos SEPARARNOS de ellos. "Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré" (2 Corintios 6:17). Esto lo aclara todo. El pueblo de Dios, debe salir de entre la apostasía y el error religioso. ¿Cómo puede un creyente de la Biblia pertenecer al Concilio Nacional o Concilio Mundial de Iglesias? ¿Cómo pueden pertenecer los supuestos evangélicos y fundamentalistas, a no ser por su rebelión a la Biblia?

III. Es Correcto Mencionar Nombres

Muchos erróneamente creen que es equivocado delatar el error y nombrar al maestro culpable; pero se equivocan de acuerdo a la Biblia. Pablo nombró a Pedro públicamente. Pedro era culpable de prácticas no escritúrales. "Pero cuando Pedro vino a Antioquia, le resistí cara a cara, porque era de condenar... Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?" (Gálatas 2:11-14). Si la pureza e integridad del evangelio está en peligro, no tenemos otra opción más que delatar el error y nombrar al culpable. Pablo nombró a Demas por amar el mundo. "...Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica...." (2 Timoteo 4:10). Esos que traicionan la causa de Cristo por una vida mundana y de placeres deben de ser nombrados y delatados.

Pablo nombró a Himeneo y Alejandro: Pablo dijo a Timoteo "Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar" (1 Timoteo 1:18-20). Los verdaderos sirvientes de Dios deben militar la buena milicia, y nombrar a esos quienes se han apartado de la fe que fue una vez dada a los santos. Pablo no esta aquí discutiendo la fe de la salvación sino la fe como un sistema de doctrina. Estos hombres habían naufragado en esto y Pablo los denunció y mencionó sus nombres.

Pablo nombró a Himeneo y Fileto: Dijo a Timoteo que "estudiara" para poder usar "bien" la "palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos." (2 Timoteo 2:15-18). Las falsas doctrinas trastornan la fe de algunos, por lo cual esos que las proclaman deben de ser denunciados.

Pablo nombró a Alejandro el calderero: "Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras" (2 Timoteo 4:14-15). Es claro que esto no es un problema personal, sino un problema doctrinal. Alejando había opuesto a la doctrina y palabras de Pablo. Era un enemigo de la verdad.

Los ministros de Dios tienen el mismo problema cada día. Predican la verdad, luego los miembros se van a la casa y escuchan esa fe disputada por el radio y predicadores de televisión. A menudo estos falsos profetas están mandando sus publicaciones a las casas de los miembros de iglesias fundamentales. Luego el hombre de Dios se supone que debe tener su boca cerrada, de acuerdo a lo que muchos creen. Sólo un cobarde puede guardar silencio mientras la verdad de la Biblia es atacada.

Juan nombró a Diótrefes: "Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe" (3 Juan 9). Juan relató cómo este hombre parloteaba contra ellos con "palabras malignas" (v. 10). Dice más adelante: "Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios" (v. 11).

No es incorrecto nombrar a esos cuya doctrina y prácticas son contrarias a la Palabra de Dios. De hecho, la Biblia completa abunda en ejemplos de falsos profetas siendo nombrados y denunciados. En estos días sólo se habla de amor, usándolo como excusa para no delatar el error, -"no es realmente amor bíblico, sino es un sentimentalismo satánico".

Moisés nombró a Balaam: Vea Números 22-25.

Pedro nombró a Balaam: "el camino de Balaam ... el cual amó el premio de la maldad" (2 Pedro 2:15). Balaam era un profeta que estaba en la obra por dinero, justo como muchos de los profetas de TV de nuestros días. Ruegan por dinero y viven como reyes, mientras multitudes de gente inocente les manda su dinero. Están siempre edificando colegios, hospitales, redes de televisión, y parques de diversión que tienen un resbaladero de agua para Jesús. ¿Luego se supone que debemos mantener nuestra boca cerrada acerca de estos charlatanes religiosos? ¿Cómo podemos estar en silencio y permanecer en la verdad de Dios?

Judas expuso "el error de Balaam": (Judas 11).

Juan mencionó A Balaam: "la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación" (Apocalipsis 2:14).

Esto llega precisamente al corazón del asunto, concerniente a la doctrina de la separación. Balaam nunca maldijo a Israel aún cuando quería la recompensa que se le había ofrecido. Los hombres de Israel comenzaron a "fornicar con las hijas de Moab. Invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses" (Números 25:1-2). ¿Por qué hicieron esto? Porque Balaam enseñó a Balac como romper la barrera de separación entre los moabitas y los israelitas. Sabemos esto porque está rectamente establecido en Apocalipsis 2:14 y en Números 31:16. Esto dio como resultado la muerte de 24,000 hombres bajo el juicio de Dios (Otro buen ejemplo de Rock Cristiano). Los falsos maestros están rompiendo la barrera de separación entre la gente de Dios y la falsa religión. Hay muy poca predicación y enseñanza en la doctrina de separación. Balaam rompió la barrera de separación al causar que los hombres de Israel cometieran fornicación con las mujeres de Moab. Rompió la doctrina de separación eclesiástica causando a los hombres de Israel inclinarse a Baal. Esto trajo maldición sobre Israel.

Hasta que regresemos a enseñar la verdad acerca de la separación personal y eclesiástica, podríamos detener la destrucción que estamos viviendo hoy. Tal parece que existe la creencia de que toda esta gente es muy poderosa como para ser denunciada o nombrada. Hombres en altos lugares, pastores de iglesias gigantes y esos con grandes audiencias en radio y televisión creen que están por encima de toda crítica. Cualquier cosa que digan o hagan, no importa que tan contraria de la Biblia sea, ellos suponen que es correcta. Nada debe estar arriba de la verdad.

Natán identificó a David: Había un hombre en un lugar muy alto que era un adultero secreto. Seguramente este hombre, quién tenía el puesto de oficial más grande del reino, no podía ser reprendido por un simple e impopular profeta. Natán fue a la presencia de David, reveló el pecado en forma de parábola, luego dijo al enfurecido David, "Tu eres aquel hombre..." (2 Samuel 12:7).

Jehú hijo de Hanani nombró al rey Josafat: En varias formas Josafat fue un buen rey, pero equivocadamente olvidó practicar la separación. Causó que su hijo se casara con la hija del rey Acab (Vea 2 Crónicas 18:1; 21:1-6). Hizo una alianza con Acab y fue a la batalla contra Ramot de Galaad con él (2 Crónicas 18). Jehú hijo de Hanani dijo al rey Josafat: "¿Al impío das ayuda y amas a los que aborrecen a al Señor?" (2 Crónicas 19:2).

Aquí hay una pregunta para los no separados: "¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a al Señor?" Sí, es correcto delatar el error y nombrar a esos que están en error. Es correcto "contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 3).

Hermanos… cuidemos al rebaño, señalemos y denunciemos a los "falsos maestros... que introducirán encubiertamente doctrinas destructoras" (2 Pedro 2:1).

Los mensajeros fieles advertirán a las ovejas acerca de estas herejías, y les identificarán por su nombre. No es suficiente hacer alusión sutilmente hacia ellos, si no los corderos jóvenes no entenderán y como consecuencia serán destruidos por los lobos.

“Gracia y Paz”
Aprendiendo la Sana Doctrina