martes, 15 de mayo de 2012

LOS 5 TEMAS OLVIDADOS POR LA PROSPERA Y APOSTATA IGLESIA: "PECADO, JUICIO, INFIERNO, AR​REPENTIMIENTO, SANTIDAD, EL RAPTO".




PECADO
1 Juan 1:8.- “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros”.
1 Juan 1:9.- “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
1 Juan 1:10.- “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros”.

JUICIO: EL TRIBUNAL DE CRISTO, PARA EL CREYENTE RAPTADO.
2 Corintios 5:10.- “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”.

JUICIO ANTE EL GRAN TRONO BLANCO, PARA LOS QUE NO ACEPTARON A JESUS.
Apocalipsis 20:12.- “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”.

EL INFIERNO: PARA EL DIABLO, SUS DEMONIOS, Y LOS QUE MURIERON EN PECADO.
Apocalipsis 20:10.- “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”.
Apocalipsis 20:15.- “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”.

ARREPENTIMIENTO Y CONVERSION
Hechos 3:18.- “Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer”.
Hechos 3:19.- “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”
Hechos 3:20.-  “y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado”

SANTIDAD.
1 Pedro 1:16.- “porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.
1 Pedro 1:17.- “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;
Hebreos 12:14.- “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”.

EL RAPTO DE LA IGLESIA
Juan 14:1.- “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”.
Juan 14:2.- “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros”.
Juan 14:3.- “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
1 Corintios 15:51.- “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados”,
1 Corintios 15:52.- “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”.
1 Tesalonicenses 4:16.- “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”.
1 Tesalonicenses 4:17.- “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
1 Tesalonicenses 4:18.- “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.

“Gracia y Paz”
La Humilde Venida de Jesús
Juan 12:24
“Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”.
El germen de una semilla es casi invisible a simple vista, sin embargo es la parte más importante de la planta, pero también la más delicada. Esta es precisamente la imagen empleada por el profeta Zacarías para hablar del Mesías que debía venir: “El varón cuyo nombre es el Renuevo” (6:12).
Este lenguaje simbólico, típico de los profetas, subraya bien la humildad en la que Jesús vino: su nacimiento en el seno de una familia pobre, la fragilidad de un niño acostado en un pesebre, toda su vida en la precariedad, su contacto con los más pobres y los excluidos y, por último, su muerte en una cruz entre dos malhechores.
El Señor Jesús se compara al grano de trigo que muere y lleva mucho fruto (Juan 12:24). El germen del grano es su vida, pero el grano desaparece y sólo el germen se desarrolla, imagen elocuente de la muerte y de la resurrección: la vida sale de la muerte.
Jesús, quien nació en Belén en la condición más humilde, llegó al punto de dar su vida por nosotros, y quiere transmitirnos esa vida que salió de su muerte.
Aquel que acepta a Jesús como su Salvador recibe la vida eterna, según las declaraciones de la Palabra de Dios: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36). “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:12).
“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

¿Te sientes abrumado y sin fuerzas?

2 Corintios 1:8-11
“Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte; cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos."

El apóstol Pablo describe, en su segunda carta a los Corintios, el punto al cual le llevaron a él y sus compañeros las difíciles circunstancias que encontraron en su viaje misionero a Asia. Dice que fueron "abrumados sobremanera". Ciertamente era una situación desesperada la que Pablo describe.

Todos hemos pasado por situaciones en las que nada parece salir bien, las dificultades nos aplastan y nos sentimos atribulados y agobiados. No importa que tan "fuertes" creamos que somos, todos experimentamos tiempos de desaliento muy cercanos a la derrota. Es entonces cuando nos damos cuenta que somos débiles e incapaces. Esto les sucedió a Pablo y sus colaboradores. La experiencia de ellos puede resultarnos muy valiosa.

Desde su encuentro con Jesús en el camino a Damasco, Pablo dedicó toda su vida a servir al Señor, por lo que los ataques y las persecuciones eran parte de su diario vivir. Pero por medio del poder del Espíritu Santo él fue capaz de salir airoso en las más terribles de las situaciones y hasta sentir gozo en medio de afrentas y sufrimientos de todo tipo. Pablo fue apedreado, golpeado, ridiculizado, falsamente acusado, torturado y encarcelado, pero nunca quitó sus ojos de su Señor y guía, y en su poder siempre encontró fortaleza, como declarara en Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."

No existe una situación en la vida de una persona que pueda ser excepción a esta declaración de Pablo. Todo, absolutamente todo lo podemos vencer con la ayuda del Señor, quien nos fortalece. Dios nunca dice: “Ríndete” o “Vas a ser derrotado”. Todo lo contrario, la Biblia nos afirma que “somos más que vencedores” por medio de Cristo (Romanos 8:37). Cristo obtuvo la victoria para que nosotros la disfrutemos, en todas las circunstancias. Aún en las malas tenemos que tener la seguridad de que la victoria es nuestra, simplemente estamos en un proceso que Dios considera necesario que pasemos, para que le conozcamos a él y dependamos de él, de la misma manera que hicieron Pablo y sus compañeros, según nos cuenta el pasaje de hoy.

Más adelante en esta misma carta a los Corintios, el apóstol Pablo escribe acerca de lo que él llamó "el aguijón en mi carne" (2 Corintios 12:7). Muchos comentaristas bíblicos difieren en cuanto a lo que era ese “aguijón” al que Pablo se refiere, pero todos coinciden en que era algo que le molestaba, le causaba dolor o sufrimiento, y clamaba a Dios para que lo librara. La respuesta del Señor fue la graduación de Pablo en el proceso de aprendizaje: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. La reacción de Pablo fue inmediata, declarando: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

¿Las cosas te van de mal en peor? ¿Las circunstancias te abruman? ¿Sientes que te faltan las fuerzas? No existe un momento más apropiado para que Dios manifieste su poder en tu vida. Acércate a él, confiesa tu debilidad y tu incapacidad de triunfar sin su ayuda. Declara con fe y con toda autoridad: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” El Señor acudirá en tu ayuda, su poder se manifestará plenamente y tú disfrutarás de una victoria total y absoluta.

ORACION:
Padre santo, confieso que muchas veces trato de obtener el triunfo con mis propias fuerzas. Por favor, ayúdame a reconocer mi incapacidad y mi debilidad, y acudir a ti en busca de tu fortaleza, para que tu poder se perfeccione en mi debilidad. Gracias porque todo lo puedo en Cristo. En su santo nombre, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

NO ES PELEAR POR PELEAR, ES CONTENDER POR LA FE



Es muy importante reconocer que las Escrituras nos hablan de batallar en la defensa de la Fe, enfrentándonos con la predicación correcta de la Palabra, contra los apóstatas y los corruptores del evangelio. No sugiere una guerra contra cada cambio trivial que existe en el pensamiento de alguien acerca de las doctrinas difíciles o no esenciales. Ciertamente, no es un llamado a ser belicosos cada vez que haya un desacuerdo en la iglesia. A veces, aun los amigos cercanos y los verdaderos hermanos en Cristo están en brusco desacuerdo, pero este no debe escalar al combate mortal (Salmos 133: 1; Juan 13: 35; I Corintios 1: 10; Efesios 4: 3-6).

El llamado a “pelear” hecho por Judas, en su epístola, se aplica cuando existe una seria amenaza a “la fe que ha sido una vez dada a los santos”, el tipo de falsa enseñanza que socava los fundamentos del evangelio. El error que Judas tiene en mente no proviene de un leve malentendido acerca de un texto complicado. Él está hablando acerca de la herejía que está arraigada principalmente en la incredulidad voluntaria, una negación del “único soberano y Señor Jesucristo” (Judas 4). Tiene en mente un error que corrompe el carácter esencial del evangelio. Está hablando del error condenable. Enfatiza ese hecho cuando dice que los proveedores de tales herejías están destinados a la condenación. Ahora, tengamos en cuenta que esos errores, a veces son muy sutiles y difíciles de distinguir. La única forma de desarrollar el discernimiento necesario para detectar el error sutil, y evaluar correctamente su peligro, es consagrarse uno mismo conscientemente a la tarea de discernir correctamente la Palabra de Dios (II Timoteo 2:15). Esa cualidad debe ser perfeccionada con trabajo extra por medio de la diligencia fiel.

Nuestro llamado es a confrontar aquellos falsos maestros que deliberadamente intentan permanecer encubiertos, que pretenden lealtad a Cristo, pero su doctrina contradice esa profesión. Puede ser bastante difícil ver pasar la profesión falsa de fe alguien, y evaluar la verdadera gravedad del error. Esa es una de las razones principales por la cual los juicios severos no deben hacerse ligeramente. “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7: 24).

Aún el fanatismo es un claro peligro del cual nos tenemos que guardar cuidadosamente. Efectivamente existen críticas hoy día que operan todo el tiempo, siempre buscando pelea, tomando el deleite carnal meramente en controversia por el bien de la controversia, y juzgando de una forma a veces muy severa o demasiado rápida. No caigamos en la trampa de suponer que las opiniones más críticas y las que se fijan en las pequeñeces, son automáticamente las más “discernientes”. Tengamos cuidado con las personas que no muestran prudencia o moderación acerca de juzgar severamente. El verdadero discernimiento se adquiere cuando consagramos nuestros corazones y nuestras mentes a la sabiduría bíblica, no fomentando un espíritu crítico. De hecho, la Escritura dice que aquellos que son beligerantes o pendencieros, no encajan en el liderazgo espiritual (II Timoteo 2: 24-25). Ese es el espíritu que debemos cultivar. Contender ardientemente por la fe no requiere que nos convirtamos en pendencieros.

“Gracia y Paz”
(John MaCarthur)

HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE


Éxodo 20:12:
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”.

Sea usted joven o mayor, usted puede honrar a sus padres. ¿Cómo? Al mostrarles respeto. Levítico 19:3 dice: “Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios.” La palabra “temerá” no significa temblar ante la presencia de sus padres. Lo que quiere decir es que usted debe tener un respeto santo por su padre y por su madre.

Usted podrá objetar: “Pero mis padres no son dignos de respeto.” Con todo respeto, usted tampoco lo es. Nosotros no somos dignos de respeto. Sólo hijos perfectos pueden exigir padres perfectos, y ningún hijo es perfecto. Nuestros padres son imperfectos. Usted también lo es. Por el contrario, Dios es santo y Él manda que debemos respetar a nuestros padres.

¿Cómo está su relación con sus padres? Si no les está mostrando el tipo de respeto bíblico que Dios requiere, empiece a hacerlo hoy para gloria de Dios.

“Gracia y Paz”

JESÚS TODAVIA ORA POR NOSOTROS
David Wilkerson

1 Juan 2:1

"Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el Justo".

Zacarías 3 describe a un sumo sacerdote llamado Josué parado delante del Señor y a Satanás a su mano derecha oponiéndosele. Josué representa acá a un hombre de verdad. Él era el sumo sacerdote durante la época de Esdras y Nehemías. En Esdras 10:18 parece que Josué se había casado con una mujer pagana; en ese momento, la peor manera en que un Judío podría contaminarse era casándose con un gentil.

"Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel" (Zacarías 3:3). Josué estaba de pie ante el trono con sus vestiduras viles, y el diablo estaba a su lado acusándole. Satanás argumentó: "Este hombre ha roto Tu ley y ha pecado contra ti." Las acusaciones del diablo eran correctas: Josué había pecado y ahora Satanás reclamaba para sí a Josué.

Amados, esto es exactamente lo que sucede con nosotros. Satanás se presenta ante el trono de la gracia acusándonos. Nos señala y dice: "Tú sabes todas las cosas, Dios, tu ves cuan comprometida está la vida de éste. Si eres justo, tienes que darme su alma". En Apocalipsis 12:10 a Satanás se le llama "el acusador de nuestros hermanos" y se presenta ante Dios en este momento para oponerse a usted y a mi, nos acusa de pecado.

Es entonces cuando Jesús, nuestro Abogado, se levanta y dice: "Es cierto, Padre él ha fallado, pero hay fe en su corazón, fe en el poder de mi sangre que he pagado por cada pecado que ha cometido o cometerá alguna vez." Jesús entonces se vuelve a quien le espera ahí en frente y le dice: "Quita tus ropas sucias y pon mi manto de justicia sobre tus hombros."

Jesús dijo a Satanás: "El Señor te reprenda, oh Satanás... ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?" (Zacarías 3:2). ¡Qué cuadro! El diablo se vio obligado a salir con un sonido de reproche y Josué se marchó con un indulto, una prenda nueva y una corona de justicia en la cabeza.

Jesús ha estado en la gloria estos 2,000 años orando por nosotros y sigue orando por nosotros.

“Gracia y Paz”

UN ROCIO DE AMOR


Job 29:19
“Mi raíz estaba abierta junto a las aguas, Y en mis ramas permanecía el rocío”

Caminar por la mañana puede hacer que tus pies se humedezcan. Aunque no haya llovido, el rocío pudo mojar el suelo. El rocío aparece en la noche, cuando la tierra se enfría más que el aire. El aire que nos rodea contiene gotitas de agua que no vemos, porque son muy pequeñas. Cuando la tierra está más fría que el aire, estas pequeñas gotitas se juntan y forman gotas más grandes que caen al suelo. Así es como aparece el rocío.

¿Recuerdas la historia de Gedeón? Dios quería usar a Gedeón para derrotar a los enemigos de Israel. Él no entendía por qué Dios lo había escogido, así que le pidió una prueba. Una noche Gedeón puso un pedazo de lana en el suelo y le pidió a Dios que por la mañana, cuando todo estuviera bañado por el rocío, la lana estuviera seca. La siguiente noche le pidió a Dios que humedeciera la lana y que todo lo demás alrededor permaneciera seco. ¡Dios hizo ambas cosas!

Nuestro Dios es un Dios milagroso. Si él puede hacer que el rocío caiga donde él quiera, también puede obrar un milagro en tu vida. ¿Necesitas hoy un milagro? No tengas miedo a pedirlo. ¡A Dios le encanta ayudar!

“Gracia y Paz”
(Jim Feldbush)


GLOSOPEDA

"Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos…" 2 Corintios 10:12.

La glosopeda, o fiebre aftosa, es una enfermedad sumamente contagiosa entre los animales de pezuña hendida. Las ampollas que les salen alrededor de la boca y en las patas son tremendamente dolorosas. Los que padecen esta enfermedad no comen ni beben, y adelgazan rápidamente. En muchos países, esta enfermedad casi ha desaparecido gracias a las medidas preventivas que se han tomado.

Una enfermedad espiritual similar, que afecta los "pies" y la "boca", sigue ocurriendo en proporciones epidémicas dentro de la Iglesia. En 1 Corintios 12, se compara a los creyentes con las diferentes partes del cuerpo humano. Este tipo de dolencia se produce cuando los miembros de la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo, empiezan a compararse entre sí (v. 12). Quizá un "pie" se sienta insatisfecho por ser incapaz de expresarse como la "boca". Y esta podría sentirse inadecuada porque no puede andar de un lado a otro ni sostener el peso del cuerpo. Esos cristianos pierden el apetito espiritual y se vuelve ineficaces en el servicio al Señor.

Los hijos de Dios han sido diseñados en forma soberana y colocados en el cuerpo de Cristo con propósitos específicos. Cada uno de nosotros es vital para el bienestar de todos. Y cuando desempeñamos nuestra función, hay armonía y nuestro Salvador es glorificado. Acabemos con la "glosopeda" en la Iglesia.

Lectura: 1 Corintios 12:12-27.

Reflexión: Si quieres una iglesia más saludable, ejercita tus dones espirituales.

“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario.


Santiago 4:7
“Someteos pues á Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá”.

La esencia del pecado es servirte a ti mismo. La Biblia dice que debemos someternos a Dios y no vivir como nos da la gana, sin rumbo y sin un propósito mas noble que alimentar a la carne y vivir para complacernos a nosotros mismos.

El problema en nuestra ciudad, nuestro estado, nuestra nación, y nuestro mundo es que no tenemos una brújula moral más que vivir como nos complace o nos agrada a nosotros mismos. Eso es vivir por la carne y es una vida sin razón ni significado.

La vida de Jesús no fue así, pues dijo, “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y acabe su obra” Juan 4:34, y tu nunca vas a tener verdadera paz y gozo hasta que te rindas a la voluntad del Señor, y vivas para agradarle a El. Por eso estamos aquí. Esto es el significado de nuestra existencia.

“Gracia y paz”
Un Versículo de La Biblia cada Día