miércoles, 27 de marzo de 2013

NO SUBESTIMES EL PELIGRO DEL PECADO



Santiago 1:12-15
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte".

Sally era una serpiente pitón de Birmania, que había sido la mascota de la familia Romero durante ocho años. Cuando por primera vez llevaron a Sally a la casa medía sólo unas 12 pulgadas (unos 30 centímetros), pero creció y creció hasta que llegó a tener una longitud de cerca de 11 pies (3.35 metros) y un peso de unas 80 libras (36 kilos). Un día Sally atacó a Luisito, un joven de 15 años, al cual tomó totalmente por sorpresa. Se enroscó en su cuello, y lo estranguló hasta que el joven murió asfixiado. Uno de los policías a cargo de investigar el suceso, dijo que la serpiente estaba “muy agresiva, silbando y reaccionando violentamente” cuando ellos llegaron.

El pecado es como esa serpiente. Cuando un pecado entra por primera vez en nuestras vidas, pensamos que es inofensivo, a veces gracioso. Sin embargo no se queda pequeño, sino que crece. Pensamos que podemos manejarlo, pero luego empieza a manejarnos a nosotros. Y el resultado final es siempre la muerte, a veces la muerte física, otras veces la muerte emocional; y en ocasiones conduce a la muerte de una relación. Y puede ser aún peor, si el pecado no se confiesa y se aparta a un lado produce la muerte espiritual. Por eso el apóstol Santiago nos advierte en el pasaje de hoy que “el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”. Su propósito al decirnos esto, no es estropearnos la diversión, sino preservar el gozo, la paz y las bendiciones de Dios en nuestras vidas.

En Proverbios 5:22 la Biblia nos muestra una advertencia sumamente importante. Dice así: “De sus propias iniquidades será presa el impío, y en los lazos de su pecado quedará atrapado”. En el mundo hay millones de personas adictas a las drogas, o al alcohol o a la pornografía que empezaron jugando con un cigarrillo de marihuana, o una cervecita o visitando por “sólo unos minutos” un sitio pornográfico en el Internet. Y al cabo de un tiempo, sin apenas darse cuenta, se encontraron atrapados en las redes de un vicio que los tiene totalmente controlados, y en muchos casos ha destruido sus vidas y la vida de los que les rodean. La palabra de Dios trae libertad a quien la guarda en su corazón. Así dijo Jesús: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Por el contrario, quien ignora los principios divinos, corre el riesgo de caer en las trampas del enemigo. De esta manera lo expresa Proverbios 11:6: “La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores serán atrapados en su pecado”.

Si en estos momentos en tu vida hay algún pecado “mascota” con el que estás jugando, la palabra de Dios te advierte que tengas mucho cuidado, pues es un asunto de vida o muerte. Confiesa ese pecado, ponlo ahora mismo en las manos del Señor, y pídele de todo corazón que te dé las fuerzas para alejarlo de tu vida.

ORACIÓN
Padre santo, una vez más te doy gracias por tu palabra, que es viva y eficaz, y penetra hasta lo más profundo enseñándonos y preparándonos para la lucha de este mundo. Te ruego que fortalezcas mi espíritu para echar de mí todo pecado por inofensivo y simple que me parezca. Ayúdame a rechazar de inmediato todo aquello que no glorifica tu nombre. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

LA EXCELENCIA DE LA HUMILDAD



1 Pedro 5:5-7
“Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.

La vida de Jesús fue un ejemplo de humildad. Él no hizo valer sus derechos divinos en la Tierra, sino que dejó atrás la gloria y la autoridad que le pertenecían. Se revistió de humanidad para ser un siervo obediente a su Padre celestial (Filipenses 2:5-8).

El ejemplo de nuestro Salvador fue y sigue siendo contracultural. Este mundo no aprecia una actitud o un estilo de vida de humildad; por el contrario, aplaude los grandes éxitos, la belleza exterior, las posiciones elevadas y las habilidades excepcionales. Pero Dios nos asegura que si elegimos la mansedumbre, es decir, una vida de sumisión a Jesús como el Señor de nuestras vidas, Él nos recompensará tanto en esta vida como en la venidera (Mateo 5:5).

En los versículos de hoy, Pedro habla de las alternativas que tenemos. Está la promesa de bendiciones espirituales si elegimos el camino de Dios para la humildad. Pero si le damos la espalda a este camino, tendremos la oposición del Señor porque estaremos obrando arrogantemente. Mientras que al rendirnos humildemente a su autoridad, con el deseo de obedecerle, Él será nuestra fuente de fortaleza y confianza.

Hay algo más que considerar: ya que, a veces, aceptamos la importancia que da la sociedad a la gratificación instantánea, tendemos a querer el reconocimiento ahora mismo. Pero Dios nos honra de acuerdo con su manera y su tiempo perfectos.

La decisión es tuya: ¿te humillarás y vivirás para la gloria de Dios, en vez de la tuya? ¿O trazarás tu propio camino y decidirás oponerte arrogantemente a Dios? Si tu eres sabio, la decisión no te resultará difícil. Pídele a Dios que te indique cualquier aspecto de tu vida que esté guiada por el orgullo.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

ORACIÓN



Padre santo, una vez más te doy gracias por tu palabra, que es viva y eficaz, y penetra hasta lo más profundo enseñándonos y preparándonos para la lucha de este mundo. Te ruego que fortalezcas mi espíritu para echar de mí todo pecado por inofensivo y simple que me parezca. Ayúdame a rechazar de inmediato todo aquello que no glorifica tu nombre. En el nombre de Jesús, Amén.

"Gracia y Paz"