viernes, 16 de noviembre de 2012

¿QUIERES PARTICIPAR EN EL GRAN PLAN DE DIOS?



Jonás 1:1-3
“Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová”.

A través de la televisión, el radio, los periódicos, a diario nos enteramos de acontecimientos que nos indican que cada vez hay más corrupción y perdición en el mundo. Violaciones, asesinatos, drogas, abuso de niños, etc. son noticias diarias y cada vez más frecuentes. Oímos de padres que matan a sus hijos. Hijos que matan a sus padres. Vemos niños de doce o trece años que asesinan a sus maestros porque éstos los disciplinaron. Y nos preguntamos: “¿Adonde vamos a parar?” Cientos de años antes de Jesucristo, Dios le dijo a Jonás, refiriéndose a la gran ciudad de Nínive: “Pregona contra ella porque ha subido su maldad delante de mí”. En otras palabras, “Ve y predica allí porque el pecado y la corrupción van de mal en peor”.

El propósito de Dios sigue siendo el mismo de aquellos tiempos: salvación para la humanidad, avivamiento espiritual, transformar vidas, traer la luz a todos aquellos que no le conocen. Y el método que Dios usa para alcanzar a los que viven en pecado es también el mismo: sus hijos. Dice el pasaje de hoy: “Vino palabra de Jehová a Jonás...” ¿Qué es lo primero que hace Dios cuando decide traer la salvación a una o más personas? Llama a otra persona. Dios en su inmensa sabiduría, en su infinito amor ha determinado que para traer bendición, para traer avivamiento y salvación a este mundo perdido va a usar al hombre.

En el plan de Dios para la salvación del mundo, cada uno de nosotros tiene un papel muy importante. ¿Cómo reaccionamos nosotros ante esta responsabilidad que el Señor ha puesto en nuestras manos? ¿Cómo reaccionó Jonás? Dios le dijo: “Ve a Nínive”. Y Jonás partió para Tarsis, en dirección opuesta. Dios le indicó una dirección. Jonás se dirigió en dirección contraria. ¿Por qué Jonás decidió huir en lugar de obedecer las instrucciones de Dios? Podríamos mencionar tres posibles razones:

Primera: Indiferencia.
No conozco a nadie allí. A mí que me importa Nínive. ¿Te resulta familiar? ¡Qué me importa ese vecino! ¡Que me importa ese compañero de trabajo! Es su problema. Suficientes problemas tengo yo. Lo cierto es que Dios sí se preocupa por esos que no le conocen. La indiferencia es uno de los pecados más comunes entre los cristianos.

Segunda: Desacuerdo con la voluntad de Dios.
En Nínive vivían los asirios. Estos eran enemigos acérrimos de los judíos. Todo el mundo los odiaba. Jonás no quería ni acercarse a ellos. ¿Estás tú siempre de acuerdo con la voluntad de Dios? Probablemente no. Pero una cosa es no estar de acuerdo con Dios y otra cosa es desobedecer a Dios. ¿Cómo puedo llamarle a Dios Señor si cada vez que no me gusta su voluntad le digo que no? Así dice Jesús en Lucas 6:46: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” No podemos esperar vivir una vida victoriosa haciendo nuestra voluntad y no la voluntad del Señor.

Tercera: Temor al fracaso.
Jonás temía que después de advertir al pueblo de Nínive sobre el castigo de Dios por su maldad, el Señor en su inmensa misericordia los perdonara y entonces él haría el ridículo (Jonás 4:2). ¿Cuántas veces nos cohibimos de hablarle a alguien del Señor por temor a fracasar? O que se burlen de nosotros. O que no nos hagan caso. Dios desea que seamos parte de su plan redentor y salvador. Entonces él hará su voluntad.

Pero, ¿qué puedo hacer para hablarles a otros del Señor? Es posible que no tengas un título en Teología, o que no te conozcas toda la Biblia de memoria, pero si tienes un corazón dispuesto a obedecer, el Señor puede hacer grandes cosas contigo. Lo primero que tienes que hacer es orar pidiendo a Dios que te llene del Espíritu Santo y que te use como instrumento eficaz en sus manos. Entonces disfrutarás del gozo y la bendición de ser parte del gran plan de salvación para este mundo corrupto.

ORACIÓN:
Padre santo, te ruego me uses para llevar a otros las buenas nuevas de salvación y vida eterna. Capacítame y lléname de tu Santo Espíritu para ser un instrumento en tus manos que honre y glorifique tu nombre. Por Cristo Jesús te lo pido, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

CADA DÍA



Mateo 6:11
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”.

En 1924, un chico llamado Johnny, al que le encantaba jugar al baloncesto, terminó la escuela primaria en una pequeña escuela rural. Su padre, rico en amor, pero con poco dinero para hacerle un regalo en su graduación, le dio una tarjeta donde había escrito su credo personal de siete puntos y lo alentó a empezar a cumplirlo diariamente. Tres de esos puntos decían: Bebe profundamente de libros buenos; en especial, de la Biblia. Haz de cada día tu obra maestra. Ora pidiendo dirección y da gracias diariamente por tus bendiciones.

En lo que solemos llamar «el Padre nuestro» (Mateo 6:9-13), Jesús nos enseñó a acercarnos a nuestro Padre celestial todos los días. No es algo que se dice una vez y se terminó. Al orar, alabamos a Dios (v. 9), buscamos su reino y su voluntad (v. 10), confiamos en su provisión (v. 11) y le pedimos su perdón, poder y liberación (vv. 12-13).

En el transcurso de su vida, Johnny buscó la fortaleza del Señor para vivir cada día para Él. En tres ocasiones, la Universidad de Purdue, lo premió por ser el mejor jugador de básquet universitario estadounidense, y fue uno de los entrenadores más destacados de todos los tiempos. Cuando el entrenador John Wooden murió a los 99 años, lo honraron fundamentalmente por su carácter, su fe y su influencia sobre una gran cantidad de personas.

Por la gracia de Dios, que todos convirtamos cada día en nuestra obra maestra para Él.

La consagración a Cristo es un llamado diario.


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LEA: Mateo 6:5-15

Biblia en un año: Hechos 22–24
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

EL VALOR DEL DISCERNIMIENTO



Proverbios 2:1-11
“Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia”.

Si usted hiciera una lista de las cosas que más quiere en la vida, ¿sería un espíritu de discernimiento una de ellas? El Señor da un gran valor a este atributo, y quiere que todos lo tengamos. Si no lo tenemos, tomaremos decisiones equivocadas. El discernimiento es la capacidad de hacer buenos razonamientos al darse cuenta de lo que no es obvio con facilidad. Por ejemplo, ¿puede usted señalar la diferencia entre el legalismo y la libertad? Dios nos llama a vivir de acuerdo con nuestras convicciones personales, pero no todas ellas son mandatos morales para todos los creyentes. Debemos ser capaces de reconocer la diferencia que hay entre ambos.

El discernimiento es necesario para distinguir lo bueno de lo mejor. Dios tiene el plan perfecto para cada uno de nosotros; sin embargo, hay una multitud de opciones buenas frente a nosotros. Por ejemplo, suponga que le han ofrecido dos empleos. Ambos parecen prometedores, pero solo uno de ellos es lo mejor que Dios tiene para usted.

Es obvio, considerando estos dos ejemplos, que nuestra gran necesidad en cuanto a discernimiento implica ser capaces de comprender lo que Dios nos está diciendo. Cuando usted enfrente una decisión, ¿cómo sabe si Dios le está hablando, o simplemente está escuchando sus propios deseos o razonamientos?

El tiempo para desarrollar discernimiento es ahora mismo. No espere hasta que tenga que tomar una decisión crítica. Comience hoy a llenar su mente con la Palabra de Dios. Pase tiempo con el Señor en compañerismo íntimo. Cuando más lo conozca, mejor podrá discernir su voz.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

LA PAZ EN CRISTO



Job 11:18
“Y confiarás, que habrá esperanza; Y cavarás, y dormirás seguro”.

La idea principal de este versículo es la paz y la seguridad que tenemos cuando andamos en obediencia con Dios. No hay ninguna paz que se compara con la de saber que perteneces a Jesús, y eso para la eternidad. Isaías 32:2 dice que Jesús es como “Escondedero contra el viento, y un refugio contra la tempestad; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra caliente”.

Pero una cosa es saber de Cristo, y otra cosa es saber que uno está en Él. Porque si tú confías en tus propias obras, tu sinceridad, y en tu fe, como la fundación de tu salvación, a este grado vas a tener dudas y tormenta. Asimismo, al grado que confíes en la obra completa que Cristo hizo en la cruz y en la fidelidad de Dios a su palabra, a ése grado vas a tener paz y gozo en Él. Tienes que darte cuenta que la salvación es obra de Él, y no hay nada que podemos añadir. Es como la canción: “Jesús lo pagó todo, a Él debo todo”.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día