viernes, 28 de marzo de 2014

PEDIR PERDÓN, NO ES HUMILLARSE


Salmo 138:6

“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos”.

¿LE HAS HABLADO A ALGUIEN DE JESUCRISTO?


¿Le has hablado a alguien de Jesucristo?

Marcos 16:15
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

Jesús había resucitado. El plan de Dios para la salvación de la humanidad había sido consumado. Pronto partiría para sentarse a la diestra del Padre en el trono celestial. Antes de partir, el Señor les habla a sus discípulos, a aquellos que tuvieron el privilegio de pasar tres años junto a él. Ahora les expone la próxima fase del plan. A ellos les correspondía comunicar al mundo todo lo que habían aprendido del Maestro, y mostrar a todos el único camino para la salvación de sus almas y la vida eterna. “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén” (Marcos16:19-20).

Cuando un misionero leyó una porción de la Biblia a unas personas de una aldea remota en Sudamérica, ellos escucharon hablar de Cristo por primera vez. Cuando el misionero terminó de leer, uno de los habitantes de la aldea le preguntó: “¿Usted conoce al hombre del libro?” Sin vacilar un segundo, él le aseguró que sí, que lo conocía muy bien. Posteriormente el misionero contó la historia a un amigo y le dijo: “Gracias a Dios que yo conocía al Hombre del Libro. Y pude presentárselo a aquellas personas que nunca habían experimentado su amor ni su perdón”.

Ciertamente no podemos presentarle a nadie a una persona a la cual no conocemos. Por medio de la lectura de la Biblia y la oración diaria y nuestro servicio al Señor llegamos a conocerlo de manera que podamos llegar a ser no solamente sus siervos, sino sus amigos. En Juan 15:15, Jesús les dice a sus discípulos: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”.

Cuando llegamos a conocer a Jesús como un amigo, todas esas “cosas” nos son reveladas y nosotros podremos darlas a conocer a otros que necesitan del amor y el cuidado de nuestro Señor. Por medio del trato diario durante tres años, los apóstoles llegaron a conocer plenamente a Jesús, y esto los capacitó para que iniciaran la Gran Comisión cuyo fin es que toda criatura llegue a conocer al Salvador del mundo. David, varón conforme al corazón de Dios, en algún momento de su vida reconoció su necesidad de conocerlo. En el Salmo 119:125 expresa: “Tu siervo soy yo, dame entendimiento para conocer tus testimonios” De igual manera debemos pedir a Dios y esforzarnos por conocerle profundamente.

El genuino deseo de un cristiano de dar a conocer a Jesucristo a aquellos que viven en tinieblas y en miseria espiritual, se expresa de manera preciosa en esta canción que escribió Mildred L. Dillon:

Me gustaría que conocieras a mi Cristo
Y que lo amaras tanto como yo,
Porque si conocieras a mi Cristo,
Lo amarías como lo amo yo.

Su vida dio en el Calvario
En sacrificio por ti,
Si recibes a mi Cristo,
Lo amarás mucho, sí.

¿Alguna vez has tenido un amigo famoso en el campo político o en los deportes o muy exitoso en los negocios? ¿Verdad que te has sentido bien al presentarlo a otras personas? Tu que ahora conoces a Cristo… ¿no te gustaría disfrutar grandemente presentar a los demás al Rey de Reyes y Señor de Señores, Admirable, Dios Fuerte, Príncipe de paz?

A nuestro alrededor hay muchas personas que necesitan conocer a Cristo como Salvador. Pidámosle a Dios que nos llene del anhelo de presentarlo, sin temor ni vergüenza cada vez que tengamos una oportunidad. Entonces seremos instrumentos en las manos de Dios para llevar a cabo su plan de salvación para esta humanidad que tanto necesita ser rescatada del pozo donde se encuentra.

ORACIÓN:
Amante Padre celestial, te ruego me capacites para dar a conocer a tu Hijo Jesucristo, para que las personas que aún viven en la oscuridad del pecado lo conozcan y puedan aspirar a tener una relación personal con Él. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”

Dios te Habla