lunes, 30 de abril de 2012

BUENA SOMBRA, BUENA PROTECCIÓN

Salmo 91:1.
“El que habita al abrigo del altísimo morará bajo la sombra del omnipotente”

A veces nos encontramos bajo un caluroso y ardiente sol y de repente aparece la copiosa sombra de un frondoso árbol, lo que constituye una agradable e incomparable sensación.

En el orden espiritual sucede lo mismo. Cuando usted no tiene a Cristo en su vida, es como si anduviera en un ardiente sol, se siente desorientado sobre el curso que su vida tomará en el futuro.

Inmediatamente vienes a Cristo, encuentras la sombra de Dios, la sombra del Omnipotente, y esta sombra espiritual te acompañará en toda circunstancia, “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán, cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” Isaías 43:2.
Sin Cristo estamos desprotegidos, nos hacemos vulnerables a las huestes del enemigo de las almas.

Cristo estará contigo, tus temores se irán y Dios te esforzará y te ayudará, “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Isaías 41:10.

Los tiempos actuales, nos recuerdan las cruentas guerras que se libraban contra Israel por su desobediencia, pero esas eran guerras con caballos, lanzas y espadas. Hoy se libra la guerra espiritual, y ya no es con ejército ni con fuerza, es con el Espíritu Santo como nuestro guía que podremos vencer en el nombre de Jesucristo, “Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” Zacarías 4:6.

No importa por lo que estés pasando, nada ni nadie podrá atemorizarte si estás en Cristo, “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?

Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” Salmo 27:1.
En grandes guerras se requieren de grandes decisiones, y este es el momento de tomar la gran decisión de tu vida, que se llama Jesucristo.

Jesús será tu sombra, pero será tu luz y con Él tendrás  “BUENA SOMBRA, BUENA PROTECCIÓN”. Él será tu refugio, aunque el enemigo quiera combatirte, “Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo”. Salmos 61:3.

Jehová será tu fortaleza, tu escudo, no lo pienses, ven a Cristo, “Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste”, 2 Samuel 22:3.

Aunque el enemigo se levante como río, Jehová levantará bandera sobre él, “Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”. Isaías 59:19.

Gracias Jehová por tu Palabra. Gracias por tu Espíritu Santo que nos guía hacia toda verdad y justicia. Gracias Padre Celestial por tus bondades, por tus misericordias y por tu infinita gracia que nos permites ver la luz del nuevo día. Glorifícate en los lectores y lectoras, sana a los enfermos, cúbrelos bajo tu manto Dios mío, reprende al hombre fuerte y háblanos en el siguiente mensaje, en el nombre de Jesús. Amén.

“Gracia y Paz”
Gracia y Misericordia

DEMAGOGIA CRISTIANA


Eclesiastés 5:4-5
“Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas”

Si tuviéramos que describir a un político, sea del color que sea, creo que coincidiríamos en calificarlo como un demagogo, charlatán o alguien que vive prometiendo cosas que él mismo sabe que no puede ni quiere cumplir.

En la Biblia aparece un leve discurso del político contemporáneo; aquel que en nombre de los pobres, oculta sus mas bajos instintos de rapiña. Me refiero a Judas cuando acusa de derroche el haber derramado el perfume de nardo puro en la persona de nuestro Señor Jesucristo, argumentando que con esos 300 denarios se podría haber ayudado a los pobres.... Lo interesante es que la Biblia aclara que Judas no dijo eso porque estaba preocupado de los pobres, sino que porque era ladrón (Juan 12:1-8). Pero dejemos atrás a la descripción de los políticos actuales y del tristemente célebre Judas.

Lo preocupante es que a veces elaboramos la misma premisa de los políticos. Prometemos esto y aquello para ayudar a la iglesia, juramos lealtad y devoción para tal o cual actividad, nos comprometemos con entusiasmo para apoyar eventos y el avance del evangelio...pero ¿Qué queda de todo aquello? Solo palabras que al final se las lleva el viento.

A veces somos como una llamarada de parafina...andamos con el “fuego de Jehová” dispuestos, cual el mismo Pedro, a dar la vida por Cristo si fuese necesario. Desarrollamos una vehemencia tal hasta nos asemejamos a Elías confrontando a 400 profetas falsos...pero ¿Qué queda de todo aquello? Solo palabras que al final se las lleva el viento.

Estamos en tiempos de la demagogia cristiana. Muchas promesas, pero poca acción.

Amados, Pidamos al Señor para que nos ayude a ser sensatos, y no prometer lo que no vamos a cumplir. Dejemos atrás la actitud politiquera de la cristiandad actual cuyas sesiones se asemejan más a reuniones parlamentarias que a reuniones cristianas.

“Gracia y Misericordia”

ORAR USANDO LAS PROMESAS DE DIOS

Isaias 40:8
“Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.

Jesús enseñó claramente que tendríamos aflicciones en esta vida. Pero Dios ha dado a sus hijos recursos maravillosos para evitar que las pruebas nos aplasten. Por ejemplo, puso su Espíritu en cada creyente para guiarle y capacitarle. Además, nos dio la oración, para que podamos comunicarnos con nuestro Padre celestial, y así presentarle nuestras peticiones.

Hoy quiero enfocarme en otro de sus maravillosos regalos: la Biblia. La Sagrada Escritura es la Palabra misma de Dios. Ella es la verdad. Nunca cambia. Nos capacita en todas las circunstancias, y por eso tenemos una base segura sobre la cual basar nuestras vidas y decisiones.

Hay miles de promesas en la Biblia y Dios quiere que las conozcamos, de modo que no desaprovechemos las bendiciones que Él quiere darnos. Y los creyentes sabios convertirán esas promesas en oraciones y en el clamor de sus corazones.

Déjeme darle un ejemplo que tiene que ver con decisiones difíciles. El Salmo 32:8 dice: "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos". Podemos orar utilizando estas palabras de Dios, diciéndole que creemos que Él nos enseñará e indicará su camino, al mismo tiempo que se mantiene a nuestro lado cuidándonos durante cada situación.

Cuando surgen las dificultades, necesitamos un fundamento sólido sobre el cual mantenernos firmes. De lo contrario, nuestras emociones pueden fácilmente descarriarnos al hacernos pensar equivocadamente. Dios es fiel y no cambia, así que podemos confiar en sus promesas.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

LA SANGRE DE JESUS

La mayoría de los cristianos saben sobre la sangre que Jesús derramó por nosotros. Cuando Cristo levantó la copa en la última pascua, Él dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.” (Lucas 22:20).

Nosotros recordamos Su sacrificio cada vez que practicamos la santa cena. Pero para la mayoría de los cristianos, este es el límite de su conocimiento acerca de la sangre de Jesús. Nosotros solamente sabemos acerca de la sangre derramada mas no acerca de su esparcimiento.


La primer referencia bíblica acerca de la sangre esparcida se encuentra en Éxodo 12:22. A los israelitas les fue encomendado que tomaran un manojo de hisopo (una planta purificadora), lo sumergieran en la sangre de un cordero muerto, y que la rociaran en el dintel y en los dos postes de la puerta de frontal. Esa noche, cuando el ángel de la muerte pasara y viera la sangre en la puerta, este pasaría de largo.

Comprenda que mientras la sangre fuera dejada en el tazón ésta no tendría efecto alguno, sería solamente sangre derramada. ¡La sangre solamente tendría poder para salvar cuando ésta fuera sacada del tazón y fuera rociada!

¿Por qué los Israelitas no pudieron simplemente dejar el tazón con sangre en el umbral y decir, “No importa lo que hagamos con ésta. Después de todo, la sangre es sangre”? Supongamos que ellos hubieran puesto el tazón en una mesa cubierta de lino o en un pedestal justo en la parte interna de la puerta. Si ellos hubieran hecho esto, el ángel de la muerte hubiera entrado a ese hogar. La sangre necesitaba ser sacada del tazón y ser rociada en la puerta para cumplir con el propósito de protección.

La sangre de Éxodo 12 se asemeja a la sangre de Cristo. La sangre que fluyó en el Calvario no fue desperdiciada -no cayó en el suelo y desapareció. No, la preciosa sangre fue recolectada por una fuente del cielo.

Si Cristo es el Señor de su vida, entonces sus puertas han sido rociadas con Su sangre. Este rocío no es solamente para ser perdonado sino también para su protección contra todas las potestades de maldad de Satanás. La sangre de Jesús no ha sido guardada en un tazón sino ha sido derramada y rociada sobre su corazón.

“Gracia y paz”
David Wilkerson