domingo, 31 de agosto de 2014

HUMILDAD, LA FORTALEZA DE LOS JUSTOS


Colosenses 3:12

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”

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LA VIDA DE TODO CRISTIANO ES COMO UNA MELODIA



La vida de todo cristiano es como una melodía en donde cada instrumento de nuestro andar tiene que estar afinado para poder entonar una hermosa canción que llegue como un olor fragante delante de la presencia de Dios.

Cuando un instrumento esta desafinado, no produce el sonido perfecto que su ejecutor espera. Dios como Ejecutor de nosotros como sus instrumentos, anhela sacar de nosotros la mejor melodía, anhela que cada uno de nosotros estemos afinados y que de nuestra vida salga la mejor canción que sus oídos puedan escuchar.

De manera que nosotros como instrumentos de Dios, debemos de llevar el compás y los tiempos en la melodía que Dios anhela que toquemos. Sí, porque Dios como todo un director musical anhela que cada instrumento suyo este afinado de la mejor forma y que sepa llevar los tiempos de la melodía que Él en su Santidad debe escuchar.

2 Corintios 13:11
“Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros”.

¡Gracia y Paz!


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viernes, 29 de agosto de 2014

ORACIÓN



ORACIÓN:
Amado Abba Padre, en el esplendor de este nuevo día, te doy gracias por tu misericordia. Por favor dame paz, sabiduría y fortaleza. Hoy quiero glorificar tu santo Nombre con mi testimonio. Quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor. Ser paciente, comprensivo, humilde y bueno cómo lo eres tú conmigo. Amar a mis semejantes como a mí mismo y verlos no en sus apariencias sino cómo los ves tú mismo, para así poder apreciar la bondad de cada uno.


Cierra mis oídos a toda murmuración. Guarda mi lengua de toda maledicencia. Que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mí. Quiero ser bien intencionado y buena persona, de manera que todos los que se acerquen a mi sientan tu presencia. Revísteme de tu bondad Señor y haz que en este día yo haga todo en Cristo y para Cristo, en el nombre de Jesús, Amen.

martes, 26 de agosto de 2014

ORACIÓN



Quizás pienses que no tienes la habilidad para servir al Señor, realizando una cierta función, pero no te preocupes, si realmente lo deseas hacer, dispón tu corazón, prepárate espiritualmente leyendo la Biblia y pasando tiempo en oración diariamente y él te capacitará para que le sirvas.

ORACIÓN:
Padre santo, por favor quita de mi toda pereza mental y espiritual, dame un corazón dispuesto a servirte. Ayúdame a esforzarme en mi crecimiento diario, leyendo tu palabra y buscando tu rostro en oración cada día para estar preparado siempre para servirte en todo lo que tú requieras de mí. En el nombre de Jesús, Amén.


¡Gracia y Paz!

¿ESTÁS PREPARADO PARA SERVIR AL SEÑOR?



¿ESTÁS PREPARADO PARA SERVIR AL SEÑOR?

Éxodo 34:1-2
“Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste. Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte”.

Por regla general, prepararse para algo requiere esfuerzo y dedicación. Con el fin de prepararse para un examen de Matemática, por ejemplo, el estudiante debe dedicar horas al estudio de la parte teórica de la materia, así como a la práctica de los ejercicios y problemas correspondientes. En el proceso de preparación para una competencia deportiva, los atletas dedican tiempo diariamente a practicar su correspondiente deporte, tratando de mejorar en el aspecto físico y llegar a un estado óptimo en cuanto a resistencia, fuerza, flexibilidad muscular, etc. Los soldados se preparan para la guerra por medio de prácticas incesantes de estrategias y técnicas militares, al igual que del manejo de diferentes tipos de armas.

En el aspecto espiritual se requiere también una preparación, la cual comienza con un corazón dispuesto para el Señor. En el pasaje de hoy, Dios le dice a Moisés que se prepare para encontrarse con él al día siguiente en el monte Sinaí. Allí le daría las instrucciones que él debía transmitir al pueblo de Israel. De igual manera nosotros debemos estar preparados para encontrarnos con Dios cada día, listos para escucharle y obedecerle. Dios nos ha provisto de herramientas para nuestra capacitación. La primera de ellas es su palabra. Dice 2 Timoteo 3:16-17: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Por medio de la lectura diaria de la Biblia vamos conociendo cada vez más a nuestro Padre celestial, y el Espíritu Santo usa esta palabra para instruirnos y corregirnos de manera que se logre el propósito de Dios de transformar nuestro carácter, y prepararnos “para toda buena obra”.

Otra herramienta poderosa con la que contamos es la oración. La oración nos permite acercarnos a Dios, depositar en él nuestras cargas, confesar nuestros pecados y ser limpios por la sangre de Cristo (1 Juan 1:9). Por medio de la oración, el Espíritu Santo fortalece nuestra fe y nos da sabiduría y discernimiento espiritual para entender la Palabra de Dios. Con el fin de prepararse para su ministerio aquí en la tierra, Jesús pasó cuarenta días en el desierto orando y ayunando. (Mateo 4:1-11). Allí se enfrentó a las tentaciones del diablo venciendo en cada ocasión mediante las verdades escritas en las Escrituras muchos años antes. Después de este período de preparación estuvo listo para enfrentarse a los muy difíciles tres años que le esperaban, en los cuales llevaría a cabo el plan de salvación de Dios para esta humanidad.

Es necesario que estemos preparados, especialmente con un corazón dispuesto a servir al Señor. Dios espera de nosotros un esfuerzo, una actitud que refleje un corazón deseoso de servir, entonces él se manifiesta con todo su poder. Así le dijo a Josué al darle la responsabilidad de sustituir a Moisés como líder del pueblo israelita: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito” (Josué 1:8). El joven Josué siguió al pie de la letra las instrucciones, y entonces llevó al pueblo de Israel a tomar posesión de la tierra prometida. También el apóstol Pablo estaba mental y espiritualmente preparado para servir al Señor en todo lo que fuera necesario, incluso hasta morir por él. Así lo expresa en Hechos 21:13: “Yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, más aún a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús”.

Quizás pienses que no tienes la habilidad para realizar una cierta función, pero no te preocupes. Si realmente deseas servir al Señor, dispón tu corazón, prepárate espiritualmente leyendo la Biblia y pasando tiempo en oración diariamente y él te capacitará para que le sirvas.

¡Gracia y Paz!
Dios te Habla

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lunes, 25 de agosto de 2014

¿CREES QUE VIVIR UNA VIDA MORAL TE LLEVARÁ AL CIELO?



¿CREES QUE VIVIR UNA VIDA MORAL TE LLEVARÁ AL CIELO?

Mateo 5:20
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”.

¿Sabías tu que más del 50% de las personas creen que se pueden ganar el cielo haciendo buenas obras? Ven a Dios como un gran contador que está encorvado escribiendo en una hoja todas las buenas y las malas obras que determinarán nuestro destino eterno.

Este tipo de pensamiento está lleno de problemas. Piénsalo, ¿Dónde exactamente se traza la línea de las buenas obras y las malas? ¿Cuántas buenas obras son necesarias para aprobar? ¿Cuántas buenas obras son necesarias para borrar una mala? ¿Diez palabras amables remplazarán un mal pensamiento? ¿Y qué pasa si tú pierdes la cuenta por una? Imagínate tu a Dios diciéndote, "Lo siento mucho José pero has perdido por una, de manera que te tendrás que ir al infierno".

Aun cuando este concepto es fundamentalmente falible; es la razón principal del porqué las personas no siguen a Jesús. Porque es muy difícil para ellos ver su necesidad. Es por eso que es imprescindible que tú veas tu necesidad.

Lo que sucede es que tendemos a sobrestimar la justicia relativa y subestimar la santidad absoluta de Dios. De hecho, siempre ha sido difícil para los más sabios e inteligentes ver su necesidad. Cuando tú estás en el fondo del montón es más fácil mirar hacia arriba. Cuando estás en la cárcel es más fácil admitir tu necesidad. Cuando ha destruido a su familia a causa del alcoholismo, es más fácil buscar a Dios. Pero cuando tú estás entre los mejores y los más sabios es muy difícil ver tu necesidad. El problema es que todos pensamos que estamos ahí.

Así que permíteme ver si puedo aumentar el nivel de nuestra necesidad. Necesitamos ir más allá de la justicia relativa pero si tú necesitas compararte con la justicia relativa. Si tú quieres creer que con tan solo vivir una vida moral se irá al cielo. Ve lo que dijo Jesús en Mateo 5:20, "Porque les digo a ustedes que si no superan a los maestros de la ley y a los fariseos en hacer lo que es justo ante Dios, nunca entrarán en el reino de los cielos".

Yo te puedo asegurar que las personas que escucharon esas palabras dijeron "¡Ay Caray!" Esta fue una declaración asombrosa porque los fariseos eran los superestrellas espirituales de aquella época. Se memorizaban todo el Antiguo Testamento. Iban al templo o la sinagoga tres veces al día. Se detenían a orar siete veces al día. Diezmaban fielmente al tesoro del templo y sin embargo, Jesús dijo, "Si quieren irse al cielo, tendrán que ser mejores que ellos".

Quizás estés pensando; entonces ¿Qué es lo que Dios espera de mí? Dios espera que tú seas perfecto. Jesús dijo, "Sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto" (Mateo 5:48).

Como puedes ver, el estándar es la perfección, no las buenas obras que uno haga. De manera que si el estándar es la perfección ¿Cómo haría delante de Dios? ¿Ve tu un problema? ¿Ves tú necesidad?

Es por eso que es absurdo pensar que con tan solo vivir una vida moral, y no hacerle daño a nadie, hacer obras de caridad te garantizará un lugar en el cielo. Las personas que piensan así, están sinceramente equivocadas. La salvación es un regalo, no la puedes comprar ni mantenerla haciendo buenas obras, yendo a la iglesia todos los domingos, o portándote bien.

Dios no perdona pretextos, perdona pecados. No importa que tan moral vivas tu vida, si no tienes a Jesús en tu corazón, si no eres un verdadero seguidor, no simplemente un “creyente”, sino un verdadero y fiel seguidor; las buenas intenciones por más buenas que sean son buenas para nada.

¡Gracia y Paz!
Más de la vida

Edición: Carlos Martínez M.

domingo, 24 de agosto de 2014

¡LA ORACIÓN CON FE PRODUCE RESULTADOS MILAGROSOS!



¡LA ORACIÓN CON FE PRODUCE RESULTADOS MILAGROSOS!

"Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo, no te dejaré, ni te desampararé" (Josué 1:5).

Los reporteros gráficos lloran y sufren en silencio


Los reporteros gráficos lloran y sufren en silencio, cada vez que deben captar con sus cámaras la ola de violencia que azota el mundo. En algunos casos caen en estado depresivo, pero alguien debe hacer el trabajo de informar a la opinion pública mundial.

Romanos 8:1




¿Quién puede reclamar y disfrutar de esta maravillosa declaración de “NINGUNA CONDENACIÓN”? Sólo los que están “EN CRISTO JESÚS”. No hay lugar más seguro donde estar. En los días de Noé había un solo lugar seguro donde estar – en el arca. El juicio de Dios cayó sobre todos los que no estaban en el arca. Jesucristo es hoy nuestra Arca de Salvación. Los que tienen una posición en ÉL, están salvos y seguros y ya no están en peligro del juicio de Dios.

¡Gracia y Paz!


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Salmo 40:4



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1 Juan 4:18



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sábado, 23 de agosto de 2014

Romanos 8:28



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ORACIÓN



¿Quieres tener un día de victoria? Busca el rostro del Señor temprano en la mañana. Deléitate en su presencia, y hazle saber que tú deseas antes que cualquier otra cosa en el día, tener un tiempo de comunión con él y compartir tus tristezas y tus alegrías, tus cargas y tus temores, tus planes y tus preocupaciones, sabiendo que él te ama y te escucha, y que puedes contar con su protección y su ayuda en todo momento.

ORACIÓN:
Querido Padre, yo entiendo que necesito tu dirección y tu protección en esta vida de constante lucha. Ayúdame a estar consciente de que mi necesidad de acercarme a ti y cultivar mi relación contigo es más importante que todas mis responsabilidades y actividades del día. Dame fortaleza En el nombre de Jesús, Amén.


¡Gracia y Paz!

¿QUIERES TENER UN DÍA DE VICTORIA? ¡BUSCA EL ROSTRO DEL SEÑOR TEMPRANO EN LA MAÑANA!



¿QUIERES TENER UN DÍA DE VICTORIA?
¡BUSCA EL ROSTRO DEL SEÑOR TEMPRANO EN LA MAÑANA!

Salmo 5:1-3
“Escucha, oh Yahweh, mis palabras; considera mi gemir. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré. Oh Yahweh, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”.

En esta escritura, David expresó la necesidad que tenía de la ayuda diaria de Dios, y temprano en la mañana acudía al Señor en oración, buscando su dirección y protección. Todo creyente en Cristo está, quiera o no quiera, involucrado en una guerra espiritual diaria. La Biblia dice en Efesios 6:12 que “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Nuestra guerra no es contra los seres humanos, de carne y hueso, que nos causan disgustos y problemas, sino contra satanás y sus demonios que se mueven en el mundo espiritual y usan a esta gente en contra nuestra. Por lo tanto no podemos darnos el lujo de empezar el día descuidadamente como si no existiera ningún peligro.

Estando David en el desierto de Judá, huyendo de Saúl y su ejército que lo querían matar, escribió el Salmo 63, en el cual expresa el clamor de su corazón a Aquel del cual podía recibir la ayuda que necesitaba en tan difíciles momentos. Dice el versículo 1: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela”. Y en los versículos 8 y 9 muestra su confianza en el Señor: “Mi alma está apegada a ti; tu diestra me ha sostenido. Pero los que para destrucción buscaron mi alma caerán en los sitios bajos de la tierra”.

David se levantaba de madrugada a buscar el rostro del Señor y clamar a él. También el profeta Isaías expresó este mismo anhelo al escribir: “Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte” (Isaías 26:9). Imitemos a estos siervos de Dios, y empecemos el día conscientes de nuestra urgente necesidad del Señor. Fortalecernos espiritualmente por medio de la lectura de la Biblia y la oración diariamente, y someternos a la dirección y protección de Dios es la única manera de estar preparados para los ataques de Satanás. Dice Santiago 4:7: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.

¿Quieres tener un día de victoria? Busca el rostro del Señor temprano en la mañana. Deléitate en su presencia, y hazle saber que tú deseas antes que cualquier otra cosa en el día, tener un tiempo de comunión con él y compartir tus tristezas y tus alegrías, tus cargas y tus temores, tus planes y tus preocupaciones, sabiendo que él te ama y te escucha, y que puedes contar con su protección y su ayuda en todo momento.

ORACIÓN:
Querido Padre, yo entiendo que necesito tu dirección y tu protección en esta vida de constante lucha. Ayúdame a estar consciente de que mi necesidad de acercarme a ti y cultivar mi relación contigo es más importante que todas mis responsabilidades y actividades del día. Dame fortaleza En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

martes, 19 de agosto de 2014

ORACIÓN:

Salmo 15:1-3

“Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino”.


¿BUSCAS MORAR EN EL MONTE SANTO DE DIOS?



¿BUSCAS MORAR EN EL MONTE SANTO DE DIOS?

Salmo 15:1-3
“Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino”.

Al gran físico Martin Perl, ganador del premio Nobel, le preguntaron a qué atribuía su éxito. “A mi madre”, contestó. “Todos los días, cuando yo regresaba de la escuela, ella me preguntaba: “¿Cómo estuvo tu día, Marty? ¿Hiciste alguna buena pregunta hoy?” Hay preguntas cuyas respuestas producen profundos y trascendentales efectos en nuestras vidas. En el pasaje de hoy, David hizo a Dios dos preguntas de vital importancia: “Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?”

En el idioma Hebreo hay dos palabras que los antiguos judíos usaban para expresar la pregunta “¿Quién?” Una es similar al uso que le damos hoy, es decir la respuesta que se espera es generalmente un nombre propio o algo que indique que se trata de una cierta persona. La otra palabra, la cual David usó aquí, se puede interpretar de la siguiente manera: “¿Qué clase de persona vive cerca de Dios?” La respuesta vino en forma de una serie de cualidades del carácter: “El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino”. Aquel cuyo testimonio refleje éste carácter morará en el monte santo de Dios. Eso dice este pasaje.

El pecado y la iniquidad forman una barrera que nos separa de Dios. Es imposible morar cerca del Señor si no vivimos una vida de santidad e integridad. Dios se deleita en recibir en su santo monte a aquellos que son santos, que reflejan la realidad de la verdad que creen. Él se acerca a las personas íntegras, y se aleja de los que no viven en integridad.

En Números capítulo 13, la Biblia nos narra el momento en el que el pueblo de Israel llega frente a la tierra prometida. Allí Dios le dice a Moisés que envíe doce príncipes de las distintas tribus a reconocer la tierra antes de tomar posesión de ella. Después de cuarenta días, diez de ellos regresaron con informes muy desalentadores, mientras que los otros dos, Caleb y Josué, apoyaron fervientemente el plan de Dios de tomar posesión de la tierra que él les había dado. Finalmente aquel pueblo rebelde y desobediente decidió volver atrás, lo cual provocó la ira de Dios, con sus correspondientes consecuencias. Así dice Números 32:10-12: “Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró diciendo: No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová”.

En la versión Reina Valera actualizada, este pasaje termina de la siguiente manera: “porque me siguieron con integridad”. La persona íntegra, perfecta, es aquella cuya entrega al Señor es completa, que es madura espiritualmente, que obedece la palabra de Dios al pie de la letra, no a medias. Es aquella cuya vida refleja el carácter de Cristo en todos sus actos, y su testimonio glorifica el nombre de Dios. Esta persona morará en el monte santo, disfrutando de la maravillosa presencia de Dios, de su paz y de su amor. Aquellos que no fueron perfectos, según el criterio de Dios, perecieron en el desierto sin conocer jamás la tierra prometida. Pero Caleb y Josué pudieron disfrutar de todas las bendiciones porque anduvieron en integridad y obedecieron fielmente las instrucciones del Señor.

En el Salmo 16:11, David dice que en la presencia de Dios “hay plenitud de gozo”. ¿Deseas tú morar en el monte santo? ¿Deseas tú vivir cerca de Dios? Busca el rostro del Señor en oración cada día, lee su palabra, medita en ella, pon en práctica esta enseñanza y disfrutarás plenamente del gozo y las bendiciones de Dios.

ORACIÓN:
Padre santo, yo anhelo vivir en medio de tu santa presencia disfrutando de tu gozo y de tu paz. Reconozco que no es fácil para mí reunir los requisitos, pero sé que tú puedes darme el poder y la fe para lograrlo. Ayúdame, Señor, a vivir íntegramente. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

sábado, 16 de agosto de 2014

¿TÚ TE HAS LLEGADO A COMPARAR CON JOB?



¿TÚ TE HAS LLEGADO A COMPARAR CON JOB?

Job 38:4
"¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?"

¡Cuántas veces nos dirigimos a Dios con ignorancia...! Job era un hombre especial. La narrativa bíblica dice que Dios lo veía como un varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Todo lo tenía en abundancia; hasta que un día Satanás pidió permiso a Dios para probarle. En unos breves momentos, lo perdió todo: sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnas, sus ovejas, sus camellos, propiedades, etc. Su cuerpo fue herido con una sarna maligna desde la punta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Justo en esos momentos difíciles, sus "mejores amigos" vinieron a "consolarle". Al presenciar el cuadro de su amigo, pensaban que Job había fallado al Altísimo. En medio de su crisis, Job, se acercó a Dios con ignorancia, pero fue confrontado con su propia realidad: "¿Dónde estabas tú cuando yo (Dios) fundaba la tierra?" Dios le hizo ver su humanidad y su fragilidad. Su cuerpo había sido expuesto a una prueba difícil y dolorosa, pero su alma había sido guardada irreprensible para su Señor y Redentor. Este suceso marcó la vida de este gran hombre de Dios.

Es curioso como muchos de nosotros solemos compararnos con Job, a raíz de las pruebas que estamos viviendo. Lo cierto es que aunque nuestros sufrimientos no se comparen a los de Job, nuestro comportamiento en esos momentos de tribulación nos induce a imitar a ese hombre justo. Volteamos a ver a Dios y lo cuestionamos con preguntas llenas de ignorancia, y lo peor de todo es que creemos tener la razón. ¿Dónde estabas tú...? Ese es el punto. Ninguno de nosotros podemos conocer la mente de Dios. El tiene un plan perfecto, trazado desde la eternidad, para ti y para mí. Permitámosle que se haga realidad en nuestras vidas; aún cuando, en ocasiones, no podamos entenderlo.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

ORACIÓN



Es curioso como muchos de nosotros solemos compararnos con Job, a raíz de las pruebas que estamos viviendo. Lo cierto es que aunque nuestros sufrimientos no se comparen a los de Job, nuestro comportamiento en esos momentos de tribulación nos induce a imitar a ese hombre justo. Volteamos a ver a Dios y lo cuestionamos con preguntas llenas de ignorancia, y lo peor de todo es que creemos tener la razón. ¿Dónde estabas tú...? Ese es el punto. Ninguno de nosotros podemos conocer la mente de Dios. El tiene un plan perfecto, trazado desde la eternidad, para ti y para mí. Permitámosle que se haga realidad en nuestras vidas; aún cuando, en ocasiones, no podamos entenderlo.


¡Gracia y Paz!

viernes, 15 de agosto de 2014

ORACIÓN

Algún día cada uno de nosotros estará frente a frente a nuestro Señor Jesucristo. No sabemos cuándo, pero ese momento habrá de llegar. ¿Te imaginas qué vas a sentir en ese instante? Lo que sientas dependerá principalmente de cuan íntimamente le hayas conocido aquí, de cuanto hayas entendido lo que él hizo por ti en la cruz del Calvario, de cuanto le hayas mostrado tu amor y tu agradecimiento obedeciéndole y sirviéndole. ¿Ya sabes cómo prepararte para ese momento?


¡Gracia y Paz!




¿SABES CÓMO ES EL PECADO DE OMISIÓN?



¿SABES CÓMO ES EL PECADO DE OMISIÓN?

¿Alguna vez a escuchado la expresión: “yo soy buena persona, no le hago mal a nadie”?

Cuando hablamos de pecado muchas veces cometemos el error de  pensar en las cosas malas que se hacen y no en las cosas buenas que dejamos de hacer.

–Veamos que nos dice la Biblia al respecto:


LA OMISIÓN DE UN LEVITA Y UN SACERDOTE.

Lucas 10:30-37
“…Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él...”


LA OMISIÓN DEL RICO.

–El rico no le hizo ningún mal a Lázaro, pero no le hizo el bien que estaba a su alcance.

–Tan sabía la condición del mendigo que sabía su nombre y por eso el Creador le dijo acuérdate.

–El rico vio a Lázaro llagado y con hambre y no lo socorrió.

Lucas 16:19-31
“Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado”.


LA OMISIÓN DE LOS LEPROSOS.

–Sólo uno dio gracias a Jesús.

Lucas 17:12-19
“Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”.


LA OMISIÓN DE ALGUNOS LOS PADRES.

–Elí omitió estorbar a sus hijos.

1 Samuel 3:12-13
“Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado”.


–David omitió corregir a sus hijos.

1 Reyes 1:5-6
“Entonces Adonías hijo de Haguit se rebeló, diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de carros y de gente de a caballo, y de cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y su padre nunca le había entristecido en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Además, éste era de muy hermoso parecer; y había nacido después de Absalón”.


LA OMISIÓN DE ALGUNOS HIJOS

Marcos 7:9-13
“Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas”.


LA OMISIÓN DE ALGUNOS CRISTIANOS

–La vida cristiana no es solamente buenos deseos, sino hechos concretos. El camino al infierno esta pavimentad de buenas intensiones.

Santiago 2:14-17
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”.

Mateo 25:37-40
“Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.

1 Juan 3:17
“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”


CONCLUSIÓN

Tristemente muchos se van a perder no por el mal que hicieron, sino por el bien que dejaron de hacer. Un saludo no dado, una sonrisa no brindada, un perdón omitido, un favor no concedido, una ayuda negada. Una corrección pospuesta, una oración no hecha, etc.

Deuteronomio 22:1-4
“Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano. Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás. Así harás con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda. Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo



¡Gracia y Paz!

jueves, 14 de agosto de 2014

La Forma en que juzgas q tu prójimo...



Santiago 4:12
"Sólo hay un Legislador y Juez, que es poderoso para salvar y para destruir. Pero tú, ¿quién eres que juzgas a tu prójimo?"

Juan 21:17




Juan 21:17
“Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”.

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ORACION



Salmo 25:4-6

“Muéstrame, oh Señor, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día. Acuérdate, oh Señor, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas”.

¿CÓMO ESTAS TU BUSCANDO LA DIRECCIÓN DE DIOS?



¿CÓMO ESTAS TU BUSCANDO LA DIRECCIÓN DE DIOS?

Salmo 25:4-6
“Muéstrame, oh Señor, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día. Acuérdate, oh Señor, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas”.

En estos versículos, David clama pidiendo la dirección de Dios en su vida. “Muéstrame”, “Enséñame”, “Encamíname”, son palabras que revelan un alma que ha reconocido su incapacidad para seguir un curso satisfactorio, y se rinde totalmente al control del Dios de su salvación.

Al buscar la dirección de Dios nosotros debemos estar conscientes de los obstáculos que encontraremos a lo largo del camino. Los fuertes deseos carnales, el consejo errado, la impaciencia, la ira, la duda y todas las presiones son serpientes astutas que constantemente tratarán de hacernos tropezar y que pueden causar mucho daño en nuestras vidas si cedemos a sus tentaciones.

Si quieres buscar la voluntad y la dirección de Dios siempre ten presente los siguientes pasos, según nos indica su palabra:

LÍMPIATE. El pecado es un estorbo en tu relación con Dios y daña nuestra comunión con él, pero él siempre está dispuesto a perdonarnos y limpiarnos. 1 Juan 1:9 dice que “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Confesemos esos pecados de los cuales estemos consientes, y pidamos perdón al Señor por ellos y todos los demás que no recordemos.

ENTRÉGATE. Dios dice que nos ama y que quiere lo mejor para nuestra vida. Además él es omnisciente, es decir sabe absolutamente todo lo que va a suceder en el futuro. Entonces, ¿por qué no creerle y entregarnos totalmente a su voluntad y dirección? Salmo 37:5: “Encomienda al Señor tu camino, y confía en él; y él hará”.

MEDITA. ¿Cuán a menudo tomamos decisiones después de buscar las promesas de Dios en su Palabra y meditar profundamente en ellas? Salmo 1:1-2: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”. Mientras meditemos, oremos suplicando por sabiduría y discernimiento espiritual.

PIDE. Jesús nos dice en Mateo 7:7: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Pero pidamos conscientes de que nuestra petición está de acuerdo a la voluntad de Dios expresada en la Biblia. El apóstol Santiago dice que no recibimos porque nuestras peticiones son guiadas por razones erróneas. ”Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3).

CREE. Al pedir, debemos creer que Dios es todopoderoso para hacer lo que nosotros no podemos hacer, y que nos ama tanto que quiere lo mejor para nosotros. Dice Mateo 21:22: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Y Efesios 3:20 dice: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”.

ESPERA. Esto no es nada fácil, pero también es cierto que es ahí cuando el Señor realiza su mejor trabajo como el escultor de nuestras almas. El actuará en su tiempo, que es el perfecto. En el pasaje de hoy, David le dice a Dios: “En ti he esperado todo el día”. Y en el Salmo 37:7 nos da un valioso consejo: “Guarda silencio ante el Señor, y espera en él”.

Cuando hayas seguido todos estos pasos, concentra tu atención en buscar la voluntad de Dios por medio de la lectura de su palabra y la oración diariamente. Entonces actúa conforme a su palabra, y sigue la dirección que él te indique aunque pienses que es totalmente ilógico. Ten la seguridad que el poder de Dios se manifestará en tu vida tan pronto obedezcas, y disfrutarás de muchas bendiciones.


¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

miércoles, 13 de agosto de 2014

2 Tesalonisenses 3:3



La palabra de Dios nos advierte que estamos en una guerra espiritual contra fuerzas malignas (Efesios 6:10-12). Debemos evitar caer en tentación. No debemos abrirle ventanas por donde pueda entrar satanás. Pero necesitamos recordar que el Señor es mayor que satanás y sus huestes malvadas. Dios es fiel. No nos abandonará ante el enemigo. Nos fortalecerá y protegerá de todo ataque, si clamamos a Él.

Oración:
Dios Todopoderoso, gracias por darme la victoria sobre satanás por medio del sacrificio de tu Hijo. Fortaléceme siempre y dame el poder para vencer la tentación y resistir los engaños del Maligno. Oh Señor, quiero adorarte, servirte y obedecerte a ti, solamente a ti. A ti sea toda honra y gloria por siempre, en el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

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¿PUEDES AMAR DE LA MANERA EN QUE JESÚS NOS AMA?



¿PUEDES AMAR DE LA MANERA EN QUE JESÚS NOS AMA?

1 Corintios 13:1-7
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.

La Biblia nos habla en Hechos capítulo 7 de un hombre llamado Esteban, el cual siendo apedreado por una turba de judíos enfurecidos, en medio del terrible dolor de las pedradas, puesto de rodillas, moribundo, clamó a gran voz diciendo: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. Varios años antes, mientras sufría el indescriptible dolor de la crucifixión, nuestro Señor Jesucristo pronunció palabras similares cuando clamó al cielo diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). ¿Cómo es posible que alguien pueda perdonar a quien le ha causado heridas tan profundas y dolorosas?

La clave está en tener un corazón lleno del verdadero amor que viene de Dios. La escritura de hoy define las características de este amor. Dice que ese amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Jesús exhortó a sus discípulos a amar y a perdonar de esta manera. En Mateo 5:43-44 el Señor dice: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. Es muy fácil amar a nuestros hijos, o al esposo o esposa, o a los amigos, o a los que son buenos con nosotros, pero, ¿amar a los que nos han herido? Jesús nos exhorta a amar de esta manera porque primeramente él dio el ejemplo. Y si queremos ser como Jesús, una de las cosas que debemos imitar es amar como él amó.

Pero, ¿cómo podemos ser capaces de amar de este modo? ¿Cómo puedo yo amar de la manera en que Jesús amó? Lamentablemente tenemos que aceptar la realidad de que por nuestras propias fuerzas es totalmente imposible. Es absolutamente necesario que el Espíritu Santo produzca ese amor en nosotros, y entonces seremos capaces de manifestarlo a los demás así como lo hizo Esteban. La Biblia dice que, mientras estaba siendo apedreado, “Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios” (Hechos 7:55). Esteban era un ser humano. Esto quiere decir que es posible para nosotros lograrlo.

Para ello es necesario seguir varios pasos. El primero es aceptar a Jesucristo como Salvador. Cuando lo hacemos, el Espíritu Santo viene a morar en nuestros corazones. El segundo paso es permitir que él haga su obra en nuestras vidas. Esto se consigue estableciendo una íntima comunión con Dios por medio de la oración y la lectura de su Palabra día tras día, meditando en ella, esforzándonos en ponerla en práctica en nuestro diario vivir en toda oportunidad que se presente. Así, poco a poco, el Espíritu Santo irá produciendo su fruto de amor y misericordia en nuestras vidas, según nos dice Gálatas 5:22-23. Sólo entonces podremos tener el amor de Dios en nuestros corazones y transmitirlo a los que nos rodean. No existe otra manera.

La humanidad está muy necesitada del amor de Dios. Si queremos ver un mundo mejor, el cambio tiene que empezar en cada uno de nosotros, después nuestra familia, los vecinos, nuestros amigos y todos los que están a nuestro alrededor. El amor es tan importante en la vida del ser humano que el apóstol Juan afirma: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1 Juan 4:8). Y Jesús dice en Juan 13:35: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. Jesús nos ofrece su amor y su ayuda. No rechacemos tan precioso regalo.

ORACIÓN:
Amante Padre celestial, confieso que soy totalmente incapaz de amar a los demás como tú me has amado. Por favor pon tu amor en mi corazón para que yo pueda amar a todos los que me rodean, aún a aquellos que me han hecho daño. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

ORACIÓN


martes, 12 de agosto de 2014

Apocalipsis 7:17



Apocalipsis 7:17
"porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos".

¡Qué lindo cuadro! Él, [Cristo] quien murió por nosotros nos va a refrescar y a nutrirnos. Él, sobre quien toda eternidad descansa tomará tiempo para confortarnos. No es una sorpresa que Pablo pudiera decir que no consideraba sus sufrimientos dignos de comparar con la gloria que algún día nos será revelada (Romanos 8:18).


Hebreos 11:6



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Hebreos 11:1



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Sañmo 28:6-7



Salmo 28:6-7

Bendito sea el SEÑOR, porque ha oído la voz de mis súplicas. El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.

ORACIÓN



El carácter de un justo se manifiesta por la manera en que él se ajusta a los parámetros de la Palabra de Dios. En nuestra relación con el Señor hay algo fundamental que él espera que nosotros hagamos: buscar su voluntad y obedecerla fielmente. Cuando obedecemos, automáticamente Dios hace su parte y resultamos más que bendecidos. No te avergüences de vivir como un justo fiel y obediente pues los valientes que se atreven a andar de esta manera gozan del privilegio de vivir bajo el favor de Dios.

¿SABES CÓMO RECIBIR EL FAVOR DE DIOS?



¿SABES CÓMO RECIBIR EL FAVOR DE DIOS?

Salmo 5:11-12
“Alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor”

El diccionario define la palabra “favor” de esta manera: “Beneficio que una persona con poder o influencia concede a otra gratuitamente”. La Escritura de hoy afirma que Dios bendecirá al justo y lo rodeará de su favor. Esta es una promesa específicamente dirigida al justo. Una persona justa, bíblicamente hablando, no es aquella que lleva a cabo su propia justicia de una manera supuestamente “correcta”, sino aquella que actúa siempre guiada por la justicia y los preceptos divinos. En el Nuevo Testamento encontramos una definición más concreta. Dice Romanos 5:1: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Es decir, antes de aceptar a Jesucristo como nuestro salvador somos considerados “injustos”; al abrir a él nuestro corazón, nuestros pecados son perdonados y somos justificados delante de Dios. En su primera carta a los corintios, capítulo 6, el apóstol Pablo se refiere a este proceso. Primero les dice: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?” Entonces les menciona una lista de personas que no heredarán el reino de los cielos debido a su comportamiento pecaminoso. Y termina diciendo: “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:9-11).

Si tú has aceptado a Jesucristo como tu Salvador, Dios te ha justificado, es decir ha perdonado tus pecados y ahora eres un hijo o una hija del Dios Todopoderoso, y por esta razón el Señor ha establecido que tengas un tratamiento preferencial. Gálatas 4:4-7 nos habla de este proceso salvador: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”. Esta es la voluntad de Dios para con todos aquellos que han creído en su Hijo y han abierto su corazón para recibirlo como salvador de sus almas.

Dios desea bendecirte, y mientras más te acerques a él, más se va a manifestar en tu vida su bendición y su favor. Por eso debes caminar en fidelidad y obediencia a lo que Dios dice en su Santa Palabra. El Salmo 1 establece de manera muy clara la diferencia entre la vida de aquellos que buscan al Señor día tras día, meditan en su Palabra y ponen en práctica sus enseñanzas, y la vida de aquellos que viven alejados de la presencia de Dios. De los primeros dice que son “bienaventurados” y que “todo lo que hacen, prosperará”. Por el contrario, a los otros les esperan tiempos tormentosos. Así dice el Salmo 1:6: “Mas la senda de los malos perecerá”.

El carácter de un justo se manifiesta por la manera en que él se ajusta a los parámetros de la Palabra de Dios. En nuestra relación con el Señor hay algo fundamental que él espera que nosotros hagamos: buscar su voluntad y obedecerla fielmente. Cuando obedecemos, automáticamente Dios hace su parte y resultamos más que bendecidos. No te avergüences de vivir como un justo fiel y obediente pues los valientes que se atreven a andar de esta manera gozan del privilegio de vivir bajo el favor de Dios.

El Salmo 91:1 reafirma este concepto: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”. Aquellos que deciden caminar con Dios cada día de sus vidas viven rodeados de su favor. ¡Realmente necesitamos vivir bajo el favor de Dios! Vive de manera que habites continuamente bajo el abrigo del Todopoderoso, y podrás esperar lo mejor de Dios para ti cada día de tu vida.

ORACIÓN:
Gracias Padre, porque tú premias la fidelidad y obediencia de tus hijos. Te ruego que me ayudes a caminar en esta vida obedeciendo tu palabra para disfrutar de tu favor y de tu protección. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

¿SABES QUIÉN NOS AYUDA EN LA ORACIÓN?




¿SABES QUIÉN NOS AYUDA EN LA ORACIÓN?

Romanos 8:26-27
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”.

Muchos cristianos sentimos que no sabemos orar correctamente. Inclusive el apóstol Pablo reconoció que a veces no sabía pedir como debía. En el diálogo sobrenatural entre Dios y los creyentes, el Espíritu Santo actúa como un vehículo para nuestra comunicación, ayudándonos a poner nuestras necesidades y nuestros deseos delante del Padre.

Los cristianos hacemos nuestras peticiones con un conocimiento muy limitado del futuro y de lo que realmente es mejor para nosotros. En consecuencia, surgen circunstancias que nos llevan a preguntarnos ¿cómo debemos orar? Si no encontramos palabras para orar, debemos preguntar: ¿cuál es tu voluntad Señor?, y el Espíritu Santo que conoce los planes del Padre celestial para nosotros, nos guiara a Dios expresando nuestra necesidad.

Nuestro Padre celestial no oculta su voluntad para nosotros, Él desea darnos la información necesaria para que tomemos decisiones correctas y seamos conformados a la imagen de Jesús. Así como el Espíritu Santo lleva nuestras necesidades a Dios, también nos indica cuál es la voluntad del Padre para nosotros.

Muchas veces nos intimidamos ante el poder de la oración y dejamos de orar antes de recibir una respuesta, por el temor de estar pidiendo mal. Sin embargo, debemos confiar en que el Espíritu Santo nos llevará delante del Padre con las peticiones que no estén fuera del plan divino. También inculcará en nosotros la necesidad de ajustar nuestros deseos; por lo tanto, no desmayemos, oremos en toda situación confiando que el Espíritu Santo es nuestro Ayudador.

¡Gracia y Paz!

Meditación Diaria