miércoles, 13 de marzo de 2013

¿SOY UNA ESPOSA VIRTUOSA O NECIA?



Proverbios 14:1
“La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba”.

Ya en otro artículo describimos a la mujer virtuosa que dedica su vida al servicio del Señor Jesucristo y a su esposo; lo que ahora nos interesa es conocer algunos ejemplos de lo que hacen las mujeres necias, que con sus acciones destruyen su hogar.

La mujer necia es aquella que rechaza la sabiduría y resiste la disciplina, que se niega a reconocer lo verdaderamente bueno y hace caso omiso de la voluntad de Dios.


1. La mujer sensual y la adúltera

“Con sus palabras persuasivas lo atrae, lo seduce con sus labios lisonjeros” Proverbios 7:21

El libro de Proverbios nos describe a la mujer sensual y adúltera:

·      Halaga con palabras suaves e insinuantes - Proverbios  2:16, 5:3, 7:5, 6:24, 22:14
·      Su vida es Inestable, no cuida bien su hogar- Proverbios  5:6
·      Es ambiciosa y busca su propio placer - Proverbios  5:10, 6:26
·      Genera conflictos a su alrededor - Proverbios  5:11, 6:28
·      Su belleza es superficial, muy perfumada y maquillada – Proverbios 7:10, 7.17
·      Seductora en su vestir y hablar- Proverbios 6:25, 7:10, 7:21
·      Va a lugares escondidos, oculta su maldad - Proverbios 7:9
·      No le gusta estar en su casa - Proverbios 7:11, 7:12
·      Es atrevida, no tiene vergüenza, ni pasa desapercibida  - Proverbios  7:13, 7:19
·      Persuasiva, usa artimañas para atrapar – Proverbios  7:15, 7:18
·      Actúa para llamar la atención - Proverbios 7:21
·      Sin escrúpulos, es mala, no tiene temor de Dios - Proverbios 6:24,7:19,7:20,9:17, 30:20
·      Es alborotada y bullosa, llama la atención de otros -  Proverbios 9:13

También se junta con extraños, es excéntrica, frívola, no conoce la vergüenza, empequeñece sus pecados, va a donde la invitan, no sabe hacer lo recto, induce a las personas que no tienen principios fuertes y los arrastra a su locura.


2. Vanidosa:

“Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de razón” Proverbios 11:22

Por un lado, en los tiempos bíblicos las mujeres llevaban un anillo en la nariz como una joya o adorno. Proverbios compara con un cerdo adornado a la mujer bella pero con poco razonamiento o cerebro, indiscreta, carente de buen criterio, falta de juicio en la conducta y modo de hablar y vestir. Así como una joya preciosa está fuera de orden en un cerdo, también la belleza física sin discernimiento está fuera de orden en una mujer.

Por otro lado, la mayoría de las mujeres vanidosas exhiben exageradamente su belleza, no tienen discreción ni modestia. Son totalmente dedicadas y vigilantes de lo externo, destinan su tiempo, dinero y esfuerzo al cuidado su propio cuerpo, en productos y tratamientos de belleza, gastan en vestidos y lujos, en cirugías, arriesgan todo por verse bellas. Su presupuesto de gastos muchas veces está en saldo rojo, pues no les alcanza con lo que tienen. Su tema de conversación es la moda, la belleza y lo nuevo de diseñadores y tiendas costosas. Son mujeres que no entienden cual es la verdadera belleza:

“Y que vuestro adorno no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios” (1 Pedro 3:3,4).

La belleza física en una mujer piadosa, que se preocupa primero por crecer en santidad, será una deleite para su esposo y para Dios; más la belleza física en una mujer necia, sólo despertará bajas y efímeras pasiones, pues pensará que el amor de su esposo, y el de los demás, depende de su belleza.


3. Iracunda:

·      “Mejor es vivir en un rincón del terrado, que con mujer rencillosa en casa espaciosa”. Proverbios 21:9
·      “Mejor es morar en tierra desierta Que con la mujer rencillosa e iracunda”. Proverbios 21:9
·      “Gotera continua en día de lluvia y mujer rencillosa, son semejantes; el que trata de contenerla refrena al viento, y recoge aceite con su mano derecha”. Proverbios 27:15-16

Es difícil vivir con la mujer enojada y airada, según lo describe el libro de Proverbios, el cual plantea que es mejor “vivir en un pequeño rincón o aun en el riguroso desierto”. Esta mujer siempre está buscando pleitos, haciendo demandas y armando controversias que generan rencor. Es tan difícil aguantarla “…como frenar el viento” o “…recoger aceite en la mano”.

Además es una mujer orgullosa, que cree tener siempre la razón, y exige sus derechos aun pasando por encima del prójimo. Lleva a la discordia, trastorna a otros y los mueve para que hagan remolino con ella. Es impulsiva, no tiene paciencia ni es prudente.

Asimismo, en su casa huyen de sus palabras hirientes, la apartan para no ser el objeto de sus críticas, su esposo evita comunicarse bien con ella para no ser el blanco de su mal temperamento, es autoritaria y quiere que todos hagan lo que ella ordena.

“He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia” (Job 28:28).

Hay un elemento común en estas descripciones de las mujeres necias y es que todas ellas buscan su propia satisfacción y alimentan su orgullo, lo cual, infortunadamente, es una característica inseparable del corazón humano, y por eso nadie se escapa de tener algo de estas mujeres.

La conducta de la mujer ha estado influenciada durante siglos por lo que la cultura y el mundo dicen acerca de cómo debe ser. El movimiento feminista actual no ha ayudado mucho a conformar la mujer verdadera, pues al exigir sus derechos ha distorsionado la moralidad y la conducta de ella misma, de la familia y de la sociedad, trayéndole desamparo, insatisfacción, culpa y cargas difíciles de llevar.

¿Cuál es la salida? ¿Cómo debe cambiar el carácter y continuar creciendo en ser mujeres virtuosas?

“Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente” (Proverbios 2:6-7).

La sabiduría humana es de corto alcance en cuanto a lo espiritual, ya que no tiene el poder de discernir y de contrarrestar la maldad del corazón. Es por eso que se necesita la sabiduría divina, perfecta e infinita, para guiarnos a la virtud que es, todo aquello que procura la excelencia espiritual y el agrado de nuestro Creador. Sólo pidiendo que la Gracia y la Santidad de nuestro Dios nos muestre nuestra maldad, para arrepentirnos y alejarnos de todo tipo de necedad y ser perdonados en el amor de Cristo. Solo así el Espíritu Santo puede transformarnos para que construyamos hogares que glorifiquen a Dios y sirvan de ejemplo a otros, procurando extender su reino y ser más semejantes a Él.


Reflexión:

Es triste que la dulzura, exquisitez y delicadeza de la mujer hayan sido opacadas por la creciente ola del feminismo, afligiendo a la mayoría de ellas al adoptar conceptos equivocados de sí mismas.

¡Que Dios nos ayude como padres a cultivar en nuestras hijas las virtudes que nos enseña en Su Palabra para que su Nombre sea glorificado!

¡Qué Dios dirija a los predicadores a enseñar el verdadero carácter de la mujer creyente!

¡Que el Señor nos muestre su Gracia transformando a muchas mujeres en virtuosas!


“Gracia y Paz”
Noviazgo y Matrimonio

LA TENTACIÓN: FUERTE, PERO NO IRRESISTIBLE



Génesis 3:1-24
“Pero la serpiente  era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?  Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”.

Satanás es tan astuto que fue capaz de engañar a Eva para que pecara. Su respuesta a la pregunta que él le hizo (Génesis 3:1, 2) revela que Eva sabía exactamente lo que Dios le había dicho. ¿No somos también nosotros así hoy? Sabemos exactamente lo que dice la Palabra de Dios, pero muchas veces no obedecemos al Señor.

¿Pasas tu más tiempo complaciendo tus deseos, incluso si eso significa, practicar el pecado, en lugar de meditar en las Sagradas Escrituras y orar? Tenemos un enemigo que no solo es sagaz e inteligente, sino también cruel e implacable. Su objetivo es alejarte de tu Creador, detener tu crecimiento como creyente y minimizar tu influencia en bien del reino de Dios. Él conoce tus debilidades; también sabe cómo sorprender, atraer y disfrazarse.

Por esta razón es imprescindible que cada creyente mantenga una fuerte defensa por medio de una comunión renovada y continua con Jesucristo. Él es nuestro refugio, y su Palabra un arma muy eficaz.

El Señor es santo; Satanás es perverso. Aprende, por lo tanto, a responder a la tentación sabiendo que el origen de ella es un enemigo perverso decidido a robarte tu gozo y a destruir tu efectividad como hijo de Dios. Por lo tanto, acude al Señor y pídele que te ayude a vencer. Él es el Aquel que puede —y está dispuesto— a darte la victoria.

Recuerda esto: “Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). Acude al Señor cuando Satanás te lance sus dardos. Ora, diciendo: “Gracias, por ser tu hijo. Te ruego que me protejas”. Y Dios, que es fiel, te dará su ayuda para que escapes (1 Corintios 10:13).

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

¿TEMES DAR EL PRÓXIMO PASO?



Josué 3:11-16
“He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán. Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu. Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón. Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto, cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó”.

El pueblo de Israel, bajo la dirección de Josué, finalmente estaba muy cerca de la anhelada tierra prometida. Sólo necesitaban cruzar el río Jordán y tomar posesión de “todo lugar que pisare la planta de sus pies”, según le había prometido el Señor a Josué (Josué 1:3). Sin embargo existía todavía un gran obstáculo, pues el Jordán era un río muy caudaloso y nada fácil de cruzar a pie. Pero lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. El Señor le promete a Josué que las aguas del Jordán se dividirían, y ellos podrían pasar al otro lado de la misma manera que cruzaron el Mar Rojo después que salieron de Egipto. Y al igual que en aquella ocasión Dios le dijo a Moisés que extendiera su vara sobre el mar y entonces las aguas se dividieron, ahora le dice a Josué que cuando los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová pisen las aguas del Jordán, estas se dividirían. Y cuando “los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua, las aguas fueron divididas, y el pueblo pasó en dirección de Jericó”. No hay duda de que tanto en una situación como en la otra fue el poder de Dios el que hizo el milagro, pero en ambas ocasiones se requirió que alguien diera un paso al frente.

Al frente de algunos edificios gubernamentales hay una puerta de entrada que se abre automáticamente. Al entrar al edificio se encuentra otra puerta a varios pies de la primera. Por razones de seguridad, la segunda puerta no se abre hasta que la primera se ha cerrado completamente. O sea, después de pasar por la primera puerta, para que esta se cierre totalmente es necesario dar un paso hacia el frente y entonces la segunda puerta se abre. Mientras la persona permanece en la primera puerta, la segunda no se abre. El plan de Dios en nuestras vidas se desarrolla de manera similar a estas puertas automáticas. El Señor no permitirá que la próxima puerta de tu vida se abra mientras tú no te muevas de la primera. El espera que marches adelante, que dejes atrás tu pasado y que, por fe, te extiendas hacia el futuro.

Habiendo entendido perfectamente este concepto, así dijo el apóstol Pablo a los filipenses: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14). Como creyentes y seguidores de Cristo, tenemos que marchar hacia adelante pues no está en los planes de Dios que nos quedemos estancados en un punto de nuestras vidas. Él nos ha llamado a salvación para que pasemos la eternidad junto a él. Sin duda encontraremos obstáculos en el camino, pero debemos rechazar todo temor y seguir hacia la meta.

Quizás en estos momentos te encuentres en una situación en la que debes tomar una decisión. Si has estado orando en busca de la dirección de Dios, y has sentido en tu corazón que debes dirigirte en un cierto sentido, da un paso al frente en el nombre del Señor. Tu Padre celestial quiere bendecirte y que disfrutes de la tierra prometida que él tiene para ti. Sólo tienes que tener fe, esforzarte y marchar adelante. Una vez lo hagas, verás la mano de Dios abriendo puertas delante de ti.

ORACIÓN:
Padre santo, te ruego quites de mí todo temor, y aumentes mi fe para marchar adelante confiando en que tú me llevarás a ese precioso lugar que has preparado para mí. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

ORACIÓN



Padre santo, te ruego quites de mí todo temor, y aumentes mi fe para seguir adelante confiando en que tú me llevarás a ese precioso lugar que has preparado para mí. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”

¿SALVO SIEMPRE SALVO?



Uno de los temas más polémicos en el cristianismo, es el tema de la salvación. Unos afirman vehementemente que la salvación no se pierde, su posición es siempre esa: “salvo siempre salvo”. Otra posición dice que la salvación es susceptible de perderse. ¿Quiénes tienen la razón?

Desde el Antiguo Testamento se establece que la salvación esta condicionada por la obediencia. Esto creyeron los primeros cristianos conforme a la Biblia:

Ezequiel 18:20-32
“El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él. Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá. ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá. Y si dijereis: No es recto el camino del Señor; oíd ahora, casa de Israel: ¿No es recto mi camino? ¿no son vuestros caminos torcidos? Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello; por la iniquidad que hizo, morirá. Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justicia, hará vivir su alma. Porque miró y se apartó de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá. Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor; ¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? Ciertamente, vuestros caminos no son rectos. Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis”.

Ezequiel 33:12-19
“Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo. Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente. Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el que no es recto. Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello. Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello”.

En el Nuevo Testamento No hay ni una sola palabra de Jesús que afirme que la Salvación una vez recibida nunca se pierde, todo lo contrario. No hay una sola cita en los Padres de la Iglesia de los primeros trescientos años del Cristianismo que nos hable de esta doctrina de “salvo siempre salvo”. Esta Doctrina se conoció hasta mediados de los años 1980. No existe ningún Concilio que halla hablado al respecto. 

En Teología hay un axioma que dice “si en teología hay algo nuevo, lo mas probable es que no sea cierto”. El Espíritu Santo que fue prometido para “introducir a la Iglesia a la verdad” no hubiera callado dos mil años una doctrina esencial a al Salvación. Con esta Doctrina surgida al albor de los últimos tiempos tenemos que aplicarle las palabras de Jesús en Mateo 24:11-13: “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.

Nos llama la atención en ese aspecto que el mismo Jesús, hablando con sus discípulos, quienes le fueron entregados por el mismo padre, para que fueran los futuros lideres de la nación de Israel, el mismo les advierte: “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 10:22). Nótese que aquí el mismo Jesús les pone esa condición a sus propios apóstoles: “el que persevere hasta el fin, éste será salvo”, ¿Qué pasa si alguno de ellos no persevera?

Tenemos otro personaje, enviado por Jesús, quien también pregonaba la salvación, Pablo: “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:26-27). El mismo Pablo no da por sentado que esta salvo.

El mismo Apóstol Pablo, a los Filipenses les escribió, con respecto a la salvación: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:12-14).

Igual como bien dijo Pablo en 1 Corintios 15:1-2: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano”. Esa es la Sana Doctrina, creer el Evangelio de la forma que le fue entregado a los Apóstoles, de lo contrario “se habrá creído en vano”.

Lo mismo ocurre en lo que dice la carta a los Hebreos: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?...” (Hebreos 2:3), es decir, si descuidamos una salvación tan grande hay peligro de perderla.

Hebreos 6:4-8
“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada”.

2 Pedro 2:20-22
“Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno”.

En el libro de los Hechos se narra la historia de una pareja: “Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas” (Hechos 5:1-11).

Ananías y Safira, su mujer, eran seguidores de Jesús, eran salvos, pero mintieron al espíritu Santo y fueron muertos. ¿Si no le hubieran mentido al Espíritu Santo, habrían muerto?

En Mateo 25:1-13, tenemos otra historia: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”.

¿las vírgenes imprudentes, que se quedaron fuera, se salvaron? Si se “cerro la puerta” es porque no se salvaron.

¿Podrá alguien decir de esas cinco vírgenes que fueron salvas, cuando el mismo Jesús les dice que no las conoce? Estuvieron dentro de las diez, pero que fueron insensatas, perdieron su salvación.

En la Parábola del Sembrador (Mateo 13:1-23) Jesús dice que la Semilla se sembró y la Planta nació, o sea que dio frutos de vida y que después se murió por diversos motivos. Si Dios es el sembrador y la semilla es su Palabra, al crecer la planta con la semilla de la Palabra, quiere decir que ésta tomo vida. Esta vida es la salvación.

La Doctrina de Jesús, consistente en revelar “lo que oyó a su Padre” es bien clara y en ningún lugar indica que la Salvación es definitiva, mas bien les deja saber que esta depende de sus actos.

Mateo 6:14-15
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”.

Mateo 7:1-2
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido”.

En Mateo 10:28 el Señor es contundente: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.

Luego entonces, ¿hay algo que puede matar el alma del creyente? La muerte del alma es la perdida de la Salvación.

Como ya vimos, en Mateo 25:1-13 Jesús habla de las Vírgenes necias y las prudentes, todas estaban juntas esperando al novio, sin embargo en la espera a las necias se les acabo el aceite y se quedaron fuera del Banquete de Bodas. Esa es una comparación perfecta para el creyente que espera su Redención y la pierde por no cultivar el espíritu.

Esto también se explica en Juan 15:1-2 donde Jesús dice: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará…” Vemos claramente que estas ramas están en Cristo, están en la Gracia de la salvación, pero como no dan frutos pierden su salvación.

Veamos Romanos 11:22-23: “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado...” Un ejemplo claro de que podemos ser cortados del Reino. Si fuéramos “siempre salvos” esto no seria posible.

En Gálatas 5:4 dice: “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído”. Pablo le esta hablando a Cristianos y les dice que el creyente se puede apartar de la gracia. Si fuéramos “siempre salvos” NADIE nos apartaría de la Gracia.

En Juan 5:28-29 Jesús habla de quienes se salvaran: “…porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”.

“Los que obraron el bien saldrán para Salvación” El  obrar el bien es un proceso de toda la vida, por lo que no se puede obtener una salvación instantánea. La Redención fue merecida para todos, la salvación es un proceso. El mismo Pablo habla de la Salvación que se pierde, veamos en Romanos 2:12-16: “Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”. Aquí vemos claramente como Pablo dice que si los Gentiles no conocen a Jesús y guardan la Ley Natural, se salvan. ¿Como se va a salvar alguien sin Fe según la doctrina “salvo siempre salvo”?

En Mateo 25:31-46 es la única vez que Jesús habla del Juicio final y definitivamente la gran pregunta es: si somos siempre salvos, para que juicio? En un juicio donde se decide la condena o la absolución, si somos absueltos no necesitamos juicio. Hay una teoría que maneja este grupo de “salvo siempre salvo” que dice que este juicio no es para la Iglesia, sino para los paganos. No hay ningún indicio evangélico para  esto, ya que es un juicio a la creación entera, a todas las Naciones, razas y credos (Mateo 25:32).

Mateo 7:22-23
“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.

Será muy curioso que muchos, en el día del arrebatamiento, le reclamen al Señor ¿Por qué se quedaron?, ¿Por qué los dejo?, si ellos eran cristianos y el Señor les dirá: “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Con estas tres frases que dice el Señor, los que se creen “salvos siempre salvos”, ¿Cómo pueden creer y asegurar que la salvación no se pierde?

Pablo nos da la clave de la inutilidad de esta Doctrina en Filipenses 2:12: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”

La salvación es susceptible de perderse, “No todo el que me diga Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”, “Muchos lo procurarán, pero pocos lo lograrán”, dijo Jesús.

“salvo siempre salvo” es una falacia y una trampa del diablo para que los cristianos no cuiden su salvación y den rienda suelta al libertinaje.

Hermanos… no se dejen confundir con Doctrinas surgidas para entretener al creyente con “novelerías” y apartarlo de Cristo con una falsa seguridad, esa es una más de las estrategias de la Nueva Era disfrazada de “cristianismo”, la cual pretende apartar al creyente del poder de Cristo y darle la falsa seguridad de que el hombre tiene control de su vida. La única salvación que no se pierde es la vida eterna. Cuando nos encontremos con Jesús en el Reino, ahí si seremos siempre salvos, mientras caminas en la vida “Cuida tu salvación con temor y temblor”.


“Gracia y Paz”
Aprendiendo la Sana Doctrina