jueves, 22 de noviembre de 2012

UN HOMBRE ENVIADO DE DIOS



Juan 1:6-8
“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz”.

Dios llamó y sigue llamando a hombres y mujeres que estén dispuestos a obedecer ese llamado. Juan respondió a ese llamado sin mediar palabras, él dijo, relacionado a ese llamado, que obedecía sin ni siquiera conocer a Aquel a quien estaría anunciando, Juan dijo: “Y yo no le conocía” (Juan 1:31).

Muchos pretenden hacer las cosas a su modo y no al modo de Dios. Dios llamó a Juan y le dio algunas señales, leemos: “Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre Él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo” (Juan 1:33).

Juan fue ese hombre sometido a Dios en todo, fue ese misionero que no preguntó nada y se sometió todo. Juan nos recuerda con su vida aquellas cosas que aún en nuestros días siguen rugiendo, aquellas cosas que quizás puedan ser objeto de rechazo para algunos, pero para Juan fueron sencillamente las glorias de su ministerio.

Juan vino por testimonio, para dar testimonio de la luz. Su misión fue grande, este sería el precursor del Mesías, al igual hoy hay muchos hombres que presiden su llegada al levantar a un pueblo, hombres que al igual que Juan son testimonios vivos, señalando la forma y manera de llegar a Dios, Juan preparó el camino el Señor, allanó y exhortó al pueblo a someterse a las palabras proféticas que hablaban de él, leemos: “…Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados” (Lucas 3:4, 5). Dios ha querido usar a su pueblo para preparar todo lo relacionado con su Hijo Jesús, Dios ha querido siempre preparar un pueblo recipiente de su Palabra y preparado para toda buena obra.

Vino por testimonio; el testimonio y la vida de Juan era una digna de admirar, Juan vivió para Dios desde su niñez: fue llamado desde antes de nacer y aun cuando podía olvidarlo todo y seguir su propia vida, escogió mejor someterse a aquello en lo cual había sido instruido.

Dios sigue buscando hombres con testimonio limpio. Juan fue llamado por testimonio, para que diese testimonio de la luz a fin de que todos creyesen por él.

Hoy todos miramos la vida de Juan y podemos notar que Dios le honró por su vida de búsqueda y sometimiento a Dios y a su Palabra. A fin de que todos creyesen por él. El propósito de Dios ha sido que todo aquel que quiera tomar su Palabra para anunciarla tendrá que tener una vida de buen testimonio, una vida llena de sometimiento, una vida llena de ese testimonio que caracterizó a Juan.

Juan no le conocía, Juan no conocía a Jesús pero aun así, llego al Jordán, comenzó a predicar; a bautizar y cuando llegó aquel gran día esperado, bajó a las aguas para bautizar al Autor de la vida. Dios le dio a Juan el gran privilegio de ser el bautizador de Jesús. Juan le vio y dio testimonio de Él diciendo: “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Y Jesús dio testimonio de la vida y del ministerio de Juan el bautista cuando presentó como ejemplo a las gentes que le seguían diciendo: “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mateo 11:11).

“Gracia y Paz”
 Gracia y Misericordia

ES BUENO DAR GRACIAS A DIOS



Salmo 92:1-5
“Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu fidelidad cada noche, En el decacordio y en el salterio, En tono suave con el arpa. Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos”.

¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué nos dice la Biblia, una y otra vez, que demos gracias al Señor? La razón principal es porque Él se lo merece. Todo lo que usted y yo somos y tenemos viene de Dios. Él le creó, y es quien mantiene su corazón latiendo. Reclamar su vida como suya y hacer lo que le viene en gana, es la ingratitud más grande. Dios le creó a usted para que lo ame, e hizo un gran sacrificio para librarle del pecado y convertirle en su hijo. Dar gracias al Señor es una manera de honrarlo, reconociendo todo lo que Él ha hecho.

La mayoría de nosotros probablemente tendríamos que reconocer que nuestras oraciones tienden a ser más bien egocéntricas. Venimos con nuestra lista de peticiones, ¿pero cuánto tiempo pasamos dando gracias a Dios por lo que Él ha hecho? El salmista nos dice que comencemos cada mañana enfocándonos en su misericordia para el día que tenemos por delante, confiándole todas nuestras preocupaciones. Después, en la noche, debemos darle gracias por su fidelidad, y fijarnos en las maneras como Él proveyó para nuestras necesidades y guió nuestros pasos.

Aunque hayamos tenido alguna ansiedad o dificultad en el día, aun así podemos dar gracias a Dios por su presencia y por su promesa de hacer que todas las cosas ayuden a nuestro bien.

Aparte tiempo esta semana para recordar lo que Dios ha hecho por usted, y déle gracias. Sea creativo, y piense en todas las maneras como puede mostrarle gratitud, y después cante, alábelo y adórelo con júbilo. Al mantener su enfoque en Dios, usted puede tener una actitud de agradecimiento todo el día.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

ESPERA EN JEHOVÁ, Y HAZ BIEN



Salmos 37:3
Espera en Jehová, y haz bien; Vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado.

¡Ves que bueno es el Señor que servimos! Él no requiere nada difícil, sensacional, ni fuera del alcance; pero sencillamente que le honremos, y que andemos humildemente con Él, y que hagamos bien. Junto a la demanda hay una promesa; viviremos en paz y en seguridad, y Él suplirá todas nuestras necesidades. Cuando hay destrozos, alborotos, y problemas en la tierra es porque no seguimos las instrucciones sencillas de este versículo; o sea que NO hacemos el bien, y NO andamos con Él. Jesús dice, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar” Mateo 11:28.

"Gracia y Paz"
Un Versículo de la Biblia cada Día