martes, 2 de diciembre de 2014

Dios nunca comienza nada y lo deja inconcluso



La Santa Palabra de Dios dice en Filipenses 1,6: "Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese".

Dios nunca comienza nada y lo deja inconcluso, Deja que esa verdad penetre profundamente en tu corazón y permite que viva en ti. Dios es un perfeccionador.


¡Gracia y Paz!

1 Pedro 5:6-7


¿POR QUÉ NO CREES QUE TU PROBLEMA TIENE SOLUCIÓN?



¿POR QUÉ NO CREES QUE TU PROBLEMA TIENE SOLUCIÓN?

Jueces 7:2-7
“El Señor dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. Y el Señor dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y el Señor dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. Entonces el Señor dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar”.

Por la desobediencia del pueblo de Israel, Dios los había entregado en manos de Madián y su gente por un periodo de siete años. Los israelitas clamaron al Señor y entonces él decidió liberarlos. Con este fin Dios llama a Gedeón, y le encomienda la difícil misión de atacar al ejercito de Madián (Jueces 6:11-14). Este ejército era mucho más numeroso y poderoso que el ejército israelita, por lo que Gedeón, lleno de temor ante la difícil tarea, le pide a Dios varias pruebas de que efectivamente era su plan usarlo a él como instrumento para liberar a Israel. Y el Señor satisface plenamente cada una de las pruebas requeridas por Gedeón (Jueces 6:36-40).

Una vez convencido de que Dios estaría dirigiendo este plan, Gedeón reúne 32,000 hombres armados y se dispone a cumplir la orden de Dios. Pero el Señor tenía otros planes. En el pasaje de hoy, Dios le dice a Gedeón que eran demasiados hombres y que debía reducir el número. Después vuelve a decirle lo mismo. Así es que, después de varias reducciones, el número final de hombres con que Gedeón debía cumplir la misión se redujo a sólo trescientos. Finalmente el Señor le aseguró a Gedeón que con esos trescientos hombres él entregaría a los madianitas en sus manos (Jueces 7:7). Aquí aprendemos varios puntos importantes acerca de la manera en que Dios mueve las circunstancias en nuestras luchas:

Primero: Dios siempre tiene un plan, y con frecuencia él requiere que nosotros hagamos lo que aparenta ser irrazonable desde el punto de vista humano. ¿Qué habrá pensado Gedeón cuando el Señor redujo su ejército de 32,000 a sólo 300 hombres? No lo sabemos, pero lo importante es que obedeció y obtuvo la victoria. La Biblia cuenta que aquellos 300 hombres tocaron sus trompetas al unísono, y los madianitas empezaron a matarse unos a otros y los que quedaron huyeron despavoridos (v.22).

Segundo: Nuestra fe necesita ser fortalecida. Esto es fundamental en todo plan de Dios. Después que Dios dio varias pruebas a Gedeón de que estaría junto a él, este fue capaz de decir ante aquellos 300 hombres: “El Señor ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos” (v.15). Gedeón pudo decir como cierto lo que aún no había sucedido. Esto es fe, “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Pon mucha atención a las señales que el Señor te da para fortalecer tu fe.

Tercero: Siempre debemos dar a Dios la gloria y el honor por todos nuestros éxitos en esta vida. El Señor redujo el tamaño del ejército de Israel para que ellos no se enorgullecieran con la victoria, y quedara bien claro que toda la gloria era suya.

¿Crees que tu problema es imposible de resolver? Medita en la enseñanza de hoy, y guárdala en tu corazón. No olvides que no existe nada que sea difícil para Dios, ni siquiera aquello que es imposible para nosotros. Decide hoy buscar de corazón el poder de Dios. Él desea remover los obstáculos de tu vida, y darte la victoria de tal forma que llegues a un mayor entendimiento de su poder y su gloria.

ORACIÓN:
Padre santo, te pido que aumentes mi fe, de manera que en las situaciones difíciles de mi vida pueda yo ver la victoria de tu poder. A ti sea toda la gloria y la honra. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

Romanos 2:4


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