jueves, 17 de mayo de 2012

LA PAPAYA
La fruta de la buena salud

La papaya esta considerada milagrosa para la salud, es buena para el corazón y el estómago, esta fruta además de facilitar la digestión, calma el dolor e inflamación del estomago, la diarrea, el estreñimiento y sirve además para eliminar parásitos intestinales. Su consumo esta recomendado para personas que sufren de hipertensión, anemia y para quienes tienen problemas con la vesícula. La fruta de la buena salud, como veremos mas adelante sus beneficios son muy importantes por lo tanto se debe tener en cualquier tipo de dieta. Para adelgazar posee grandes ventajas.

propiedades
La papaya es uno de los alimentos más nutritivos que existen. Contiene bajas calorías pero buenos nutrientes como la vitamina C. Esta poderosa fruta se usa con frecuencia en zonas tropicales para curar problemas digestivos. También por su alto contenido de vitamina C refuerza la inmunidad contra virus, bacterias y ayuda a reducir los síntomas de los resfriados y su prevención.

otros beneficios
De la papaya se extrae la papaína, que facilita la digestión, suaviza la carne y limpia las heridas infectadas. La papaína tiene un efecto laxante y se encuentra en las hojas de la planta, en su fruto verde y en las semillas maduras.

Algunos especialistas aseguran que los zumos actúan de la misma manera que la fruta entera y eliminan las toxinas del tracto digestivo, potencian los procesos inmunológicos y evitan el envejecimiento prematuro de las células. Por algo es la fórmula elegida por la mayoría de las personas para el consumo de frutas, “aunque su elaboración supone más trabajo que comer la pieza entera”.

Las últimas investigaciones concluyen que incluir dos vasos de zumo en la dieta diaria reduce en un 30% la probabilidad de accidentes cerebrales.

SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano; ¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del espíritu santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de dios, y que no sois vuestros? (1 corintios 6:19).

“Gracia, Misericordia y Paz”
Tomado de: Ana Estrada Rivera
La página información de salud

LA IGLESIA QUE NECESITAMOS – Primera Parte



Hechos 1:42. 46, 17
 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones… Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo en las casas, comían juntos, con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo”.

Quienes visitamos continuamente iglesias para ministerio, nos damos cuenta de la gran crisis que se está viviendo en la iglesia actual. Sin duda hay excepciones, pero la generalidad es esta. Muchas iglesias están en decadencia, pierden los jóvenes, mantienen la orientación y formas de hace años, tienen un liderazgo viejo, se respira tristeza y desánimo en su interior. Algunas veces, se recurre al textos como el de la profecía: “Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma” (Jeremías 6:16), para justificar un estancamiento en la vida y orientación eclesial, entendiendo que el mejor sistema y la mejor forma de éxito consiste en mantenerse en lo que se hizo siempre y de la misma manera como se hacía antes. Sin embargo, la situación no mejora.

Otra alternativa consiste en desprenderse de todo lo que se venía haciendo y producir una renovación, que en muchos casos es más bien una revolución, para que el cambio sea el motor de la transformación eclesial. Ninguna de las dos formas es eficaz. Cuando Dios pide que atendamos a las sendas antiguas, hay que entenderlo como una llamada a un retorno a las condiciones que se daban para ser bendecidos por Él. Esto mismo debe hacerse con la iglesia. Es preciso preguntarnos a la luz de la Biblia que características tenía la iglesia cuando se multiplicaba, se consolidaba y era una referencia en la sociedad. Los versículos del comienzo dan las principales condiciones que ocurrían en la iglesia cuando se produjo el avance imparable del evangelio. Esas son las “sendas antiguas” a las que debemos volver para ver la acción de Dios y su presencia poderosa entre nosotros.

“Gracia y Paz”
(Samuel Pérez Millos)

UN LUGAR PARA TI

Juan 14:3

“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.

Una pareja que llevó a su tía anciana a vivir con ellos tenía miedo de que ella no se sintiera a gusto. Entonces, transformaron una habitación de su casa en una réplica exacta del cuarto donde vivía anteriormente. Cuando la tía llegó, los muebles, las cortinas y otras cosas que ella apreciaba la hicieron sentir como si le dijeran: «¡bienvenida a casa!».

En Juan 13:36–14:4, leemos que, en la última cena, Jesús les habló a sus discípulos y trató de prepararlos para enfrentar la muerte que le aguardaba. Cuando Simón Pedro le preguntó: «¿a dónde vas?», el Señor respondió: «a donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después» (13:36). Todavía seguía dirigiéndose a Pedro (pero también lo decía para todos sus seguidores) cuando agregó: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis» (14:2-3, énfasis añadido).

El cielo es una reunión familiar de creyentes de toda tribu y nación, pero es también la casa de nuestro Padre… y allí Él está preparando una habitación exclusiva para nosotros. Cuando lleguemos al cielo y Jesucristo nos reciba, sabremos que estamos en casa.

“Gracia y Paz”

Nuestro Pan Diario

¿UN PIE O LA VIDA?  - Hermano Pablo

Con un seco y sonoro ¡clic! se cerró la trampa. Era una trampa de acero, silenciosa y traicionera, oculta en la nieve por hojas de pino. Serge Cherblinko, cazador de osos en los bosques de Siberia, andaba de cacería. Sin darse cuenta, pisó donde no debió haberlo hecho, y la trampa clavó en él sus dientes de acero.

Serge sabía que por sí solo le sería imposible librarse de la trampa. El dolor era intenso, y la noche se aproximaba, con sus fríos, sus lobos y sus osos. Ahí mismo, solo y en medio del bosque, tomó una decisión drástica. Con su cuchillo de monte, se amputó el pie y, renqueando y arrastrándose como pudo, regando sangre por el camino, cubrió los dos kilómetros hasta llegar al refugio. Perdió un pie, pero se salvó la vida.

Esa noticia en la prensa internacional, aunque muy triste, nos deja una tremenda y clara lección. Es mucho mejor perder un miembro del cuerpo que perder toda la vida. Si la opción es perder un pie, o un ojo, o un miembro cualquiera del cuerpo, o perder la vida, cualquiera cedería uno de sus miembros antes que entregarse a la muerte.

¡Cuántas no han sido las veces que el cirujano se acerca a la cama del paciente y le dice: «Para salvarle la vida tenemos que amputarle la pierna»! Y como más vale la vida que una pierna, el paciente se somete. La vida misma siempre vale más que cualquier miembro del cuerpo.

Así mismo sucede con la vida espiritual, la vida eterna. Jesucristo conocía el incalculable valor de la vida eterna, así que un día, al predicarles a las multitudes, dijo: «...si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno» (Mateo 5:2930).

Si la vida física vale más que cualquier miembro de nuestro cuerpo, con mayor razón la vida espiritual, que es eterna, vale más que cualquier cosa en esta vida. Y sin embargo, ¡qué fácil nos es apegarnos a nuestros antojos injustos e inmorales aunque así perdamos la vida eterna! Jesús lo expresó con una claridad diáfana al decir que si ganamos el mundo entero, pero perdemos nuestra alma, lo hemos perdido todo. No cedamos lo eterno por lo efímero. Ni cedamos la gloria celestial por la vanagloria de este mundo. Al contrario, pidámosle a Cristo que sea el Señor y Dueño de nuestra vida.

“Gracia y Paz”
DE LA IRA A LA MISERICORDIA
David Wilkerson

La santidad de Dios exige que esté airado por el pecado, pero Él ama la misericordia. Ya la sangre de Jesús satisfizo la justicia de Dios para que Él pueda venir a nosotros a través del velo rasgado mostrando misericordia y gracia.

El Antiguo Testamento incluye un poderoso presagio de nuestro Sumo Sacerdote misericordioso. En Números 16, vemos que toda la congregación de Israel se rebela y murmura contra Moisés y Aarón. Dios había destruido doscientos cincuenta príncipes, ya que se habían rebelado contra él y la gente estaba enojada con Moisés y Aarón, por los muertos. "Al día siguiente, toda la congregación de los israelitas volvió a murmurar contra Moisés y Aarón, alegando: —Ustedes mataron al pueblo del Señor" (Números 16:41).

Dios se apareció en una nube, diciendo a Moisés y Aarón que se alejaran de los demás: "¡Aléjate de ellos, porque voy a consumirlos - ahora mismo" (Cf. versículo 45).

De repente, una horrible plaga se desató entre la gente. Aterrorizado, Moisés dijo a Aarón, el sumo sacerdote, "Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor del Señor ha salido y la mortandad ha comenzado.... Y se puso entre los muertos y los vivos, y cesó la mortandad "(Números 16:46, 48).

Moisés estaba diciendo: "¡Corre por el campamento meciendo el incensario para cubrir a las personas con el incienso." Y Aarón lo hizo.

Aarón es aquí un tipo de Cristo y el incienso representa las oraciones de Jesús por el pueblo rebelde. ¡Qué imagen tan increíble de Dios mostrando misericordia a través de las oraciones del Sumo Sacerdote. Vemos el cuadro de Jesús corriendo entre pecadores rebeldes, elevando oraciones al Padre en su favor. Con cada persona que rocía, Él clama: "Padre, ten piedad!"

Un abogado es el que le indica al tribunal lo que es legal, lo que es correcto y debe hacerse. Nuestro Abogado Jesús dice: "He cumplido con la ley. He pagado el precio para satisfacer plenamente la justicia de Dios. El diablo nunca puede acusar a Dios de ser injusto."

Aunque 14,700 Israelitas murieron por la peste, dos o tres millones de personas deberían haber caído. Pero ¡Dios tuvo misericordia!

Del mismo modo, Usted y yo deberíamos haber muerto hace mucho tiempo a causa de nuestro pecado. Pero el Padre, a través de las oraciones de Jesús, misericordiosamente nos ha guardado por Su poder.

“Gracia y Paz”



EL ENGAÑO DE SATANAS

Génesis 3:13
“Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: la serpiente me engañó, y comí”.

Jesús dijo: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Él señaló que Satanás tiene tres propósitos con la humanidad y el ser humano, “robar, matar y destruir.” Al hacer pecar a Adán y Eva, les robó la comunión que tenían con Dios, los mató espiritualmente, a tal punto que fueron sacados del hermoso huerto que Dios había creado para ellos.

Hoy sigue trabajando con la humanidad, sembrando el odio, la violencia, la muerte, la envidia y el egoísmo; pero Jesús, murió por ti, ya no tienes que morirte en tus problemas. Él tomó tu lugar para que fueses libre de la maldición del pecado y de la muerte. No te dejes engañar. En el nombre de Jesús, amen y amén.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida
Un llamado a la vida piadosa

Romanos 12:1
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.

El apóstol Pablo vivió en un tiempo cuando la sensualidad, la búsqueda del placer y la rebeldía contra Dios estaban generalizadas. Como respuesta, escribió cartas instando a los cristianos a no imitar los caminos del mundo. Al igual que los primeros creyentes, nosotros debemos procurar tener una vida piadosa.

1. Presentando nuestros cuerpos a Dios. Nuestro ser total —mente, voluntad, emociones, personalidad y cuerpo físico— volverá a nuestro Padre celestial (Santiago 4:7a). Presentarnos al Señor requiere la decisión definitiva de darle el control, y el compromiso diario de permanecer bajo su autoridad. Al entregarnos a Él, nos posicionamos para tener una vida piadosa.

2. Convirtiéndonos en sacrificio vivo. La vida cristiana se basa en el concepto del sacrificio. Jesús dejó la perfección del cielo para vivir en medio de gente pecadora, y poder así reconciliarnos con Dios. Dio su vida para pagar por nuestros pecados (1 Juan 3:16) y nos hizo miembros de su familia. Como creyentes, debemos seguir su ejemplo. Pablo lo llamó un sacrificio vivo, porque es continuo —se realiza cada día.

La vida está llena de opciones. Muchas decisiones implican elegir entre seguir el camino de Dios o el nuestro. Los cristianos que maduran son los que sacrifican cada vez más sus propios deseos, y aceptan gustosamente la voluntad de Dios.

Una vida piadosa se caracteriza por un corazón y una mente inclinados a las cosas de Dios. Aunque nuestras vidas no serán perfectas, el enfoque debe ser obedecer su voluntad y agradarle. Hagamos el compromiso de ser más como Jesús, Aquel que se dio gustosamente a Dios en sacrificio por nosotros.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
RESBALADIZO COMO EL HIELO

Job 38:29-30
“¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró? Las aguas se endurecen a manera de piedra, Y se congela la faz del abismo”.

¿En qué momento el agua está dura como una piedra? Cuando está congelada, por supuesto. Quitémonos hoy nuestras botas y pongámonos los patines de hielo. Mete tus pies en ellos, amárralos y levántate con cuidado. Muy bien, ya estás parado sobre el hielo con tus patines. Ahora impúlsate. ¡Bien! Ya estás deslizándote sobre el hielo.

¿Te has fijado que el hielo es más resbaladizo cuando tiene agua por encima? Si te deslizas por el hielo y este tiene agua en la superficie avanzas más rápido. De hecho, eso es lo que pasa cuando patinas. Cuando la hoja del patín se desliza en el hielo, lo fricciona y lo derrite. Puedes patinar de manera suave y rápida porque en realidad te estás deslizando sobre una capa de agua.

El Espíritu Santo también tiene el poder de derretir A veces el corazón de las personas puede tornarse frío como el hielo. Tal vez han sido heridos por alguien y su corazón se ha endurecido. Pero el Espíritu Santo puede «deslizarse» a través de un corazón frío y derretirlo.

El Espíritu Santo puede usarte con ese mismo propósito. ¿Conoces a alguien que tenga un corazón endurecido como el hielo? Pídele al Espíritu Santo que llene tu vida de bondad y que te ayude hoy derretir una buena cantidad de hielo.

“Gracia y Paz”
(Jim Feldbush)

Salmos 37:23
“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y aprueba su camino”.

No tenemos que adivinar cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas, ni andar a tientas como alguien que tiene una venda en los ojos. La Biblia entera es nuestro libro de instrucción. “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: “solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6:8). Nuestros pasos son ordenados de Dios: dirigidos y protegidos.

La gran maravilla de todo esto es que Dios tiene placer en las vidas de sus siervos obedientes. Las palabras de Juan el Apóstol nos enseña el corazón del Padre: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad (3 Juan 4). Andemos en la verdad y así daremos gusto a nuestro Padre Celestial. Amen.

“Gracia y Paz”