miércoles, 9 de mayo de 2012


¿CUÁN BUENAS SON TUS OBRAS?

Marcos 14:1-9
“Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo. Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Ésta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.”

Este pasaje nos cuenta que una mujer (cuyo nombre era María) de la aldea de Betania, derramó un frasco de perfume muy caro sobre Jesús, porque sintió en su corazón honrar al Maestro con lo más valioso que ella tenía. Probablemente María nunca se imaginó que la recordarían por un acto que inicialmente criticaron algunos por considerarlo un desperdicio y algo inapropiado. Pero Jesús silenció las críticas contra ella diciendo: “Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho.” Y después profetizó algo que con seguridad dejó a todos boquiabiertos: “De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.”

Cuando el famoso escultor Frank Eliscu tenía 22 años de edad terminó el primer encargo que se le hizo: una pequeña estatua que se puede agarrar con una mano. Esta estatua se otorga todos los años al jugador universitario de fútbol norteamericano más destacado de los Estados Unidos. El pequeño trofeo, conocido como Trofeo Heisman, es la pieza de arte más codiciada de este escultor. Nunca pudo haber pensado Eliscu que esta sería su obra principal, en lugar, por ejemplo, de “La cascada de libros” que hay afuera del Congreso de los Estados Unidos, o “El Aguila Presidencial” en la Casa Blanca. “No es una de mis mejores obras de arte – declaró el escultor – pero terminó siendo como la Estatua de la Libertad: no hermosa, pero muy querida por la gente.”

Marcos 12:41-44 nos cuenta que “estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.” La acción de aquella pobre viuda impactó profundamente el corazón de Jesús. Ciertamente no es el valor material o el tamaño de nuestras obras lo más importante para Dios, sino la disposición de nuestro corazón al llevarlas a cabo.

Nuestras obras verdaderamente inmortales serán como la de María de Betania y la viuda pobre: actos sencillos de amor por el Señor Jesús, aceptados y alabados por él. Estas obras mostrarán al mundo la calidad de nuestra fe y nuestro amor por Dios, mucho más que todo lo que podamos expresar con palabras. El apóstol Santiago lo expresó de esta manera: “Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.” (Santiago 2:18b). Cuando Cristo mora en nuestros corazones, y le amamos, y queremos agradarle de todo corazón, estas obras surgen de manera espontánea cada vez que se presenta una oportunidad en nuestras vidas. ¿Has pensado cuáles han sido tus obras últimamente?

ORACION:
Padre amado, yo deseo agradarte con todas mis obras. Ayúdame a valorar lo que es importante para ti, y que todo lo que yo haga salga de un corazón deseoso de rendirte el honor y la gloria que tú mereces. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios Te Habla

LÍDERES IMPERFECTOS


2 Corintios 3:5
"no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios"

Los caminos de Dios no son nuestros caminos. Nosotros tendemos a equiparar el liderazgo con el señorío; Él lo iguala con la capacidad de servicio. Queremos fortaleza para ayudar al Señor en Su obra; Él nos hace débiles para demostrar Su poder. Presentamos nuestras credenciales para que los demás puedan estar más seguros de nosotros; Él permite que fracasemos para que la gente vea que separados de Dios no somos casi nada.

Tendemos a centrarnos en personalidades, a impresionarnos con el intelecto, la educación y la fuerza de voluntad de un dirigente. Los seguidores empiezan a creer que un líder en particular no puede hacer nada malo. Sin embargo, esa adulación no es más que humanismo: convertir a un ser humano en la medida de todo. Y peor aún, esto es idolatría: centrar nuestra devoción en alguien que no es Dios.

Así que, el Señor deja que los líderes caigan de su pedestal. El fracaso, la indecisión y el bajo rendimiento los hacen ver su propia insuficiencia y, de paso, aprenden a ser humildes. También puede hacer que los seguidores pierdan sus expectativas y su excesiva dependencia de tales líderes. Es un buen recordatorio de que todos, líderes y seguidores por igual, andamos por la vida con "pies de barro". A la larga, lo único bueno de cada persona es la bondad de Dios. Por esta razón, necesitamos reconocer que "nuestra competencia proviene de Dios" (2 Corintios 3:5).

Lectura: 2 Corintios 3:1-5.
3:1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 3:2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; 3:3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 3:4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 3:5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios.

Reflexión: PODEMOS RECURRIR A LA FORTALEZA DE DIOS SÓLO CUANDO VEMOS NUESTRA DEBILIDAD.

“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario


¿VERDADERAMENTE DESEA OIR LO QUE DIOS ESTÁ DICIENDO? (parte 3)
David Wilkerson

¡Otros dicen en privado que desean oír lo que Dios está diciendo - pero su orgullo les impide oír!

El Rey Sedequías ilustra mejor este tipo de persona. Él era un hombre de gran poder, influencia y autoridad. Su padre, Josías, fue un hombre piadoso – así que sabemos que Sedequías tenia un trasfondo en santidad y en las cosas de Dios. Aun así, cuando este hombre heredó el trono, no tuvo tiempo para el Señor – ¡esto es, hasta que le llegó una crisis!

Jerusalén fue sitiada de repente – ¡rodeada por el ejército cruel de los caldeos, fuertes y poderosos! Eventualmente hubo escasez de pan y agua. Sedequías llamó al profeta Jeremías, implorándole a él, “Ruega por nosotros a Jehová nuestro Dios” (Jeremías 37:3). Así como muchos que enfrentan tiempos difíciles, Sedequías pareció desear la verdad. ¡Sonaba tan sincero – llamando la nación a orar!

Pero Jeremías profetizó destrucción al rey. Cerca de ese tiempo, vino palabra a los caldeos que el Faraón se acercaba por el oeste con su gran ejército. El pánico vino sobre los caldeos y huyeron: “Y cuando el ejército del Faraón había salido de Egipto y llegaron noticias de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén.” (verso 5).

¡Imagínese el júbilo en Jerusalén cuando los israelitas vieron a su enemigo huir! Se pueden oír a los líderes, jueces y magistrados: “Nuestras paredes no se cayeron – nuestra ciudad no está en llamas. ¡Jeremías y sus mensajes de fuego y azufre! ¡Jeremías se equivocó!”

Creo que el vino fluyó y había comida abundante esa noche mientras abrían las puertas anunciando una semana de celebración oficial: “¡La crisis terminó – vamos a celebrar!” Según como es la naturaleza humana, todos pusieron la crisis fuera de sus mentes y volvieron a su rutina diaria. El Rey Sedequías tiene que haberse avergonzado por su llamado a la oración pensando: “¿Cómo pude sentirme alarmado e intimidado por ese profeta?”

Ahora, ¿quién crees que fue el hombre mas ridiculizado y burlado en la ciudad esa noche? ¡El que profetizó destrucción! Mientras Jeremías observaba desde un techo solitario, él tiene que haber pensado: “Señor, tu me dijiste que profetizara juicio – pero mira lo que ha pasado. Los caldeos se fueron, la crisis económica terminó. Me dijiste que les avisara que nuestras mujeres y niños serían asesinados y que la ciudad sería quemada. Pero no ha habido derramamiento de sangre y tampoco una escasez. ¿Me imaginé todo esto?”

De repente, la Escritura dice: “La Palabra del Señor vino a Jeremías” – ¡otra vez! Fue instruido a ir al rey Sedequías y profetizara que los caldeos regresarían – ¡y que terminarían de hacer el trabajo!

Jeremías debe haber gemido: “No Señor – ¡otra vez no! ¿Quién ha de creerme ahora? Pero se fue al patio del rey y le gritó: ¡Sedequías! ¡Los caldeos regresarán – y van a quemar a Jerusalén!”

Sedequías debe haber movido su cabeza en incredulidad – ¡ya él había escuchado esto antes! Así que sencillamente le dio la espalda a Jeremías y siguió festejando con los demás. Pero no mucho tiempo después, un informante llegó con las noticias: “¡Los caldeos han vuelto! El asedio continuó – ¡y esta vez los caldeos no se fueron!

Sedequías envió por Jeremías otra vez – esta vez en secreto – y le preguntó: “¿Hay alguna palabra de parte del Señor?” (Jeremías 37:17). En otras palabras: “Realmente, deseo saber lo que el Señor está diciendo.”

Jeremías le contestó: “Si, hay palabra. ¡Serás capturado por el rey de Babilonia!". Pero Sedequías todavía no quiso recibirla. ¡Tan solo se endureció – porque no era lo que él deseaba escuchar!

Eventualmente, las condiciones en la ciudad capturada empeoraron. Las madres hambrientas hervían y se comían a sus bebés. No quedaba nada – y el fin estaba a la vista. Mientras el rey caminaba por la pared en cilicio, él miraba toda la depravación – y llamó a Jeremías una última vez. Llevó al profeta a su recámara a través de una entrada secreta. “Y le dijo el rey a Jeremías, te pediré una cosa; no me ocultes nada.” (Jeremías 38:14) En otras palabras, “Dime la verdad aunque sea dura, sin palabras suaves. ¡Quiero oír lo que Dios esta diciendo esta vez!”

Amados, hay tantos que dicen, “¡Yo quiero oír la Palabra de Dios! Yo quiero la verdad recta, inflexible y pura.” ¡Pero puede estar seguro, estos jamás van a recibir lo que Dios dice porque el orgullo les impide que oigan cuando la vedad viene!

Jeremías le dijo al rey que se entregara a los caldeos – y que él y su familia y su pueblo vivirían. Hasta la misma ciudad sería liberada. Pero si él no se entregaba, sería todo destruido – ¡y él moriría!

Sedequías le contestó: “Yo no puedo hacer eso – temo a los judíos que ya se han rendido. Se burlarán de mí, me avergonzarán – me harán pedazos.” Así que rechazó la palabra de Dios para él. ¡Aunque todos morían y la ciudad quedaba en ruinas, su orgullo permaneció intacto!

Sedequías terminó tratando de escapar a la media noche, pero fue capturado. ¡Sus hijos fueron asesinados delante de sus ojos, sus esposas fueron saqueadas y sus ojos fueron quemados – todo por el orgullo!

“Gracia, Misericordia y Paz”



VUELA ALTO CON JESÚS

Job 25:4-6.
“¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer? He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos; ¿Cuánto menos el hombre, que es un gusano, Y el hijo de hombre, también gusano?

En nuestra aventura de hoy hemos encontrado algo que es sencillamente asqueroso: un animal muerto. ¡Mira! Hay unos pequeños gusanos comiéndoselo. A estos gusanos se los conoce como larvas, y en otra etapa de su vida se convertirán en moscas. ¡Qué asco! ¿Por qué Dios habla de estas cosas en su Palabra? Deben de ser importantes por alguna razón. Veamos si podemos averiguar por qué.

En los versículos de hoy Job dice que nadie es lo suficientemente bueno como para presentarse delante de Dios. Eso significa que ni tú ni yo podemos ir al cielo sin la ayuda divina. Job dice que nosotros somos como gusanos. Sin duda Dios nos hizo especiales, pero Job nos recuerda que necesitamos depender de Dios completamente para poder ser salvos. Podremos vivir para siempre solo si aceptamos su perdón y la muerte de Cristo en la cruz.

Obviamente tú eres mucho más especial que un asqueroso gusano que algún día volará como mosca. Pero no lo olvides: solo a través de Jesús podrás algún día «volar» al cielo.

“Gracia, Misericordia y Paz”
Jim Feldbush

LA FUENTE DE LA VERDADERA FELICIDAD




“Todos quisiéramos ser felices, pero no nos es fácil lograrlo. El problema es que creemos que solo obteniendo más de lo que este mundo nos ofrece, podemos tener la felicidad. El apóstol Pablo tenía una actitud muy diferente. Pablo escribió: “He aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia: En todo y por todo estoy enseñado…” (Filipenses 4:11-12).

El apóstol había aprendido el secreto del contentamiento, cualquiera que fuera su lugar o circunstancia. Dios es la única fuente de la felicidad verdadera. Dios no necesita nada ni a nadie para hacerle feliz; aún antes de que el mundo fuese, las tres personas de la Trinidad estaban en completa felicidad. Dios hace que los creyentes sean felices, tal como Él lo está. Esto es necesario porque los creyentes no son lo suficientemente fuertes y buenos para hacerse felices a sí mismos. Dios les da todo lo que necesitan como Juan escribió: “de su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia” (Juan 1:16). Entonces los creyentes pueden estar siempre felices, porque aún y cuando tengan muy poco de lo que este mundo ofrece, tienen las bendiciones espirituales de parte de Dios. En Cristo tienen todas las cosas que necesitan”.

“Gracia y paz”
Jeremiah Burroughs

La equivocación en cuanto a la iglesia

Mateo 5:14-15
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa”.

Cada domingo, innumerables personas en todo el mundo van a las iglesias con un falso sentido de seguridad. Asumen que su moralidad, su membresía, o el bautismo, les merecerán un lugar en el cielo. Aunque muchas de estas personas están sinceramente deseosas de agradar a Dios, están equivocadas en cuanto a qué es la vida cristiana. Piensan en términos de hacer en vez de ser. Por tanto, imitan las acciones de los buenos cristianos: asisten a un servicio semanal, oran, leen la Biblia, y tratan de ser personas decentes.

Sin embargo, la salvación no es el producto de las buenas obras. Venimos al mundo con una naturaleza corrupta, y toda maldad proviene de un corazón apartado del Señor. Pecamos porque somos pecadores. Es así de simple. La buena noticia es que en la experiencia de la salvación se nos da una naturaleza nueva (2 Corintios 5:17). Nuestro pecado es borrado, porque Jesucristo sacrificó su vida por nosotros. Desde el momento en que pusimos nuestra fe en Él, el Espíritu Santo mora en nuestro corazón para que podamos vivir rectamente.

El mundo valora la acción, pero Dios da prioridad a la relación, específicamente a una buena relación con Él. Las personas que van por allí haciendo alarde de religiosidad, están desaprovechando la relación profundamente satisfactoria y gozosa que hay entre un creyente y el Señor.

Podemos ayudar a otros a convertir en una victoria su equivocación, cuando estamos dispuestos a explicarles por qué tenemos esperanza (1 Pedro 3:15). Hable de la relación con Cristo que es posible cuando la persona reconoce su necesidad y pone su fe en Él. Si su luz brilla, ella se reflejará en la iglesia.

“Gracia, Misericordia y Paz”
(encontacto.org)


Salmos 18:3
“Invocaré á Jehová, digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos”.

David estaba resuelto a clamar a Dios en oración. Hagamos lo mismo. Algunos no oran a Dios porque son pecadores; pero Jesús murió precisamente por los pecadores. Otros piensan que su caso es demasiado desesperado; pero Jesús dijo que los sanos no tienen necesidad de un médico, sino los enfermos. Y otros no claman a Dios porque ellos han fracasado en la vida; pero en Dios somos vencedores. Hay otros que no claman a Dios porque todo anda bien. Este caso es el más peligroso de todos, cuando puedes vivir en el pecado y parece que Dios te ignora. Tu caso es muy desesperado, y te aconsejo entrar a la presencia de Dios por la oración y que continúes hasta que alcances la paz que viene por su hijo Jesucristo. Finalmente, Cristiano; que privilegio tenemos que podemos ir al trono de la gracia y clamar a nuestro padre celestial. Como lo hizo David, hagámoslo; temprano y con frecuencia.

Comentario por Francis L. Harris
(versaday)