domingo, 22 de julio de 2012

PIDIÓ EL DOBLE


 Filipenses 4:19
Mi Dios les dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.





Ocurrió hace muchos años. Dos amigos debían separarse y cada uno tenía que tomar decisiones de suprema importancia. Uno se estaba despidiendo de este mundo, y el otro debía reemplazarlo en su trabajo. ¿Qué consejo le pediría a su amigo antes de partir?

¿Ya sabes de quiénes estamos hablando? De Elías y Elíseo, los profetas del Antiguo Testamento (ver 2 Rey. 2).

Durante su último día en esta tierra, antes de ser trasladado, Elías visitó las escuelas de los profetas. En esas escuelas se encontraban los jóvenes que continuarían la obra de reforma espiritual a la cual Elías había dedicado su vida. Ellos representaban la generación de relevo. En sus manos quedaría la sagrada labor de defender la verdad en medio de la idolatría que Acab y Jezabel con tanto celo habían amparado.

Eso en cuanto a Elías. Y Eliseo, ¿qué hizo ese día? Se limitó a seguir muy de cerca a su maestro, el profeta Elías. La responsabilidad de Elías quedaría en sus manos y Eliseo no se sentía preparado. Pero entonces sucede algo asombroso. Elías le dice a Eliseo que pida lo que quiera: «Dime qué quieres que haga por ti antes que sea yo separado de tu lado» (2 Reyes 2:9).

¿Qué pidió Eliseo? «Quiero recibir una doble porción de tu espíritu», dijo. ¡Qué pedido tan extraño! ¿Qué fue lo que en realidad le pidió? Lo que Eliseo le pidió a Elías puede ser expresado de la siguiente manera: «Mi maestro y amigo, tú has sido un campeón en la defensa de Dios y de sus mandamientos. Ahora te vas y yo quedo en tu lugar, pero no me siento capaz de cumplir esta delicada misión. ¿Podrías dejarme el poder, la fidelidad, con que realizaste tu obra?».

¡Qué grandeza la de Eliseo! Pudo pedir algo para su beneficio personal, para su comodidad. Pero pidió tener la capacidad de hacer bien su trabajo.

Si se te concediera el don de pedir lo que quisieras, ¿qué pedirías? Al igual que Eliseo, pídele a Dios que te capacite para cumplir fielmente con sus deberes como hijo, amiga, novio, esposa o lo que fuere. Pídele poder para cumplir la obra de tu vida de un modo que glorifique su nombre.  A Dios le agrada responde estas oraciones.

Dame poder, Señor, para hacer bien mi trabajo hoy, en el nombre de Jesús, Amen.

“Gracia y Paz”
Meditaciones Matutinas

¿NOS HEMOS OLVIDADO DE DIOS?


Hebreos 11:6
“Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

¿Por qué la vida parece tan difícil, como una batalla nunca ganada, algunas veces sin salida? ¿Por qué la paz del corazón, el profundo gozo y el verdadero amor raras veces están presentes? ¿Por qué hay tantas decepciones, tanta soledad? ¿Por qué hay tanto vacío en lo profundo de nosotros mismos?

Todo esto, ¿no vendrá de un olvido? Un olvido casi generalizado que explica por qué la vida, que puede ser tan bella, a menudo sea una triste existencia. ¡Nos hemos olvidado de Dios! Él, quien debería tener el primer lugar, ¿lo ocupa realmente en nuestros pensamientos? Dios existe, por lo tanto es importante, e incluso vital, escucharlo y hablarle. ¡Con Dios todo es diferente!

Pero, ¿quién es Dios? ¿Cómo podemos conocerlo? Nosotros somos sus criaturas; por lo tanto reconozcámosle a él como Creador de todas las cosas. Dios es el Dios Salvador y se reveló al hombre enviando a Jesús, su Hijo, Emanuel, que quiere decir: Dios con nosotros. ¿Qué caso hizo la humanidad a esta manifestación de Dios a los hombres? Jesús fue clavado en una cruz por manos de hombres inicuos. Esto es más que un olvido: es el rechazo al Hijo de Dios, don del amor del Padre para todos los hombres.

Quizás hoy, en medio de su vida ajetreada, todavía olvida a Dios, pero si se acerca a él por medio de Jesucristo, diciéndole que desea conocerle, él le responderá y usted no lo olvidará más.

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

¿NECESITAS FORTALEZA?


2 Corintios 12:7-10
"Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte".

En este pasaje, el apóstol Pablo se refiere a “un aguijón” en su carne. No se sabe a ciencia cierta qué era ese aguijón que él menciona, pero sin duda era algo que le molestaba, que le afectaba grandemente en su vida, y de lo cual quería librarse. Y le pidió a Dios en repetidas ocasiones que se lo quitara. La respuesta del Señor fue la graduación de Pablo en el proceso de aprendizaje y crecimiento espiritual: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Sin duda Pablo entendió profundamente este principio espiritual, ya que no solamente obtuvo la fortaleza que necesitaba, sino que pudo declarar con autoridad: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. Estas palabras parecen paradójicas o contradictorias, pues expresan algo que es muy difícil de entender. Sin embargo es posible experimentarlo si confiamos plenamente en Dios. Con él nuestra debilidad se convierte en nuestra mayor fortaleza.

En abril 19 de 1995 una poderosa bomba estalló en un camión estacionado frente a un edificio del gobierno federal de los Estados Unidos en la ciudad de Oklahoma, dejando un saldo de ciento sesenta y ocho muertos y una gran cantidad de heridos incluyendo muchos niños de una guardería infantil que residía en el edificio. El dolor y el sufrimiento de los residentes de esta ciudad, y de toda la nación fue indescriptible. Poco tiempo después, un reverendo de la ciudad habló ante un grupo de apesadumbrados ciudadanos. La esposa del gobernador del estado de Oklahoma declaró más tarde lo siguiente: “Cuando el reverendo se sentó en la plataforma antes de dar su mensaje, vi a un hombre físicamente débil y emocionalmente agotado. Pero cuando se puso en pie para hablar, exhibió energía y vitalidad. Y cuando se sentó de nuevo, volvió a ser un hombre débil”.

El poder de Dios se manifiesta cuando reconocemos nuestra incapacidad de resolver un problema; cuando entendemos que no somos suficientemente inteligentes o fuertes para salir airosos de una cierta situación, y simplemente nos dejamos caer en los brazos del Señor, sin hacer la más mínima resistencia. Esto, lamentablemente no se produce de manera natural en nosotros, todo lo contrario, nuestro YO siempre se cree capaz de resolverlo todo, y por lo tanto no hay necesidad de acudir a Dios. Por eso es necesario morir al YO, y permitir que la vida de Cristo se manifieste en nosotros plenamente. Pablo tuvo que dejar de ser el que antes era, orgulloso, dominante, juzgador y condenador de todos los que no estaban de acuerdo con lo que él creía que era lo correcto. Tuvo que morir a todo aquel pasado y permitir que el Espíritu Santo lo transformara en una nueva criatura. Después pudo decir con autoridad: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20). Entonces el poder de Dios se manifestó poderosamente en su vida.

¿Te sientes débil? ¿Necesitas fortaleza? El Espíritu Santo, que obró en Pablo y también en este Reverendo, puede obrar en ti de la misma manera si tú dejas que él tome el control de tu situación en lugar de estar luchando por resolverla tú. Ríndete al Señor, arrodíllate ante él, confiesa tu debilidad de todo corazón y clama a él por su ayuda. Entonces podrás decir como Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

ORACIÓN:
Padre mío, confieso que soy débil e incapaz de triunfar por mis propios esfuerzos. Por favor ayúdame a rendirme a ti totalmente para que tu poder se perfeccione en mi debilidad. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

EL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL


Proverbios 2
“Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia, Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades, Que dejan los caminos derechos, Para andar por sendas tenebrosas; Que se alegran haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio; Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos. Serás librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras, La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su Dios. Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, Y sus veredas hacia los muertos; Todos los que a ella se lleguen, no volverán, Ni seguirán otra vez los senderos de la vida. Así andarás por el camino de los buenos, Y seguirás las veredas de los justos; Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados”.

En algún momento, todos nos hemos sentido confundidos, indecisos o desorientados. Podemos vivir victoriosa y confiadamente solo cuando tenemos la capacidad de ver la vida desde la perspectiva de Dios. Necesitamos su ayuda para poder distinguir entre el bien y el mal, lo bueno y lo mejor, y la verdad y el error.

Cada día tomamos muchas decisiones, algunas triviales y otras importantes. El Señor no quiere que nos formemos juicios basándonos en simples apariencias o en el limitado razonamiento humano. Dios desea que veamos la realidad de cada situación tal como Él la ve. También podemos confiarle al Señor nuestras relaciones. Puesto que Él conoce el corazón de cada persona, la única manera que tenemos de relacionarnos sabiamente con otros es siendo sensibles a la dirección del Espíritu Santo que mora en nosotros.

Aunque Dios da a cada uno de sus hijos la capacidad de tener discernimiento espiritual, muchos cristianos ignoran esto. Se mueven a ciegas por la vida haciendo lo mejor que pueden, pero no utilizan esta maravillosa ayuda. Otros no creen que la necesitan. Toman decisiones de acuerdo con su propio saber y entender, sin pensar para nada en el Señor. A menos que cooperemos con Dios en cuanto al desarrollo de su maravilloso regalo del discernimiento, éste se mantendrá inactivo en nosotros.

El discernimiento comienza con una actitud dócil y humilde. Si usted ha estado manejando sus decisiones, situaciones y relaciones usando su propio razonamiento, arrepiéntase de esto ante Dios; pídale su perspectiva, y busque dirección en su Palabra.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

RODEADO DE ORACIÓN



 Romanos 15:30
“Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios”.









Sydnie, la hija de nueve años de mi amiga Melissa, estaba internada en el hospital para que le aplicaran quimioterapia y le hicieran un trasplante de médula ósea, cuando soñé con ella. En mi sueño, la niña estaba con sus padres en una habitación central del hospital. Alrededor del cuarto, había una serie de salones donde los familiares y los amigos estaban orando constantemente por ella durante los períodos de tratamiento.

En la vida real, Sydnie no estaba físicamente en el centro de parientes y amigos en habitaciones adyacentes, pero, espiritualmente hablando, aún se encuentra rodeada de oraciones y de amor.

Al parecer, el apóstol Pablo tenía deseos de estar rodeado de oraciones. En la mayoría de sus cartas a las iglesias, pedía que lo recordaran en oración delante del Señor (2 Corintios 1:11; Efesios 6:18-20; Colosenses 4:2-4; Filemón 22). A los creyentes en Roma, les escribió: «… os ruego, hermanos, […] que me ayudéis orando por mí a Dios» (Romanos 15:30). Sabía que no podía ser eficaz en su servicio a Dios sin el poder del Altísimo.

La Biblia nos relata que Jesús ora por nosotros (Juan 17:20; Hebreos 7:25), y que también lo hace el Espíritu Santo, cuyas plegarias son acordes a la voluntad de Dios (Romanos 8:27). ¡Qué consolador es estar rodeado de oraciones!

La oración impulsada por el Espíritu Santo es poderosa.

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LEA: Romanos 15:22-33
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Biblia en un año: Eclesiastés 4–6
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

AMARGURAS EN EL CORAZÓN



Efesios 4:31
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.”








La palabra “amargura” proviene de una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado, vale decir, que punza hasta lo más profundo del corazón. Frente a mi casa, cada día veo pasar a un vecino de edad mayor (67 años) ya jubilado, y cada vez que intento conversar con él y hablarle de Dios, veo en su rostro amargura por “todo” lo que está a su alrededor.  Escucho con atención sus palabras de eterna queja contra sus hijos, el gobierno, el tiempo y la salud.  Me da mucha tristeza su amargura, su infelicidad y soledad.  La amargura es el resultado de sentimientos muy profundos que sólo Dios puede restaurar. Espero en el Señor, tocar su corazón con La Palabra de Dios y que el Él cambie lo que resta de su vida.  En el nombre del Señor, amén y amén.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida

PROMESAS BÍBLICAS (Parte 5)



DUDA
Mateo 21:21-22
“Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”.

ENFERMEDAD
Isaías 53:4-5
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

ESCASEZ
Filipenses 4:19
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.

ESPERANDO
Salmo 40:1-4
“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira”.

ESPERANZA
1 Pedro 1:3-5
“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, Para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”.

“Gracia Y Paz”
El Versículo del Día

¡QUE BUENO ES OÍR LA VOZ DEL MAESTRO!


Mateo 14:27
“Mas luego Jesús les habló, diciendo: Confiad, yo soy; no tengáis miedo”.






Los discípulos de Cristo se encontraban en una tempestad furiosa en El Mar de Galilea entre las 3:00 y 6:00 A.M., o sea “en la cuarta vigilia de la noche”. En medio de esta fuerte tempestad, mientras que la lancha se movía de un lado a otro, los discípulos vieron a Jesús andando sobre el agua, y pensando que era un espíritu, gritaban por el miedo. ¿Puedes imaginar el miedo y el pánico que se apoderó de ellos? Luego oyeron la voz familiar de nuestro Salvador, “Confiad, yo soy, no tengáis miedo”.

Las tempestades que nos azotan tal vez son de otro género como las deudas, la salud, etc., pero son iguales de espantosas. Cuando las tempestades de esta vida nos asaltan y parece que nos vamos a hundir, ¡que bueno es oír la voz del Maestro, “Confiad, yo soy, no tengáis miedo”.

“Gracia y Paz”
 Un Versículo de la Biblia cada Día