viernes, 7 de noviembre de 2014

DIOS DESEA QUE MOSTREMOS A OTROS EL CAMINO



Dicen que el ejemplo vale más que mil palabras. Quizás muchos no leerán en su vida otro evangelio que lo que nosotros les mostremos con nuestras propias vidas. Por eso es muy importante que vivamos una vida de entrega a Cristo, buscando su voluntad, obedeciendo su palabra y llevando la luz dondequiera que vayamos. Nosotros hemos de marcar la diferencia, para que el mundo vea en nosotros el reflejo de Cristo.

La gente está cansada de palabras y más palabras, pero el impacto que produce en los demás, una vida de entrega a Dios, eso siempre queda y no pasa inadvertido.

Hay mucha gente que nunca ha escuchado un sermón, y tal vez nunca han tenido una Biblia en sus manos, pero el testimonio de una vida entregada a Cristo indudablemente despertará en ellos el deseo de conocer más.

Debemos de ser imitadores de Cristo, o mejor dicho: FIELES SEGUIDORES DE CRISTO, y apartarnos de toda forma de pecado. Somos hijos del Dios altísimo y nuestro testimonio debe de ser de fidelidad y obediencia.

¿Vive Cristo en nuestras vidas de tal manera que los demás se den cuenta de ello?
¿O tal vez nos confundimos tanto con el mundo, que nadie nota la diferencia?
¿Estamos mostrando al mundo que ser cristiano vale la pena?
¿Contagiamos a los demás de nuestra pasión por Cristo?
¿Que ven en nuestras caras, gozo o desánimo?


¡Gracia y Paz!

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