Isaías 41:10
“No temas, porque yo estoy
contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios…”
Al atleta y campeón Eric Liddle
no le resultó difícil rehusarse a correr un domingo en los Juegos Olímpicos de
1924 porque creía fervientemente que el día del Señor era para adorar y
descansar.
Un dilema más profundo se le
había presentado un año antes cuando le pidieron que le hablara de su fe en
Cristo a un grupo de trabajadores de una mina de carbón. Liddle declara en
cuanto a su lucha: «Toda mi vida me había mantenido alejado de las actividades
en público, pero ahora el Señor parecía estar guiándome en la dirección
contraria, y me acobardaba pasar al frente para hablar. En esta ocasión, decidí
dejar todo en manos de Cristo. Después de todo, Él me había llamado a hacerlo,
así que, me proveería toda la fortaleza necesaria. Cuando me dispuse a
obedecer, se me concedió el poder para hacerlo».
El día después de aceptar hablar
públicamente de su fe, Eric recibió una carta de su hermana Jenny, que estaba
en China. Ella la había escrito unas semanas antes, y terminaba con el
siguiente versículo de las Escrituras: «No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia» (Isaías 41:10).
Todo llamado de Dios es una
oportunidad para que digamos que sí y para que confiemos en su fuerza y no en
la nuestra.
1 Tesalonicenses 5:24
Fiel
es el que os llama, el cual también lo hará.
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LEA: Isaías 41:8-14
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Biblia en un año: Isaías 25–27
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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