sábado, 19 de mayo de 2012


Él renovaba sus fuerzas en Dios

Isaías 40:28-31
“¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.

Hubo muchos campeones mundiales de Formula 1, pero solo uno que fue brasilero. Ayrton Senna, tres veces campeón mundial, 41 victorias en grandes premios, fue considerado el mejor corredor de su generación. Un hombre que en la plenitud de su carrera, a los 34 años de edad encontró la muerte conduciendo su auto en el gran premio de San Marino en 1994.

Pocos saben que Ayrton Senna había declarado a un periodista su fe en Dios y le había dicho que nunca se separaba de su Biblia la cual leía cada día. Esta lectura cambió mi vida, dijo con sinceridad. Encontré la solución a mis problemas. Creo en Dios, Él es quien tiene el control de mi vida. Al terminar la carrera en San Marino con su triste desenlace, se encontró en su hotel una marca en este texto de su Biblia.

No siempre Ayrton fue un gran campeón. En su vida seguramente hubo muchos momentos de desánimo, de tristeza y de desesperación. Pero este gran hombre aprendió a superarse. Y tuvo la grandeza de revelarnos su secreto para ser el mejor de su generación, "Él renovaba sus fuerzas en Dios". Y le pedía al Padre Celestial que lo ayudase para dar un nuevo paso.

Tal vez no seas tan famoso como Ayrton, ni tengas la prensa de un gran campeón. Tal vez no tengas tanto dinero ni tanto éxito. Pero seguramente, también te sientas desanimado, con problemas y en dificultades. Tal vez tengas ganas hoy de tirar la toalla y abandonarlo todo. Estás demasiado cansado y triste para dar un paso más y quieres renunciar.

Imitá al gran Senna en la búsqueda de aliento. No hay secretos mágicos para grandes personalidades, Dios tiene la grandeza y la amplitud de brindar su apoyo y sostén a cada uno. A Dios no le preocupa tu fama, tu experiencia, tu historia familiar, tus logros, tu dinero o tus fracasos. Él solo espera que tengas la delicadeza de pedirle su ayuda. Y Dios, que es absolutamente generoso, va a renovar tus fuerzas. Va a tonificar tu ánimo, y te dará el poder para seguir avanzando. Tal vez no pases a la fama como Ayrton, pero no vas a estar agotado.

“Gracia y Paz”

(Daniel Pérez Cliffe)

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