jueves, 13 de marzo de 2014

¡PREPARADO PARA VIVIR EN VICTORIA!



¡Preparado para vivir en victoria!

Mateo 4:1-11
“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían”.

Esta escritura nos muestra que cada vez que Satanás trató de hacer caer a Jesús, Jesús le contestó con las Escrituras. El Señor no pronunció una sola palabra sin antes decir: “Escrito está.” Él sabía perfectamente que el diablo no podía resistir el inmenso poder de la Palabra de Dios. Sin duda, esta es una poderosa enseñanza de cómo debemos responder en momentos de tentación y de pruebas.

En su carta a los efesios, el apóstol Pablo usa la imagen de un soldado romano completamente equipado para la guerra para describir la armadura espiritual que debe usar el creyente: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:10-11). No es esta comparación un simple simbolismo guerrero, sino es la provisión de defensa de Dios para sus hijos, los cuales frecuentemente nos enfrentamos a tremendas presiones y a fuertes ataques del enemigo. Una manera muy efectiva de mantener alejado a Satanás es precisamente “vistiéndonos” de “toda la armadura de Dios” cada mañana al levantarnos.

En este pasaje Pablo menciona algunas armas que son componentes de esta armadura espiritual. Habla del “escudo de la fe” y “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”. El escudo de la fe lo usamos para apagar los dardos de fuego del enemigo y la palabra de Dios para ahuyentarlo, como hizo Jesús en el desierto. De aquí la importancia de que estudiemos la Biblia consistentemente y que sembremos su verdad en nuestros corazones. El complemento perfecto de esta armadura es la oración constante. Así termina este pasaje: “…orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu...” (Efesios 6:18).

Antes de enfrentarse a Satanás, Jesús ayunó y oró durante cuarenta días. Y cuando llegó el momento de la prueba y la tentación, su cuerpo estaba débil pero su espíritu estaba fortalecido y dispuesto a enfrentarse al mismo diablo. Portando el escudo de la fe y la espada del Espíritu, Jesús se enfrentó a Satanás y le dijo: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían”. El apóstol Santiago resume esta acción de la siguiente manera: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:10).

Si llevamos esta enseñanza a la práctica saldremos triunfantes de toda prueba o tentación que se presente en nuestras vidas. No hay nada, absolutamente nada que temer para el cristiano que escudriña las Escrituras y pasa tiempo en oración.

Hazte el propósito de aprender de memoria este pasaje de Efesios 6:10-18, y al levantarte en la mañana repítelo mientras oras al Señor pidiendo su poder y su fortaleza. Ten la seguridad de que tendrás un día de absoluta victoria, independientemente de las circunstancias que te encuentres.

ORACIÓN:
Bendito Padre celestial, te ruego me ayudes y me fortalezcas para obtener la victoria siempre en cualquier situación en la que me encuentre, y que tu nombre sea glorificado en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.


“Gracia y Paz”

Dios te Habla

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