jueves, 13 de marzo de 2014

LA MUERTE DE JUAN EL BAUTISTA, UNA HISTORIA TRISTE EN LA BIBLIA



La Muerte de Juan el Bautista, Una historia triste en la Biblia

Su prisión ocurrió cerca del inicio del ministerio de Jesús (Mateo 4:12). Fue decapitado por Herodes (Mateo 1-12).

Lo más triste de la historia es suavizado por el contraste entre Juan y los responsables de su muerte. Un contraste marcado entre un hombre bueno y una familia depravada. Un contraste que ciertamente provee varias lecciones opuestas, que indudablemente nos deben de animar a vivir piadosamente.

En este tema, debemos observar lo que se dice acerca de “La Muerte de Juan el Bautista”, analizando a los cuatro personajes claves en esta narración.


La Fidelidad de Juan

JUAN PROBÓ SER UN PROFETA VERDADERO: Su mensaje fue un llamado al arrepentimiento (Mateo 3:1-2). También llamó a los líderes religiosos al arrepentimiento (Mateo 3:7-8). No dio marcha atrás al señalar los pecados del rey (Mateo 14:3-4). Herodes estaba casado con la esposa de su hermano Felipe, Herodías. Era un matrimonio ilegal, por varias razones: Felipe aún estaba vivo, haciéndolo adúltero (Romanos 7:1-3). Ella era sobrina de Herodes, haciéndolo incesto. La ley prohibió el matrimonio con la esposa del hermano (Levítico 18:16; 20:21). En lugar de cambiar su mensaje para acomodarlo al rey, ¡Juan estuvo dispuesto a ir a prisión y finalmente morir por la Palabra de Dios!


SU FIDELIDAD DEBE INSPIRARNOS HOY:

A estar en la verdad de la Palabra de Dios, aun cuando no le agrade a muchos y para otros no sea políticamente correcto. A proclamar la ley de Dios sobre el matrimonio, aún si esto enoja a otros.

La ley de Dios sobre el matrimonio lleva todo el camino de vuelta a la creación (Mateo 19:4-8). Cristo definió la única circunstancia en la cual podrían divorciarse y volverse a casar (Mateo 19:9). Entonces no todos los matrimonios son “legales”; pudiera haber ocasiones cuando debemos decirle a alguien: “No te es lícito tenerla” (Mateo 14:4).

La fidelidad de este hombre piadoso fue sostenida, especialmente cuando se contrasta con los miembros de la familia impía que consideramos ahora:


EL DESCARO DE SALOMÉ:

Salomé era una muchacha una muchacha desvergonzada, de hecho, era la hija de una mujer desvergonzada (Mateo 14:6).

Su danza es como “algún tipo de movimiento rápido... una exhibición descarada de danza indecente”. Ella danzó de esta forma, no solo delante de Herodes, sino también delante de sus invitados (Marcos 6:21-22).

Su desvergüenza es repetida hoy con frecuencia, porque hay mucho baile moderno similar a la lascivia de la danza de Salomé. Baile o danza diseñada para despertar las pasiones carnales. Debido a su atractivo físico, la danza se presta por sí misma a propósitos eróticos y ha sido practicada para estos fines por ambos sexos. Tal descaro es condenado como obscenidad, lascivia y libertinaje.

La palabra griega para “obscenidad” (aselgia) es “deseo desenfrenado, actos o maneras sensuales, incluyendo palabras obscenas, movimientos corporales indecentes, manejo impúdico de machos y hembras”.

El descaro de Salomé contribuyó a la muerte de Juan el Bautista. Similar pérdida de propiedad entre los hombres y las mujeres los llevan también hoy a muchos problemas. De hecho, esta joven fue indudablemente influenciada por su madre.


La venganza de Herodias:

Herodias era una mujer vengativa. Ella era el objeto de la reprimenda de Juan a Herodes (Mateo 14:3-4). Ella había estado casada con Felipe, medio hermano de Herodes Antipas. Herodes había estado casado con la hermana de Aretas, un rey árabe de Petraea. Después de que Herodes había estado en una fiesta en casa de Felipe, él y Herodías se fugaron para contraer matrimonio cuando aún estaban casados con sus cónyuges. En ese momento ellos estaban casados, por lo cual Juan los reprendió (Marcos 6:17-18).

En su venganza, ella (Herodias) impulsó a Herodes para que aprisionara a Juan (Marcos 6:17-18). Ella deseaba matar a Juan, aunque temporalmente se previno de hacerlo (Marcos 6:19). Ella impulso a su hija a pedir la cabeza de Juan en un plato (Marcos 6:22-25).

Tal deseo intenso de venganza con frecuencia destruye vidas. Por medio de la venganza la gente con frecuencia recurre a medidas desesperadas. Por ejemplo, Simeón y Leví, los cuales se vengaron matando a los de Siquem (Génesis 34:1-31). Movió a Joab a matar a Abner, un hombre honorable (2 Samuel 3:27; 1 Reyes 2:29-33).

La venganza condujo a la caída de gente tal como: Amán, el cual intentó matar a Mardoqueo y a los judíos (Esther 3-7). Los edomitas y los filisteos, quienes tomaron venganza sobre Judá (Ezequiel 25:12-17).

La venganza destruye familias, amigos, socios; lastimando más a aquellos que la ejercen. Esto es el por qué que se nos manda dejar la venganza a Dios (Proverbios 24:29; Romanos 12:17-19; 1 Tesalonicenses 5:15; 1 Pedro 3:9).

Finalmente, consideramos que el rey fue manipulado como un peón, como observamos en la debilidad de Herodes.

Herodes Antipas era un hombre débil. Hijo de Herodes el Grande, vemos su debilidad manifestada por su superstición, al suponer que Jesús era Juan levantado de la muerte (Mateo 14:1-2). Su infidelidad, al abandonar a su primera esposa y casarse con Herodías (Mateo 14:3-4). Su miedo de la multitud y del mismo Juan, lo cual previno a Herodes de matarlo al principio (Mateo 14:5; Marcos 6:20). Su manipulación por parte de Salomé y de Herodías (Mateo 14:6-8). Su temor a sus invitados, delante los cuales temía hacer el ridículo (Mateo 14:9).

Su debilidad eventualmente lo llevó a la muerte, porque Herodías más tarde lo impulsó a unírsele para apelar a los favores de Cesar. Pero fueron acusados de alta traición y desterrados a Leones de Gaul, en donde murió en gran miseria.

Tal debilidad moral puede ser hoy un problema. Podemos ser destruidos por la debilidad total:
Sucumbiendo a la tentación. Permitiendo a otros que nos presionen en pecar (1 Corintios 15:33).

Los cristianos necesitamos permanecer fuertes. Veamos el ejemplo de hombres como José y Daniel (Génesis 39:1-12; Daniel 1:8). Buscando a Dios por ayuda y por fortaleza (1 Corintios 10:13; Efesios 3:16; Filipenses 4:13). Buscando la aprobación de Dios, no de los hombres (Gálatas 1:10).


Conclusión:

En “La Muerte de Juan el Bautista”, al principio parece ser que el pecado es el ganador. Herodes tuvo éxito en aprisionar y matar a Juan. Herodías y Salomé tuvieron éxito en manipular a Herodes deshacerse de Juan. Hoy día hay ocasiones que parece que la gente impía es la única que gana en la vida. La gente que evidentemente viola la ley de Dios sobre el divorcio y las segundas nupcias. Los jóvenes que ganan gran popularidad por medio de una conducta indecente. Pero como es revelado por el salmista (Salmo 73:1-28), tal éxito aparente, es fugaz.

Indudablemente, Dios traerá al malvado a juicio. Algunas veces será recibido aun en esta vida, como pasó con el exilio de Herodes y de Herodías

¿En los zapatos de quién quieres estar ahora? ¿De Herodes? ¿De Herodías? ¿De Salomé?

¡Podría la fidelidad de Juan recordarnos que servir a Dios es la única forma de obtener la vida eterna y la verdadera felicidad!


“Gracia y Paz”
Editado por: Carlos Martínez M.

Amigo Val

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