lunes, 22 de abril de 2013

¿PUEDES GOZARTE Y DAR GRACIAS POR TODO?



1 Tesalonicenses 5:16-18
“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".

El pasaje de hoy contiene dos instrucciones muy difíciles para la mayoría de nosotros: “Estad siempre gozosos” y “Dad gracias en todo”. El sufrimiento es algo muy natural en la vida de cualquier ser humano. Desde que una persona nace hasta que muere, invariablemente pasará por muchas pruebas, problemas, crisis de todo tipo que ocasionan sentimientos de tristeza y de dolor. Esta es la reacción natural ante esas situaciones. Por eso es tan difícil sentir gozo, y mucho más difícil es dar gracias en medio de estas circunstancias. Entonces, ¿por qué Dios espera que tengamos esta actitud?

Primeramente porque él puede usar el sufrimiento para madurarnos, pulirnos, perfeccionarnos, y llevar a cabo su plan de hacernos conformes a la imagen de su Hijo. Si creemos esto de corazón y confiamos en él seremos capaces de sentir gozo en medio de la prueba. La Palabra de Dios dice en Santiago 1:2-4: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.

En segundo lugar, Dios tiene un propósito específico por medio de la gratitud. Cuando somos agradecidos, estamos más concientes de su presencia y más motivados a encontrar su propósito en nuestras vidas. La gratitud nos enseña a confiar en Dios, fortalece nuestra fe y aumenta nuestra dependencia de él. ¿Pero cómo es posible dar gracias en todo? Primero debemos aceptar a Jesucristo como Salvador. Entonces el Espíritu Santo viene a morar en nosotros, y nos capacita para hacer todo lo que Dios quiere que hagamos.

Es el Espíritu Santo quien nos dirige y nos mueve a buscar el poder del Señor por medio de la oración constante. Y aquí se pone de manifiesto la exhortación del pasaje de hoy: “Orad sin cesar”. ¿Y esto cómo es posible? Evidentemente el apóstol Pablo no quiso decir que orar requiere estar siempre en una postura de cabeza inclinada y con los ojos cerrados. Se puede vivir en un estado permanente de conciencia de la presencia de Dios. Esto es orar, y es posible hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar. La oración en este sentido, más que hablar, es estar interiormente en comunión constante con el Señor, de manera que cada pensamiento esté accesible a la presencia de Dios.

Cuando nos enfocamos totalmente en Dios seremos capaces de sentir gratitud, y podremos estar por encima de nuestros problemas. Cada vez que le damos gracias al Señor y nos gozamos en él, su gloria se manifestará en nosotros y recibiremos su fortaleza y su poder para vencer las circunstancias negativas. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7). Cuando en medio de la prueba oramos, y damos gracias a Dios, una paz indescriptible nos envuelve.

Debemos ser agradecidos porque Dios nos ha dado todo lo que tenemos. 1 Corintios 4:7 dice: “¿Qué tienes que no hayas recibido?” Pero sobre todas las cosas debemos ser agradecidos porque “esta es la voluntad de Dios”, declara el pasaje de hoy. También Colosenses 3:15 nos anima a ser agradecidos. Dice así: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”.

Y si todavía te resulta difícil sentir gozo y ser agradecido, piensa por un momento en la cruz del Calvario, en el dolor y el sufrimiento tan terribles que Jesús soportó por ti y por mí. Todo con el fin de librarnos de la condenación y darnos vida eterna junto a él en el cielo.

¿Crees que puedes dar gracias a Dios en este momento?

ORACIÓN:
Amante Padre celestial, reconozco que para mí es imposible sentir gozo y gratitud en medio de las pruebas y las situaciones difíciles que tengo que atravesar. Te pido que sea tu Espíritu Santo produciendo en mí su fruto de gozo y de paz, para que yo pueda darte gracias cualesquiera sean las circunstancias que me rodeen, confiando que todo obrará para bien. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

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