lunes, 2 de febrero de 2015

¿TE HAS DESVIADO DE LA SENDA ANTIGUA?



Después que el pueblo de Israel fue liberado de la esclavitud en Egipto, Dios les habló por medio de Moisés, y les ofreció un pacto. La responsabilidad de ellos era simplemente seguir las instrucciones del Señor, y entonces serían abundantemente bendecidos. Así les dijo Dios: “Si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra” (Éxodo 19:5). Era su plan llevarlos a “una tierra buena y ancha, tierra que fluye leche y miel” (Éxodo 3:8). Sin embargo, los israelitas no fueron obedientes y como resultado la mayoría de ellos murieron en el desierto sin llegar a disfrutar de la tan ansiada tierra prometida. A través del tiempo, en muchas ocasiones, por medio de los profetas Dios los amonestó por su desobediencia y los invitó a venir a él. Por ejemplo en Malaquías 3:7, el Señor les dice: “Os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Yahweh Dios de los ejércitos”. En la escritura de hoy, por medio del profeta Jeremías, Dios habla a este rebelde pueblo, y nuevamente les da instrucciones con el fin de que dejaran el camino que habían tomado y regresaran a “las sendas antiguas”. Entonces “hallarían descanso para el alma”.

Jesús hace una invitación similar en Mateo 11:28-30: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Al igual que dos bueyes se unen por medio del yugo, Jesús invita a unirse a él a todos aquellos que están cargados y cansados de caminar sin una dirección determinada. Y les ofrece descanso para sus almas.

Si nos hemos desviado del camino del Señor, ¿cómo podemos aplicarnos la enseñanza de hoy? Veamos:

1. “Paraos en los caminos, y mirad”. Esta es una invitación a hacer un alto en el camino, a reconocer que estamos extraviados y mirar atentamente las diferentes opciones que tenemos, hasta que estemos seguros cual es la dirección correcta que debemos tomar.

2. “Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino”. Preguntar y pedir consejo a aquellos que tienen más experiencia es siempre una buena idea. El camino de las pruebas ha sido bien transitado por hombres y mujeres cuya fe los ha llevado en dirección a la gloria de Dios. Lee la Biblia y pide al Señor que te revele el buen camino de la fe, el cual tomaron aquellos que obtuvieron la victoria.

3. “Andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma”. Toma la firme decisión de caminar por ese camino de fe y ora por fuerzas para andar por él con los ojos fijos en Jesús, “el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2). Busca constantemente el poder del Espíritu Santo para dar el próximo paso, y procura ser obediente en todo lo que hagas. Descubrirás que a medida que sigues al Señor encontrarás un dulce descanso que llenará tu alma de paz y de gozo.

Más adelante, Dios se dirige de nuevo a Jeremías y le ordena que tome un rollo y escriba todo lo que él le había dicho sobre la rebeldía de Israel y de Judá. Entonces dijo: “Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado” (Jeremías 36:1-3). Esta misma promesa la encontramos en la Biblia escrita por el apóstol Juan casi siete siglos después. Dice 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.

Arrepiéntete y cambia el rumbo de tu vida. No hagas como hizo el pueblo de Israel. El pasaje de hoy dice que ellos dijeron: “No andaremos”. Por eso no disfrutaron de la paz de Dios. Así les dijo el Señor más tarde por medio del profeta Isaías: “¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar” (Isaías 48:18). Aplica esta enseñanza a tu vida y disfrutarás de paz y descanso en tu caminar por este mundo.

Oración:
Amoroso Dios, te ruego me des discernimiento para ver el camino que debo tomar, y las fuerzas para mantenerme en él y así disfrutar de ese descanso para mi alma. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

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