jueves, 15 de enero de 2015

¡DESPIÉRTATE, TÚ QUE DUERMES!


¡DESPIÉRTATE, TÚ QUE DUERMES!

Efesios 5:8-17
“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”

En algunas regiones de África Central, muchas personas han sido afectadas por una enfermedad conocida como “la enfermedad del sueño”. En una epidemia que ocurrió entre 1901 y 1904, murieron más de 100,000 personas en una sola provincia. Esta enfermedad es causada por un parásito que transporta una mosca llamada tse-tsé. Cuando la mosca pica a una persona le transfiere el parásito, el cual se multiplica lenta pero firmemente en la sangre de la víctima. Es un proceso que no produce dolor, sino que se manifiesta con un estado de somnolencia hasta que finalmente causa la muerte de la persona infectada.

En el aspecto espiritual hay una “enfermedad” que se manifiesta de manera similar. Nuestro enemigo el diablo muchas veces utiliza la técnica de “adormecernos” o insensibilizarnos en nuestra vida espiritual con el fin de afectar nuestra comunión con Dios, detener nuestro crecimiento espiritual y separarnos de la presencia del Señor lo que eventualmente produce la muerte espiritual que no es más que la separación de Dios. Con este fin nos incita a que utilicemos nuestro tiempo en cosas que no nos edifican espiritualmente. Un ejemplo es la televisión. ¿Cuántas horas pasamos frente al televisor viendo una novela, o un evento deportivo o cualquier otra cosa? No es que todo lo que vemos en la televisión sea pecaminoso, pero es cierto que a veces dedicamos demasiado tiempo a esta actividad, y por lo tanto no dejamos lugar para edificarnos espiritualmente.

También, en estos tiempos modernos, la aparición del Internet ha dado lugar a otra forma de “adormecernos” en nuestra actividad espiritual. Muchas veces nos envolvemos tanto en este medio que no nos percatamos de que el tiempo ha pasado, y ya no hay tiempo para leer la Biblia, u orar, o hacer una llamada a un hermano enfermo o participar en alguna actividad de la iglesia que glorifique el nombre de Dios. Pero, ¿qué podemos hacer para evitar este adormecimiento espiritual?

En primer lugar, tenemos que estar conscientes del peligro de caer en esa pereza espiritual. Antes de que se conociese la relación de la mosca tse-tsé con la enfermedad del sueño, nadie se preocupaba por espantar las moscas. Después de descubrir la causa, la actitud de todo el mundo cambió e incluso el gobierno comenzó a limpiar el área de alrededor de las casas. Cortaron los matorrales y rociaron los criaderos con insecticida. Así crearon un medio ambiente donde la mosca no podía desarrollarse. En el aspecto espiritual es necesario crear un medio ambiente de limpieza para el alma, buscando diariamente una comunión con el Señor por medio de la oración y el estudio de la palabra de Dios. Las “moscas” de la tentación y del pecado no nos infestarán si mantenemos nuestra vida limpia y fortalecida con el poder de la palabra de Dios. La escritura de hoy nos exhorta a andar como sabios, “aprovechando bien el tiempo”, y a no ser “insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.

Hay un viejo dicho popular que dice: “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. Si no quieres que la corriente del pecado te lleve a la destrucción, despierta del sueño espiritual, y dale prioridad a la búsqueda de la voluntad de Dios y a obedecerla para que su luz redentora alumbre tu vida. Así dice el pasaje de hoy: “Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo”.

Oración:
Amado Padre, por favor ayúdame a permanecer activo en las cosas de tu reino, y no permitas que las cosas de este mundo desvíen mi atención de lo que debe ser una prioridad: buscar tu voluntad y obedecerte. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

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