martes, 30 de diciembre de 2014

¿QUÉ PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO DEBERÍA HACER UN CRISTIANO?


¿QUÉ PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO DEBERÍA HACER UN CRISTIANO?

La costumbre de de hacer propósitos de Año Nuevo se remonta a más de 3,000 años con los antiguos babilonios. Cada que inicia un nuevo año nos hace pensar en un nuevo comienzo, una nueva etapa. La verdad es que, sin ser “aguafiestas” ni nada que se le parezca, no hay ninguna diferencia entre el 31 de diciembre y el 1º de enero. Nada místico ni mágico ocurre a la media noche del 31 de diciembre. La Santa Palabra de Dios no habla en favor ni en contra de la celebración de Año Nuevo.

Los propósitos de Año Nuevo más comunes en la gente natural son: dejar de fumar, dejar de beber, manejar el dinero más sabiamente, pasar más tiempo con la familia, bajar de peso, comer sanamente, hacer ejercicio, etc. Indudablemente todos estos son buenos objetivos, sin embargo, solo por mencionar un ejemplo, con respecto al ejercicio, en 1 Timoteo 4:8 se nos enseña a mantener el ejercicio físico en perspectiva: “Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y la venidera”. La gran mayoría de los propósitos de Año Nuevo, aún entre los cristianos, tienen que ver con el aspecto físico. Esto no debería de ser.

Si un cristiano desea hacer propósitos de Año Nuevo, ¿Cuáles son los propósitos que debería hacer? Muchos cristianos determinan orar más, leer la Biblia todos los días y congregarse más regularmente. Estos son objetivos excelentes, sin embargo, estas resoluciones fallan tanto como las no espirituales, porque, como ya lo dijimos al principio, no hay ningún poder místico ni mágico en las “resoluciones de Año Nuevo”. La determinación para comenzar o terminar cierta actividad no tiene ningún valor, a menos que se tenga verdadera motivación para hacer o dejar de hacer esa actividad. Por ejemplo, ¿Por qué quieres leer la Biblia todos los días? ¿Es para honrar a Dios y crecer espiritualmente, o porque escuchaste que es bueno hacerlo? ¿Por qué quieres bajar de peso? ¿Es para honrar a Dios con tu cuerpo, o es por vanidad, para honrarte a ti mismo?

Si Cristo es el centro de nuestros propósitos de Año Nuevo, tenemos el 100% de posibilidades de tener éxito, dependiendo de nuestro compromiso para hacerlo. Recuerda lo que nos dice Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Asimismo lo que Juan 15:5 nos enseña: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Si es la voluntad de Dios que algo se cumpla en nuestras vidas, Él nos ayudará a realizarlo. Si un propósito no es para honrar a Dios o no está de acuerdo con la Palabra de Dios, no recibiremos ayuda de Dios para lograrlo.

Cualesquiera que sea nuestra lista de buenos propósitos de Año Nuevo, debemos pedir sabiduría (Santiago 1:5) para saber qué propósitos quiere Dios que hagamos. Pedir fortaleza para alcanzar esos objetivos. Confiar en que Dios nos dará la sabiduría y las fuerzas para lograrlo. No desanimarnos con los fracasos ocasionales, sino usarlos para que éstos nos motiven más. No envanecernos con los éxitos que logremos, sino dar gloria a Dios.

Debemos hacer todo en Cristo y para Cristo. Pensemos que cualquier cosa que hagamos tenemos que hacerla de corazón, ¡Cómo si se lo hiciéramos al Señor! “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

El Salmo 37:5-6 nos dice: “Encomienda a Yahweh tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, tu derecho como el mediodía”.


¡Gracia y Paz!

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