sábado, 1 de noviembre de 2014

Salmo 1:3



“Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento”. Diariamente separa un tiempo para meditar en la Palabra de Dios, poco a poco te darás cuenta que el Espíritu Santo empezará a trabajar en tu vida, transformando tu mente, emociones y acciones de manera que estés más capacitado para agradar y servir al Señor. Esto, sin duda, traerá muchas bendiciones a tu vida.

Así lo afirma el Salmo 1:1-3: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”


¡Gracia y Paz!

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