miércoles, 9 de abril de 2014

“Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo”


Deuteronomio 28:3
“Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo”.

El pasaje continua diciendo: “Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias,” etc. y “Bendito serás en tú entrar, y bendito en tu salir”. Servimos a un Señor misericordioso y bueno. Cuando nos entregamos a Él, y damos la espalda a todo lo que es feo, pecaminoso, o sucio, Él se deleita en colmarnos con bendiciones y beneficios.

Pero hay que tener en mente que estas bendiciones se aplican solamente a los que honramos al Señor con nuestras vidas, y andamos en obediencia a sus mandamientos; a los que nos hemos rendido a Cristo y vivimos diariamente para agradarle a él.

“Gracia y Paz”

Un Versículo de la Biblia cada Día

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