¿Te estas alejando del Señor?
Apocalipsis 2:2-5
“Yo conozco tus
obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y
has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado
mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente
por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado
tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz
las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de
su lugar, si no te hubieres arrepentido”.
Muynak fue una
vez un floreciente puerto pesquero del Mar de Aral (antiguamente uno de los
cuatro lagos más grandes del mundo, con una superficie de 68,000 kilómetros
cuadrados). Pero hoy Muynak está en el borde de un desierto amargo y salado.
Sobre las dunas de arena se ven los cascos oxidados de una flota pesquera que una
vez navegó por encima de la superficie de la fuente de vida de Asia Central.
Las cosas empezaron a cambiar desde la década de 1960, cuando los
planificadores del gobierno soviético construyeron canales para desviar los
ríos que alimentaban este inmenso lago con el fin de irrigar los campos de
algodón más grandes del mundo. Nadie pudo prever el desastre ecológico que
resultaría de ello. El Mar de Aral se ha reducido a menos del 10 por ciento de
su tamaño original. El clima se ha vuelto muy extremo, la temporada de cosecha
se ha acortado en dos meses, y el ochenta por ciento de la tierra cultivable de
la región se ha arruinado por las tormentas de sal que azotan desde el seco
lago. Este hecho se ha calificado como uno de los mayores desastres
medioambientales ocurridos en la historia reciente.
En la iglesia de
Efeso sucedió algo similar a la historia de Muynak. Aunque una vez eran una
comunidad espiritual floreciente, los creyentes de Efeso desviaron su atención
de Cristo y la pusieron en las obras que estaban haciendo en su nombre. En el
pasaje de hoy, el Señor reconoce las buenas obras que ellos habían hecho, pero
les dice: “Tengo contra ti que has dejado tu primer amor”. Es decir, perdieron
la visión de lo más importante en su relación con Cristo: su amor por él, y se
alejaron de él. Por eso, a través del apóstol Juan, el Señor les advierte:
“Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras
obras; pues si no, vendré presto á ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si
no te hubieres arrepentido”. Debemos ser muy cuidadosos, pues no es difícil que
nos pase lo mismo que les pasó a los efesios. A veces estamos tan ocupados en
la obra del Señor que nos olvidamos del Señor de la obra.
Muchas
situaciones en la vida tienden a empujarnos fuera de la trayectoria que la
palabra de Dios nos indica que sigamos. Debe ser nuestra meta permanecer firmes
y continuar sin desviarnos de la senda trazada por el Señor. La Biblia dice: “Examina la
senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha
ni a la izquierda, aparta tu pie del mal” (Proverbios 4:26-27). No es fácil
para el ser humano permanecer en el camino recto durante toda la jornada aquí
en la tierra, pero si mantenemos los ojos fijos en Cristo, si cada día buscamos
su rostro en oración, si alimentamos diariamente ese primer amor por medio de la Palabra de Dios, tendremos
la fuerza para apartar nuestros pies del mal. Y si nuestra naturaleza
pecaminosa en algún momento hiciere que nos desviemos, nuestro amante Padre siempre
está dispuesto a perdonarnos si venimos a él arrepentidos y listos a continuar
caminando junto a él.
ORACIÓN:
Padre santo,
ayúdame a reconocer cualquier cosa que desvíe mi atención de amarte y servirte
a ti. No permitas que me desvíe del camino que tú has trazado para mí. Ayúdame
a amarte con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas
mis fuerzas; y adorarte por sobre todas las cosas. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
No hay comentarios:
Publicar un comentario