miércoles, 17 de octubre de 2012

UNA RESPUESTA EXTRAORDINARIA A LA ORACIÓN


Salmo 121:2-5
“Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra… el Señor es tu guardador”.

Lucas 18:1
“(Jesús les habló) sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar”.

En un país donde la violencia forma parte de la vida cotidiana, un misionero se desplazaba en automóvil por la ciudad. De repente una moto con dos personas a bordo se puso a su lado; el pasajero de atrás lanzó un proyectil por la ventana abierta para alcanzar la cabeza del misionero, pero falló al blanco. Entonces el motociclista aceleró y se puso delante del automóvil. Su copiloto se dio la vuelta y apuntó con un revólver al cristiano, quien luego del incidente declaró: ¡Vi el interior del cañón, la llama… y nada más; luego ninguna bala traspasó la ventana! La moto se alejó y desapareció en medio del tráfico.

El misionero regresó a su casa impresionado pero lleno de agradecimiento a Dios. Poco después un amigo creyente lo llamó para saber cómo estaba. Entonces el misionero le contó lo que acababa de sucederle. Su amigo le dijo: –En ese momento sentí intensamente que debía orar por ti, pero no sabía por qué, ¡ahora entiendo la razón! Los dos amigos elevaron una oración de alabanza y agradecimiento por esta milagrosa respuesta.

Dios siempre responde a las oraciones de los suyos; algunas veces lo hace de forma directa y espectacular. Oremos los unos por los otros y especialmente por los siervos de Dios, quienes a menudo están confrontados a los ataques de Satanás. ¡Qué ánimo para ellos saber que, en un momento crítico, Dios conduce a otros creyentes a interceder por ellos!

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

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