miércoles, 17 de octubre de 2012

LA ESPIRITUALIDAD DESE SER EVIDENTE... EN EL HOGAR


Efesios 5:18-21
“….antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos los unos a los otros, Someteos unos a otros en el temor de Dios”.

El lugar más fácil para mostrar la espiritualidad es ante el público, pero el más difícil es el hogar. Las relaciones en el hogar son íntimas y continuas, en tanto que las actividades e impresiones hechas en público son intermitentes y casuales. Esta advertencia axiomática es necesaria especialmente para los obreros cristianos quienes con demasiada frecuencia pueden hacer gala de su espiritualidad profesional en público y en muchos casos viven una vida carnal en su hogar. De nuevo decimos que el pasaje de Efesios 5:18-21, referente a ser llenos del Espíritu lo que aporta la base bíblica para esta característica de espiritualidad. El mandato de ser llenos del Espíritu (v. 18) va seguido en el griego de cuatro frases coordinadas, cada una de las cuales comienza con un participio. Juntamente constituyen los resultados o las características de una vida llena del Espíritu. Los cuatro principios son traducidos por hablando, cantando (v. 19), dando gracias (v. 20) y someteos (v. 21). El último no es solamente la conclusión de los versículos 18 a 21, sino también la frase tópica de lo que sigue, comenzando en el versículo 22. En otras palabras, la sumisión que es evidencia del ser llenos del Espíritu se verá en las relaciones del hogar de una manera más vívida. La palabra “someter” significa colocarse uno en un rango subordinado. Esto significa algo diferente para el marido y la mujer en el hogar, pero ambos han de someterse el uno al otro y no solamente la mujer al marido como se acostumbra a pensar. Para el marido supone al menos tres cosas:

1) El ha de dirigir, porque es cabeza de la mujer (v. 23). Esto no le convierte en dictador sino en guía responsable de la familia que no solamente tiene el privilegio de tomar las decisiones finales, sino que ha de ser responsable de ellas también.

2) Ha de amar a su esposa (v. 25). El hombre necesita esta advertencia porque por naturaleza es menos inclinado a demostrar amor, si no es menos amoroso que la mujer.

3) Ha de sustentar y cuidar a la esposa (v. 29). La palabra traducida “sustenta” significa llevar a la madurez y se emplea en el Nuevo Testamento sólo en este versículo y en 6:4. La palabra “cuida” significa fomentar o cuidar con ternura y se emplea aquí y en 1 Tesalonicenses 2:7 solamente. Lo que quiere decir, sencillamente, es que el marido es responsable en última instancia de llevar a la madurez espiritual a su esposa y a la familia.

Desafortunadamente, hoy ocurre sencillamente lo contrario en muchos hogares. Frecuentemente es la mujer la que tiene mayor intuición espiritual y se ve obligada, por decirlo así, a llevar consigo al marido. Los dos deberían estar vivos espiritualmente, y es responsabilidad del marido asumir la dirección en este asunto tan importante. La mujer espiritual estará sujeta a la dirección de su marido (vv. 22, 24). En otras palabras, no se interpondrá en la ejecución del liderazgo de su marido en la familia. No significa, sin embargo, que la mujer no haya de tener voz porque el marido hará de pieza presidencial sobre los miembros de la familia (esta palabra se usa en 1 Ti. 3:4). Desde luego, nadie puede producir la espiritualidad en otra persona, pero es responsabilidad seria del marido tomar la iniciativa en la familia y llevar la dirección en la vida espiritual de ella. De esta forma la espiritualidad de un individuo se verá en la manera de llevar sus propias responsabilidades en la familia.

“Gracia y Paz”
Vida y Familia

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