martes, 23 de octubre de 2012

¿RECONOCES LA VOZ DEL BUEN PASTOR?


Isaías 40:10-11
“He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas”.

Unos ochocientos años antes del nacimiento de Jesús, el profeta Isaías anunció al pueblo de Israel la llegada de un pastor que traería a ellos consuelo, paz, amor y esperanza. Dos siglos después, es el profeta Ezequiel quien transmite a los israelitas, esta declaración, directamente de la boca de Dios: “Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad” (Ezequiel 34:11-12).

Finalmente estas profecías se hacen realidad con la llegada al mundo del Mesías, el Cristo, nuestro Señor Jesucristo, quien se anuncia a todos, diciendo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11). Y después expone la diferencia entre él (el verdadero pastor), y aquellos que fingen ser pastores, sin serlo. Dice el Señor: “Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas” Es sin duda, una diferencia de vida o muerte, de paz o angustia, de protección o desamparo.

En los tiempos actuales vemos con frecuencia este tipo de falso pastor, o “asalariado”, los cuales se aprovechan de su posición en la iglesia, actuando deshonestamente con el fin de obtener beneficios personales. Estos “asalariados”, obviamente no están dirigidos por el Espíritu de Dios, y por lo tanto no pueden llevar a su congregación por el camino preparado por el Señor para su iglesia. El apóstol Pedro se refiere a ellos como “fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre” (2 Pedro 2:17). Es decir, su vida está vacía y no tienen nada provechoso que ofrecer. Lo más lamentable es que aquellos que les siguen van a parar al mismo lugar que ellos.

¿Cómo podemos identificar a estos falsos pastores? Primeramente es necesario que leamos la Biblia diariamente, que meditemos en ella, orando y pidiendo al Señor que nos de discernimiento espiritual para reconocer todo aquello que no esté de acuerdo a su palabra, y que por lo tanto no proviene de él. Cuando Jesús les prometió a sus discípulos que el Padre enviaría el Espíritu Santo, les dijo que éste les recordaría todo lo que él les había dicho. (Juan 14:26). Si nos mantenemos en comunión con el Señor, podremos escuchar su voz dirigiéndonos de la manera en que él declara en Juan 10:27: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” Entonces no será difícil reconocer si las enseñanzas de un pastor no coinciden con las del Buen Pastor, nuestro Señor Jesucristo.

En Mateo 7:15, Jesús advierte: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis” Hay falsos maestros y pastores que están dotados de un gran talento para la oratoria, y con su elocuencia son capaces de persuadir a su audiencia para que los sigan, sin percatarse de sus verdaderas intenciones. Por eso debemos estar muy atentos al comportamiento de estos pastores, y a través de sus frutos conoceremos sus corazones.

El apóstol Juan también nos advierte que debemos estar alertas ante la maldad y las malas intenciones de los falsos pastores. Dice 1 Juan 4:1: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” Es nuestra responsabilidad, como ovejas del Verdadero Pastor, mantenernos atentos y comprobar que en efecto, es el Espíritu de Dios el que está dirigiendo los pasos del cuerpo de Cristo, en la iglesia local donde nos congregamos.

ORACIÓN:
Mi Padre amado, gracias por tu Hijo Jesucristo, quien es el Buen Pastor. Por favor, capacítame para reconocer su voz por encima de todas las demás voces de este mundo, y obedecerle y seguir siempre sus instrucciones. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

No hay comentarios:

Publicar un comentario