lunes, 22 de octubre de 2012

EVITE LA TRANSIGENCIA



Proverbios 2
“Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia, Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades, Que dejan los caminos derechos, Para andar por sendas tenebrosas; Que se alegran haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio; Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos. Serás librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras, La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su Dios. Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, Y sus veredas hacia los muertos; Todos los que a ella se lleguen, no volverán, Ni seguirán otra vez los senderos de la vida. Así andarás por el camino de los buenos, Y seguirás las veredas de los justos; Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados”.

Aunque la tentación de infringir en nuestra posición amenaza a todo creyente, no tenemos que ceder ante ella. Si somos conscientes del peligro y entendemos las consecuencias finales, podemos tomar la decisión de estar vigilantes en obediencia al Señor.

El primer paso para combatir esta situación es entender por qué es tan tentador. Es fácil ceder ante la presión de los demás para que tomemos parte en lo que sabemos que Dios ha prohibido, para evitar el rechazo. Pero cualquiera que esté decidido a vivir una vida agradable a Dios, debe estar dispuesto a soportar la persecución (2 Ti 3.12). Otras veces accedemos a actividades que violan nuestra conciencia, solo para evitar el conflicto, pero lograr la paz no debe ser a costa de sacrificar la obediencia a Dios.

No obstante, esta tentación no siempre viene de los demás. De hecho, Santiago 1.14 dice que somos atraídos cuando nos dejamos llevar por nuestra propia concupiscencia. ¿Cuántos cristianos han caído en la inmoralidad sexual o la pornografía al ceder ante una segunda mirada? La codicia también nos lleva a cambiar nuestra postura. Si usted miente en su declaración de impuestos, o se lleva algunas pertenencias de la oficina, ha pasado por encima de la línea de obediencia a Dios. Base sus decisiones en la verdad bíblica.

Para permanecer firmes y no ceder ante otras posturas debe hacer de la Biblia su norma de conducta. Si usted comienza cada día meditando en su Palabra, Él guiará sus pasos. Cuando el Espíritu Santo le da una advertencia, obedezca de inmediato. Acceder a la tentación abre una puerta a Satanás.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

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