Hebreos 12:2
“Puestos los ojos en Jesús, el
autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la
cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
Si ponemos un espejo frente a
nosotros, sólo descubriremos imperfección y errores, pero si ponemos la mirada
en Cristo, sólo veremos perfección y plenitud. A veces ponemos los ojos en
ídolos, los tomamos por ejemplo, los idealizamos y creemos que no hay error en
ellos. Pero si nuestra mirada es puesta
en Jesús, vemos un ejemplo de confianza, voluntad y oración. Poner los ojos en Cristo es mirar su vida,
estudiarla e imitar sus enseñanzas en la Biblia. Practiquemos
su presencia, aunque sea invisible. Él está siempre a nuestro lado a través del
Espíritu Santo, sobre todo en momentos de pruebas. En el nombre de Jesús, amén
y amén.
“Gracia y Paz”
Pan de Vida
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