lunes, 11 de junio de 2012

JEHOVÁ ES MI PASTOR


Salmo 23:4
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.

La figura del pastor con sus ovejas es una imagen que se repite una y otra vez en la Biblia para mostrarnos la relación existente entre el Señor y nosotros, sus hijos.

El pasaje de este día menciona dos herramientas que todo pastor debe utilizar: La vara y el cayado.

Muchas veces pensamos que estas herramientas son utilizadas para pegar y lastimar a las ovejas rebeldes, cuando en realidad vemos que el pasaje dice que tanto la vara como el cayado infunden aliento.

La obra poderosa de Dios en nuestras vidas es entre otras cosas infundirnos aliento, en los momentos difíciles, para no bajar los brazos y seguir adelante en la carrera de la vida. Las ovejas (o hijos de Dios) pueden ser disciplinados, pero siempre con la intención de dar corrección y aliento pero nunca destruir.

Quizás tú hayas pensado en estos últimos tiempos que Dios quiere castigarte. Si tú eres un hijo o hija de Dios, no vives bajo condenación sino bajo bendición (Romanos 8:1). El hecho de vivir bajo la bendición de Dios, implica recibir Su disciplina formativa, para hacer de ti una mejor oveja que vivas cada día con el aliento del cielo.

Dios te ama mucho más de lo que tú te imaginas, por eso presta mucha atención a lo dicho hoy día para que puedas cambiar tu perspectiva natural y ver la perspectiva sobrenatural de nuestro Gran Señor. ¡El Señor, que es tu pastor, te ama y te infunde aliento para vivir!

Oración:
Señor. Perdóname por verte como alguien malo y destructor, cuando Tú eres en realidad un Dios de amor para con sus hijos. Yo soy tu hijo y soy amado por Ti. Gracias por infundirme aliento de vida para seguir adelante. En el Nombre de Cristo Jesús. Amén.

“Gracia y Paz” 
(Ritchie Pugliese)

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