martes, 29 de mayo de 2012


Cómo responder a las acusaciones

Lucas 12:11-12
“Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir”

Cuando surge un conflicto, la reacción natural es defenderse. Sin embargo, los creyentes deben responder de manera diferente. Una vez, fui censurado públicamente por algo que yo no había cometido. Afortunadamente, el Señor me permitió mantener la calma en vez de reaccionar con enojo. Orar primero es la mejor respuesta en una crisis. Cuando lo hacemos, Dios nos da lo que no podemos conseguir por nosotros mismos.

Discernimiento espiritual. El Señor, que entiende perfectamente el origen de todos los problemas, puede darnos discernimiento más allá de nuestra limitada perspectiva. Tal vez hubo mala comunicación, celos por parte de la otra persona, o cometimos un error sin darnos cuenta. El Espíritu Santo puede mostrarnos cómo acercarnos a nuestro acusador, y a ver más allá de las palabras o acciones hirientes.

Un espíritu tranquilo. Nuestra naturaleza humana quiere reaccionar rápidamente para que podamos defendernos. Es por eso que primero debemos concentrar nuestra atención en el Señor y experimentar la paz interior que solo Él nos da (Juan 14:27).

Sabiduría. Jesús dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo les daría palabras de sabiduría cuando se enfrentaran a autoridades hostiles. Él hará lo mismo con usted. Pídale que ponga un sello en sus labios hasta que le muestre qué debe decir o hacer.

No tenemos que reaccionar a las críticas con ira, como hace todo el mundo. En vez de eso, estamos llamados a representar a Cristo en cada situación, dependiendo de Él. Al responder como Él diga, le glorificaremos y haremos que los no creyentes quieran conocer la fuente de nuestra fortaleza.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

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