Nuestro
Señor y Salvador Jesucristo no cambia jamás. Él ha sido, es y siempre
será igual, podemos confiar en su constancia a través de los tiempos.
Contrario a la naturaleza humana, Jesús (siendo Dios) es inmutable. Hoy es, dice y hace lo mismo que ha sido, hecho o dicho desde la eternidad y hasta la eternidad.
Contrario a la naturaleza humana, Jesús (siendo Dios) es inmutable. Hoy es, dice y hace lo mismo que ha sido, hecho o dicho desde la eternidad y hasta la eternidad.
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